* (En honor al decreto 498-20 que crea el gabinete del agua reproduzco este artículo del 2002)
La gestión de los recursos hídricos y sus efectos en la cuantificación de los niveles de pobreza en la República Dominicana
Las informaciones que muestran las situaciones de los recursos del país se pueden definir como controversiales. Esta conclusión se desprende del análisis de diversas literaturas que muestran datos muy disímiles sobre cantidad, disponibilidad o pérdidas de un determinado recurso natural. Es común leer las contradicciones sobre los datos presentados en revistas, periódicos, documentos oficiales etc. Mostrando datos muy disímiles sobre un mismo recurso natural. Por ejemplo cobertura boscosa, tasas de erosión de suelo, reforestación y deforestación, montos de las disponibilidades, demandas y distribución sectorial de los recursos hídricos. Esta desinformación se traduce en un serio problema para las tomas de decisiones.
La comparación de los datos referente a la disponibilidad de agua, cobertura del servicio de agua potable y saneamiento y su relación con la distribución geográfica de los niveles de pobreza en el país, no escapan a este desafío. En este contexto colocamos, el tema que tratamos de analizar, los datos de niveles de pobreza, cobertura de agua potable y disponibilidad de agua, en el país muestran inconsistencia. Para ilustrar esta situación, veremos la definición de la provincia La Romana, la cual muestra niveles de pobreza bajos, lo que contrasta con unos niveles de cobertura de los servicios de agua potable muy bajos. Aun cuando la disponibilidad de agua está por encima del promedio (1600 mm) nacional que es de 1500 mm.
Otro ejemplo de esta inconsistencia, es la península de Samaná donde no hay una correlación entre alta cobertura de los servicios de agua potable asociado con mucha pobreza y una alta disponibilidad de agua (1600-2000 mm).
Siguiendo con esta línea de inconsistencia está la provincia La Altagracia donde hay un alto nivel de certidumbre entre lo esperado y lo encontrado. Aquí convergen disponibilidad, cobertura y niveles de pobreza todo colocado en un nivel medio. Similar situación encontramos en el Cibao Central cuyo territorio es atravesado por el eje central de distribución de la lluvia que se ubica en la media nacional que es de aproximadamente 1500 milímetros (mm) de lluvia.
La naturaleza de este análisis podría lucir desenfocado o simplista al punto de vista de un experto en sociología o en economía.
Sin embargo, si se estudia detenidamente el rol del agua y su correlación con los parámetros usados tradicionalmente para definir los niveles de pobreza, se puede ver lo complejo que resulta lo simple.
El agua influye en todos los indicadores usados para definir la pobreza. Por ejemplo, en los servicios de salud (es un vector para la transmisión de enfermedades infecto/contagiosas); su carencia en hogares pobres impide prevenir enfermedades como el COVID-19; bajos niveles de educación y pobreza se reflejan en una baja valoración del recurso y en consecuencia a su mal uso; falta de recursos implica baja inversión en tecnología para la producción y escasez de alimentos; la migración poblacional hacia zonas más humedad conduce a su carencia y a bajar la calidad de vida de los nativos de la zona; la distancia de la fuente de agua a la vivienda es otro indicador de pobreza entre otros.
Otra propiedad peculiar del agua que servirá más adelante para reforzar el objetivo de este análisis es su capacidad para expandir su efecto a mayor escala a diferencia de los demás indicadores que tienen efectos estacionarios, las moléculas de agua pueden viajar a lo largo de una cuenca hidrográfica y en su recorrido estas colectan materiales contaminantes que alteran las características hidrogeológicas y condiciones naturales de los ecosistemas en su recorrido hacia el mar u otro cuerpos receptores finales (lagos, lagunas, estuarios etc.).
Estas reflexiones pueden ser cuantificadas con el uso de la metodología propuesta por el Dr. Albert Wayne Wymore (1993), Model-Based Systems Engineering, CRC Press, Boca Raton. Wymore utilizando un procedimiento de ingeniería, diseño cuatro curvas, que permiten calcular y clasificar fenómenos como la pobreza. Estas curvas se alimentan con indicadores, parámetros y funciones, que al ser convertido en una escala adimensional cuantifican los niveles de pobreza de una región. La cuantificación se hace asignándole un valor numérico a cada uno de estos parámetros dándole mayor valor al que tiene más estrecha con los niveles de pobreza. La suma del grupo de indicadores define el nivel de un evento determinado como la pobreza.
Esta metodología puede ser subjetiva ya que requiere un conocimiento profundo por parte del investigador para lograr resultados satisfactorios. A manera de ejemplo se cita lo siguiente: es común que se usen parámetros como, servicio de salud, nivel educativo, ingresos familiares, mortalidad infantil, para cuantificar la pobreza, en este ejemplo se la dará un valor de 0.10 a cada uno y al agua un valor de 0.60, para totalizar un máximo de uno (1). En este caso el investigador entiende que el agua es el factor más importante en la definición del nivel de pobreza de la zona.
En este ejemplo se muestra el peso que representa el agua en esta metodología para definir los niveles de pobreza. La cantidad y calidad del agua disponible en un área específica es un indicio de calidad de vida.
En resumen, si los datos utilizados para la caracterización de las distintas regiones geopolíticas del país son correctos, se debe concluir que el desarrollo socio-económico del país está determinado por la posición social, económico y política de los habitantes de una región determinada y no por las capacidades y disponibilidades de recursos naturales presentes en los distintos ecosistemas que conforman las unidades objeto de este ensayo.
En conclusión los argumentos presentados en los párrafos anteriores constituyen un excelente caso para presentar la tesis de que si la disponibilidad de agua en una región determinada no se refleja en el nivel de calidad de vida de los habitantes de esa zona, es necesario reflexionar sobre las bases (parámetros) que se usan para definir los niveles de pobrezas provinciales.
De estas reflexiones se desprende que no existe en el país ningún plan o programa de desarrollo que establezca como eje central las cuencas hidrográficas (sinónimo de planificación y ordenamiento territorial), como base para la planificación de sus actividades económicas. Las cuencas hidrográficas son las unidades territorial por excelencia para articular un proyecto de desarrollo regional a diferencia de la división geo-política, debido a que en las primeras interactúan de manera claramente visible y predecibles los recursos agua, suelo, minerales, flora, fauna, es decir las materias primas para la planificación y ejecución de proyectos o programas de desarrollo para disminuir la pobreza.
En ese orden, el inventario biofísico y socioeconómico de los recursos naturales presentes por cuencas hidrográficas, es la herramienta correcta para cuantificar la pobreza y en consecuencia para definir cuáles son las herramientas necesarias para mitigarla. Esto conducirá a la realización de proyectos que cumplan con las debidas exigencias medioambientales garantizando la sostenibilidad de los ecosistemas.
En la mitigación de la pobreza también intervienen mecanismos legales y administrativos en el sector agua, como la dotación de un marco legal e institucional lo suficiente fuerte para garantizar las inversiones de capital, así como para la participación conjunta de los usuarios del sector público y privado como son los consejos de cuencas, las distintas organizaciones presentes en la zona sean estas de naturaleza agrícola, ecológica, comerciales, profesionales, religiosa, etc.
Siendo el agua el elemento central en la definición de los niveles de pobreza en un país, es necesario que la metodología usada para definir este concepto sea basado en datos más confiable y en la importancia del agua en el cálculo de la pobreza, por lo que su valor en las curvas usadas por el Dr. Wymore (1993) debe ser mayor.
Si el agua fuera el eje central en el desarrollo del país y en consecuencia se priorizaran proyectos concebidos con esta óptica, tendríamos resultados más consistentes al correlacionar un recurso tan vital con los niveles de pobreza del país.
Ing. Rene A. Mateo M.Sc.