En la anterior entrega nos metíamos un poco en los detalles, a modo de ejemplo, de lo que sería un SGC (Sistema de Gestión de Calidad), para un despacho de proyectos y en específico para un despacho de proyectos de arquitectura.  Esta semana veremos un poco, también a modo de ejemplo, algunos de los procedimientos propios de un SGC para un despacho de proyectos de arquitectura  y de acuerdo a las directrices de las normas ISO relacionadas con la calidad, y específicamente de la  ISO 9001.

Cuando establecemos un SGC es bueno diferenciar entre los procesos operativos de un despacho de arquitectura y los generales de cualquier despacho, de cualquier naturaleza. Los procesos operativos, son los propios de la actividad de un despacho con las características que nos ocupan, y que abordarían aspectos relacionados con los trabajos de diseño y desarrollo de proyectos, dirección de obra y otros servicios profesionales. Los procesos generales son aquellos que son comunes a cualquier organización (sea un despacho de arquitectura o un supermercado, una factoría o una empresa de textiles, etc…) y que podrían ser por ejemplo: las relaciones con los clientes y con los colaboradores; manejo de encargos, seguimientos en general, etc…

Una relación no exhaustiva de procedimientos  de SGC en un despacho de arquitectura, y partiendo un poco de lo anterior (procesos operativos y generales). Sería llevar una gestión adecuada de la documentación (la que entra, la que se genera y la que sale), realizado un correcto control de registro de la misma. Desarrollar un sistema de auditorías internas de los procedimientos ejecutados y en consecuencia implementar las acciones correctivas de lugar. Delimitar claramente las responsabilidades de dirección, así como el desempeño del personal y/o recursos y la relación con clientes, en función del producto o servicio entregado. Gestionar la relación  con los colaboradores y/o socios estratégicos (compra productos, contratación de servicios, etc.), de cara a mantener optimizados al máximos los procesos en los que estos intervienen directa o indirectamente. Esto, lo anterior, podría catalogarse como parte de los procedimientos generales (aunque algo dirigido a un despacho profesional de proyectos de arquitectura).

El establecimiento de una correcta planificación y redacción de proyectos e informes,  así como las potenciales direcciones de obra (direcciones facultativas, planificación y control de obras); además de procedimientos para la redacción de documentos de control de la documentación, serían ya aspectos más relacionados con el SGC de un despacho profesional como al que hacemos referencia.

Todo esto,  de lo que hemos venido escribiendo en estas semanas, se circunscribe mucho al trabajo de oficina. Sabemos, a mucha conciencia, que estas pinceladas no hacen más que asomarse a estas cuestiones de manera casi anecdótica. Profundizar en el tema lo dejaremos como tarea para el lector interesado.

La continuación de esta serie, necesariamente, abordará, aunque sea grosso modo, la gestión de la calidad en la construcción propiamente, es decir lo relacionado al quehacer constructivo en la obra.

Algunos hablan de esto como algo del pasado, no sabemos a qué se refieren exactamente, pero desde luego sabemos que la gestión de calidad en los procesos constructivos es una incontestable necesidad cotidiana en las obras al día de hoy.  Hasta la próxima.