Con el arribo de los fenómenos naturales recientes, el vulgo, en el solaz de su morbo, emite juicios inapropiados en lo referente a las "predicciones" aplicables a dichos fenómenos.
Antes que nada, a guisa de ilustración, deseo presentar algunas consideraciones, las cuales considero sumamente pertinentes:
1-La estructura y naturaleza de los Modelos de Predicción Meteorológicas y su aplicación a las condiciones climáticas son eminentemente probabilísticos.
2-La estructura de las configuraciones de estos modelos, descansan en ecuaciones lineales y exponenciales, cuyas variables, tanto endógenas como exógenas, son mayormente producto de mediciones aleatorias. En algunos casos, parten de Series Históricas elaboradas en base a datos registrados, cada 8-10 y 12 horas.
3-La captación de esta data, proviene de bollas, estratégicamente colocadas en perímetros del atlántico y el caribe, donde proveen las isobáricas e isotérmicas, no solo de la superficie, sino también de profundidades de hasta 50 metros de la superficie.
4-Desde Cabo verde hasta el canal de la Mona, existen unas 34 bollas. Sin embargo, muchas de estas se han dañado y su costo de mantenimiento y reparación es muy alto. Además, la NOAA (Agencia Oceanográfica de los EUA), está considerando reclamar sus costos de supervisión, mantenimiento y reparación, para que estos sean compartidos por todos los territorios que ocupan la Cuenca del Caribe y el Arco de las Antillas Menores.
5-Cada bolla, exige un presupuesto de mantenimiento y/o reparación de US100,000.00 anuales.
NOTA: Los cinco puntos anteriores, reflejan la complejidad y aparente precariedad del sistema de monitoreo de los Océanos Atlántico y el Caribe Tropical. Además, para compensar la falta de información de este sistema, se recurre al uso de Aviones Caza Huracanes e imágenes satelitales, cuyos costos exceden los US$100,000.00 la hora.
Entrando en materia, traigo a colación la ocurrencia de un comportamiento cínico y burlón, por parte de desaprensivos, que se han cebado de las posibles ¨imprecisiones¨ de los organismos responsables de la mitigación de desastres.
El morbo, desinformado y procaz, ha sido implacable con estos organismos, llegando al colmo de una censura mordaz e injustificada.
Deseo aquí, dar testimonio de que este accionar es irresponsable debido a que el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de nuestro país, dio y sigue dando, muestras de eficiencia, al amparo de la entrega incondicional, de sus componentes institucionales y humanos.
Tanto el COE como la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) usan los modelos predictivos referidos anteriormente. Sin embargo, debemos señalae que los predictivos, para Huracanes, caen en dos categorías principales:
a)-Predicción Probabilística de las Condiciones del Tiempo
b)-Análisis de las posible de las trayectorias del huracán.
En ambos casos, el Análisis matricial es fundamental para integrar los posibles resultados de cada variable del modelo.
Se analizan las series Históricas de estos fenómenos, utilizando la data registrada en los últimos 20 años. De ahí que, se forman patrones estacionales de ocurrencia y trayectorias. Además, esta información se integra a la data generada por las boyas, durante el trayecto de estos huracanes.
Originalmente, el mejor modelo usado era el CIPLER, o Modelo de Persistencia Climática, basado en ecuaciones derivadas del análisis de Regresión y Varianza, aplicable a las variables antes descritas. Este modelo fue usado hasta finales de los años ochenta.
Hoy día, se han introducido nuevos Algoritmos y modelos predictivos, siendo los más populares el NHC90 (de la NOAA) y el BAM, o modelo tipo Beta, que ya paso de la fase experimental. Ambos modelos dependen grandemente de la data recuperada por los aviones Caza Huracanes.
El Centro Nacional de Huracanes de los EUA (HHC), también ha integrado en su esquema de predicción, al United Kindom Meteorological Office Global Model (Modelo Global de La Oficina Meteorológica del Reino Unido) [ mal llamado ¨el europeo¨] y también a un muy mejorado modelo, del 2004, de la Marina Estadounidense, o el NOAA 2004.
Los modelos anteriores, tal y como se ha explicado, hacen más énfasis en la trayectoria que en la intensidad de los Huracanes.
Para esto último, el SHIFOR o Modelo Predictivo basado en el Cálculo de la Intensidad del Huracán, usa los mismos algoritmos del CLIPER, pero configurado no en la trayectoria, si no en la intensidad del fenómeno atmosférico.
Ante esta disyuntiva, Intensidad versus trayectoria, los científicos del Berkeley Dynamic Prediction Center, desarrollaron el GFLD o Modelo de la Dinámica Geofísica basado en la Mecánica de los Fluidos, que incorpora ambas vertientes.
A pesar de todos estos esfuerzos persiste el problema de la predicción precisa en lo referente al punto de llegada de los Huracanes y a la fecha de este evento. Todavía el margen de error está por encima del 15%. Muchos factores inciden en estos márgenes como lo son las corrientes del Golfo De México (Loop Current) y la consistencia de las corrientes del Niño y la Niña.
Creo haber ilustrado al lector que los modelos predictivos están sujetos a factores impredecibles, aun se pueda disponer de una data abundante y bien diferenciada. De ahí que, no debemos usar la Guadaña de la Mofa en contra de aquellos que entregan su vida y prestigio profesional, para salvaguardar nuestras vidas y propiedades, de los embates climáticos.