El documentalismo británico, español, alemán, ruso y francés de las primeras tres décadas del siglo XX se fundamentó en un marco de búsqueda mostrativo y educativo de la experiencia de lo real, lo social, lo exótico, lo histórico y lo geográfico. Tanto a nivel urbano como a nivel rural las diversas escuelas y tendencias del cine europeo, mostraron interés por una búsqueda de signos, indicios y formas de vida, a través del ojo-cámara o de la cámara a toda vista que ayudó a conformar mundos informativos, costumbres de vida, guerras, paisajismo, festividades populares, experiencias de la naturaleza (animal o vegetal; geológica y acuática, entre otras). El género documental en cine, reportaje, fotografía y televisión se apoyó en experiencias reales, históricas y sociales incidentes o sobresalientes.
- Grierson, Robert J. Flaherty y J. Ivens, entre otros, hicieron del documental y el cine de información una escuela que influyó a nivel sociocultural, político y de investigación en cuanto al desarrollo del cine; a tal punto que el documental alemán, italiano, español y nórdico, entre otros, logró mostrar y exigir sus resultados a nivel de salas de proyección para difundir dicho fenómeno a nivel artístico, educativo y comunicativo.
En el cine de la primera mitad del siglo XX la cámara fue el primer medio desde el cual se hizo visible la realidad como experiencia de “lo real”. (Ver, en este caso, Tz. Vertov, S.M. Eisenstein, Vs. Pudovkin, L. Kuleshov, entre otros).
Esto logró que, tomando en cuenta los aportes técnicos, tecnológicos, estéticos y organizacionales, se difundiera también un modo de hacer cinematografía adaptada a los tiempos. Todo lo cual explica el trabajo histórico, teórico y crítico de cine Guido Aristarco en la revista Bianco e Nero y en su fundamental obra La disolución de la razón. Discurso sobre el cine. Ed. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1969), y donde analizó la formación del cine neorrealista italiano y otros contextos ideológicos del cine europeo.
La nueva mentalidad historiadora del cine logró imponer un tipo de conocimiento relativo a la importancia del cine, al momento de surgir el neorrealismo italiano en la obra de Vittorio De Sica, Roberto Rossellini, Giacomo Gentilomo, Giuseppe De Santis, Pietro Germi, Luchino Visconti y otros. La narrativa neorrealista asumió cierto realismo documental que fue tomado como punto reflexivo de su estética, según algunos críticos y teóricos de cine.
El neorrealismo italiano utilizó los referentes técnicos, teóricos, literarios y estéticos del documentalismo narrativo de las diferentes cinematografías que operaban en toda Europa. Esto dio lugar a que se fuera desarrollando el cine de ficción y el cine de crítica social que hizo más visible y cercano el cine como estética especial y arma de combate ideológico.
Posterior a 1950, el documental de ficción logró incluir en algunas estéticas experimentales que se basaron en una nueva interpretación y comprensión del fenómeno cinematográfico. Luego del cambio operado del mudo al sonoro, del blanco y negro al color, se hizo posible un campo de sustento a la narrativa cinematográfica, mediante los aportes del cine hablado y el cine “escrito”, Este tipo de desarrollo hizo posible que el concepto de evolución en el marco de estructuras y funciones del discurso cinematográfico facilitara nuevas visiones de un cine de respuestas reales internas y externas. De ahí la aventura fílmica e investigadora de cineastas como Godard, Antonioni, Pasolini, Bertolucci, Fellini, Spielberg, Scorsese, Buñuel, Bergman, Francis Ford Coppola y otros, en tal sentido.
Después de la “Nueva Ola” francesa, las experiencias cinematográficas se convirtieron en un cine experimental basado en el concepto de realidad vs. metarrealidad, mediante los cuales se pudo desarrollar un cine al estilo Godard en sus Historias del Cine, donde el documental, la ficción, la visión y la crítica cobran valor como fenómenos de experiencias e incidencias de lo visible. De ahí la importancia del cine árabe, africano, latinoamericano y caribeño, de los años 60 en adelante.
Toda la historia del cine implica un concepto de evolución cinematográfico, por cuanto la técnica, la escritura del guion, el vestuario para cine, la puesta en escena, la actuación, el encuadre y el movimiento de cámara y posicionalmente estratégico de los aparatos y equipos cinematográficos cobra valor desde lo que Noel Burch denominó La praxis del cine refiriéndose a las cinematografías europeas, orientales y norteamericana.
En efecto, el concepto de evolución del lenguaje cinematográfico sugiere analizar, interpretar y comprender el cine en la perspectiva de una experiencia integradora y facilitadora de la misma práctica fílmica. (Ver de nuevo Noel Burch: El tragaluz del infinito. Contribución a la genealogía del lenguaje cinematográfico, Ed. Cátedra, Madrid, 1995).
Todo este trayecto conduce también a pensar el estilo o la tendencia cinematográfica como forma, estructura, inscripción, mediación estética y tecnológica; lo que permitirá percibir, en contexto, el eje cinematográfico en tanto que producto, estilo y creación de valores estéticos.(Véase, en este sentido, G. Sadoul 1974, W. Winston Dixon y G. Audrey Foster 2014),
De ahí que el concepto de cine ligado a su historia se exprese en cuanto a “lo cinematográfico” de manera recesiva, procesual y conformadora de etapas y fases de desarrollo; todo lo cual indica que las partes integrantes del cine (dirección, guión, fotografía, actuación, montaje, sonido, edición y otras) están supuestas a evolucionar en cuanto a lenguaje, contenido, estructura, técnica, producción y otros conformantes significativos de la práctica cinematográfica.