Al presentar mi enfoque sobre el discurso poético de Abel Fernández Mejía, paso ahora a estudiar el discurso poético de Abelardo Vicioso (1930-2004). De entrada, el lector ha de advertir que está ante un discurso de metáforas que signan una voz cosmogónica, con una simbología que apuntala hacia lo existencial.
El mundo circundante y sus cotidianidades, es el enfoque emotivo que gira en el canon poético de este sujeto-creador, transversal al lirismo que aflora en su tratamiento poético al trabajar la lengua.
Este es un poeta-militante que hizo del amor su consigna de vida. De los poetas de la Generación del 48, el intimismo y la tonalidad romántica, perfilan la discursividad poética de este autor, sin que esa particularidad expresiva, desvincule su canto de las tribulaciones del Ser.
No olvidemos de que estamos ante un poeta-estratega que vinculó su creación y su imaginario a definidos fundamentos ideológicos-políticos, lo que, al momento de trabajar la palabra, la imagen y su simbología, no restringió su potencial creativo, al contrario, lo potencializó, al hilvanar sus enunciaciones con mayor certeza en el razonamiento y en la organización rítmico-sintáctica que le otorga identidad a su actos imaginativos y escriturales, lo que no desvincula su poética de las asimilaciones de la poética nerudiana, la que asumió , como parte de su praxis hacia lo cósmico y hacia el hecho estético y eufónico, como único compromiso del sujeto-creador.
Abelardo Vicioso, como la mayoría de los integrantes de la Generación del 48, asumió, en su teorética política y en los hechos tangibles, el compromiso político-partidista en defensa de la regeneración y las libertades del hombre, de la humanidad, como totalidad ontológica, pensante y sintiente. Lo humano y sus circunstancias vitales, forman parte de su enunciación poético-expresiva, haciendo de la lengua, no una simple cantera comunicacional, sino una plataforma signico-plural, metafórica y rítmica.
Desde que el 30 de mayo del 1948, aparecieron en el diario "El Caribe"los primeros escritos de los poetas que hoy integran la Generación de Escritores del 48, Abelardo Vicioso se ocupó de registrar el historial de publicación de esos autores, por lo que se registra que inició a publicar sus poemas el 15 de julio del 1948. (HERNÁNDEZ R., L., 1998, Pp. 22-23) y que fue él, Vicioso, quien introdujo al país, una copia manuscrita de "Las Odas Elementales", de Pablo Neruda, en el 1956, en plena tiranía del dictador, Rafael Leónidas Trujillo Molina ("Chapita"). Hago referencia a estos datos extra-literarios, para substanciar el perfil académico y político de este significativo escritor de la Generación del 48, quien, además, dejó constancia de ser un agudo investigador de la historia de la literatura dominicana, a parte de la destreza descriptiva patentizada como narrador, lo que aflora en su n novela, "Memorias del Teniente Veneno" (Ediciones del Ministerio de Cultura, Santo Domingo, R.D., 2004), publicada post mortem. Su ensayística forma parte de la referencia obligada, dentro de los estudiosos de la historiografia de nuestra literatura.
Contrario a los demás poetas del 48, no asumió, en lo personal, la "Soledad", como referencia poética de su canto, sino que, al poetizarla, procuró alejarla de su entorno espiritual. Veamos:
"Si me sumerjo en las aguas oceánicas que rodean la isla
en cuyo polvo floto como un cadáver,
si este domingo lo comparto con alegres muchachas de barrio
y en su simplicidad resbala mi habitual melancolía,
si busco el aire nuevo de los alrededores de la ciudad
y lo empapo de tibios alcoholes y guitarras,
no procuro otra cosa que la alegría,
cuando ésta se ha perdido entre los días de la soledad". (Fragmento del poema La Soledad no es Mía).
si este domingo lo comparto con alegres muchachas de barrio
y en su simplicidad resbala mi habitual melancolía,
si busco el aire nuevo de los alrededores de la ciudad
y lo empapo de tibios alcoholes y guitarras,
no procuro otra cosa que la alegría,
cuando ésta se ha perdido entre los días de la soledad". (Fragmento del poema La Soledad no es Mía).
La alegría es todo lo que procuró para él y para su mundo, el poeta, y en ese tránsito hacia la alegría, ofrendó su vida por la otredad. La solidaridad fue parte de su tributo testimonial y creativo.
Entre sus producciones, podemos resaltar las siguientes:
- La Lumbre Sacudida (1957)
- Cantos Latinoamericanos (1960)
- El Freno Hatero en la Literatura Dominicana (1970)
- Santo Domingo en las Letras Coloniales (1978)
- Cien Poemas de Intenso Vivir (1990)
- Obras Completas de Gastón Deligne, Vols. XXIV y XXV (1996)
- De Amores y Sinsabores (1997)
- Las Memorias del Teniente Veneno(2004).