En escritos anteriores he comentado como ha sido mi acercamiento a la filosofía y psicología de la gratitud. Esta experiencia va pasando en mí, por momentos de conocimiento, de prueba, de avance, de implementación y de plenificación. Es decir, cada día es un reto vivir desde este nivel, pues las memorias de carencia y de negatividad afloran muchas veces, sin embargo, la invitación, la presencia y la nueva memoria va haciendo cuerpo y todo el ser se va acoplando a ella, la gratitud.
En este sentido, quiero empezar a compartir con todos y todas ustedes algunos elementos que pueden ayudarnos a ir mirando la vida con otros ojos, desde otra latitud y con otro sentido, y de seguro que, esto nos dará maravillosos resultados en el diario vivir. Me refiero a la psicología de gratitud.
Qué es la gratitud en la psicología positiva?
Marco Tulio Cicerón dijo: la gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.
Gratitud viene del latín gratitudo, “sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”.
Parece que moralmente, es una obligación dar las gracias, sin embargo, no se puede forzar a nadie a dar las gracias.
La gratitud tiene que ver con una conciencia clara sobre la misma, ella ayuda a reestablecer la memoria de la positividad. Y de alguna manera se va cambiando el chic de la negatividad que tanto daño nos hace en la vida.
La gratitud en la psicología, es una actitud de positividad frente a la vida y a todas las cosas. Ella forma parte de la psicología positiva que comienza a estudiarse y resurge hacia la década del año 2000.
Cómo nos ayuda en la cotidianidad la psicología de la gratitud?
Autores como McCullough, Kilpatrick, Emmons y Larson, 2001, afirman que la gratitud tiene unos barómetros que potencializan el bienestar en el ser humano. En ese sentido lo presentan desde dos momentos: uno tiene que ver con el comportamiento moral y otra con la motivación.
Es barómetro moral: desde ahí la gratitud actuaría como una lectura afectiva sensible a un tipo particular de intercambio en las relaciones sociales; que proporciona bienestar en la persona.
En la función de motivador: explica McCullough, 2001, que la gratitud se convierte en motivador para quienes se les va aumentando el bienestar, y les ayuda a comportarse con mayor calidez. Otros autores como Bartlett y De Steno (2006) descubrieron que las personas agradecidas eran más dispuestas a ayudar a un desconocido, es decir, a alguien que no les había ayudado a ellos. Se agrandaba el nivel de reciprocidad.
Función de reforzador del comportamiento moral: se ha mostrado que cuando la gratitud se expresa hacia una persona que ha ayudado, se está reforzando este comportamiento, de manera que, con pro-babilidad, en el futuro éste estará más predispuesto a seguir siendo bondadoso con los demás.
Cómo podemos aplicarla en nuestros proyectos de vida?
Desde el marco de la psicología positiva se presenta la gratitud como un elemento trascendente, fortalecedor del bienestar de las personas.
Seligman, 2002, dice que estos elementos le permiten al ser humano desarrollarse y progresar, pues ayuda a revitalizar las fortalezas humanas integrales de cada uno.
Cómo aplicarla en la vida?
Haciendo ensayos en cambiar el lenguaje, reduciendo las expresiones de queja y colocando las palabras positivas: gracias, gratitud, bendiciones, por favor, a la orden, con gusto, excelente, genial, súper bueno, formidable, en fin…
Integrando la gratitud en los proyectos, es decir, ante una situación o proyecto, agradecer los resultados como si ya fueran una realidad.
Usar la palabra gracias durante todo el día, dar las gracias a todo y a todos.
Poner un observador personal donde se cultive la gratitud y positividad, buscar recursos que ayuden en ese sentido: canciones, escritos, videos, libros, etc.
No dar cabida a compartir informaciones negativas a través de las redes sociales, evitar el contacto continuo en espacios y con personas de baja vibración o de actitud híper negativa.
Cultivar la higiene emocional, auditiva, visual, táctil, espiritual y física.
Sé agradecid@!