El anuncio de la fusión del Consejo Estatal del Azúcar con Bienes Nacionales se enmarca dentro de la nueva política de austeridad, eficiencia y reducción del gigantismo que en los últimos años ha tenido el Gobierno Dominicano. Muchos se preguntarán porqué reducir el tamaño del gobierno con dos instituciones antiguas, con leyes orgánicas y que rindieron un gran servicio al país en su momento, la respuesta han sido los gravísimos escándalos de corrupción que se han dado en ambas instituciones, en una mas que en otra.
Como mi experiencia mayor en el gobierno ha sido en la industria azucarera, me voy a referir solo al Consejo Estatal del Azúcar, institución creada mediante la Ley 7 del 2 de agosto de 1966 y que en sus inicios contaba con 12 centrales azucareros: Esperanza, Catarey, Rio Haina, Ozama, Boca Chica, Quisqueya, Santa Fe, Consuelo, Amistad, Monte Llano, Barahona y Porvenir. El CEA ha venido decayendo desde mediados de la década de los 80, a finales de la misma los ingenios Esperanza y Catarey fueron cerrados y reconvertidos en zona franca y sus tierras vendidas o arrendadas al sector privado para cultivos como naranja y piña, aparte de una gran cantidad de terrenos pasados a la Reforma Agraria.
Los otros diez ingenios siguieron moliendo a pesar de que, en el CEA, debido a malas administraciones, corrupción e improvisación se abandonaron tareas imprescindibles para la industria. Se cerró la Estación Experimental de Duquesa, se fue reduciendo la aplicación de abono a sus campos, se redujo la inversión en factoría y transporte y se aumentó descontroladamente su nomina. Entre 1996 y 1999 cuando dejaron de moler los ingenios Quisqueya y Santa Fe, su nomina se mantuvo intacta hasta que se produjo el traspaso al sector privado mediante la modalidad de arrendamiento contemplado en la Ley 141-97 de Capitalización de la Empresa Publica.
Al día de hoy solo quedan moliendo en manos privadas el ingenio Barahona, en manos del CEA queda en operación el ingenio Porvenir, en Litis con una empresa española que adquirió en traspaso el contrato original de arrendamiento y el ingenio Monte Llano, con mas de 10 años cerrado pero con una gran cantidad de equipos aun en buen estado, lo que permitiría su traslado al Este del país para ser puesto en operación, ya que debido a la diversificación de las tierras privadas que antes producían caña y que hoy están al servicio del turismo, el ingenio ya no es viable en su actual ubicación. Además, si se decide su traslado, se podría hacer una zona franca u otro tipo de industria que genere empleos a la comunidad en los terrenos que hoy ocupa la fabrica de dicho ingenio, mientras que en los terrenos sembrados de caña se podría implementar un programa de siembra de vegetales y/o productos de ciclo corto que puedan abastecer a los hoteles de la zona. Un caso similar, pero en menor escala sucede con el que fuera el ingenio Amistad, también ubicado en Puerto Plata.
Para transferir las tierras del CEA a BN o a cualquier otra institución hay que hacer un proceso de división de títulos para excluir las tierras que ya han sido vendidas de las que aun permanecen en manos de la institución. Personalmente considero que el ministerio de Agricultura y el Instituto Agrario Dominicano harían mejor uso de los terrenos de vocación agrícola, mientras Bienes Nacionales asumiría las tierras urbanas.
El proceso no es simple y a mi entender se tomaría mas de dos años conseguir la disolución bien hecha del CEA. El proceso abarca diferentes facetas, las que señalo a continuación: A-) la inmobiliaria. B-) la operacional del ingenio Porvenir y otras dependencias. C-) la decisión de trasladar o desmantelar el ingenio Monte Llano. D-) Terminar la construcción y puesta en operación del ingenio La Esmeralda y E-) Plan integrado de inclusión social y sostenibilidad territorial.
La parte inmobiliaria, la mas complicada de las cinco consideradas conlleva realizar un inventario de títulos en bóveda y otros departamentos, así como los depositados en tribunales de tierras o catastro, un inventario conciliado de todas las tierras vendidas aun no pagadas y de todas las ventas en proceso de aprobación en el Congreso. Habría que inventariar todas las tierras en proceso actual de recuperación por falta de pago y los procesos legales que se encuentran en los tribunales, además, realizar un inventario conciliado de todas las tierras y cabezas de ganado bovino y caprino del CEAGANA, que bien podría pasar a la dirección de Ganadería, donde tendrían un buen uso. El CEA también tiene un valioso activo, las minas que se encuentran en sus tierras, las que generan importantes recursos económicos.
La ley orgánica del CEA considera los ingenios como unidades productivas independientes lo que podría ser una salida para su futuro si no se decide arrendarlos. En cuanto a la operación del ingenio Porvenir habría que revisar los resultados de la zafra 2019 /2020 a fin de evaluar las áreas que mas problemas dieron y reorientar el presupuesto de reparación del ingenio a corregir esos problemas para lograr un aumento en la producción azucarera y de mieles para la zafra 2020/21.
Enfrentar en términos legales, si es posible aun, la Sentencia No. 45 de la Suprema Corte de Justicia de fecha 21de diciembre de 2017 así como el arbitraje internacional interpuesto por Azucarera del Guadalfeo S.A. y Joaquín Martín Montero en contra de la Republica Dominicana por incumplimiento de contrato, caso actualmente llevado por la Dirección de Administración de Acuerdos y Tratados Comerciales Internacionales del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes.
A pesar de que el CEA está significativamente disminuido en relación a sus años de gloria, su nomina actual (junio2020) asciende a mas de 60 millones de pesos mensuales, todo un monumento a la política de botellas aplicada por el Partido de la Liberación Dominicana en todo el gobierno.
Para el ingenio Monte llano, cerrado hace mas de una década, hay dos alternativas, trasladarlo y puesto a operar en la región Este del país, o desmantelarlo y utilizar las partes que sean útiles para el ingenio Porvenir y vender el resto. Según nuestras informaciones, la fabrica del ingenio aun tiene la mayoría de sus equipos mas importantes intactos.
En el año 2015, como consecuencia de una de las visitas sorpresas del presidente Danilo Medina, el Consejo Estatal del Azúcar inició el financiamiento para la siembra de 16 mil tareas de caña de azúcar a unos 200 productores de la provincia Monte Plata y unos 105 productores de varias comunidades del municipio de Guerra, posteriormente el presidente Medina ofreció a los productores de caña la construcción de dos ingenios para la producción de panela de azúcar, uno en la comunidad de Chirino en Monte Plata y otro en San José de los Llanos, San Pedro de Macorís, una ironía ya que fueron los gobiernos peledeistas que desmantelaron los ingenios estatales.
El ingenio La Esmeralda, en construcción en la provincia de Monte Plata, tiene una capacidad de molienda de 500 toneladas de caña para una producción estimada de 25 toneladas de panela por día. A la fecha se han invertido unos 7.8 millones de dólares y se estima un faltante de 5 millones de dólares para terminarlo y equiparlo. Hay otro ingenio en construcción en Los Llanos, pero paralizado debido a la improvisación de iniciar la construcción en terrenos ajenos al Consejo Estatal del Azúcar, habiéndose gastado unos 6 millones de pesos.
La inseguridad de mercado ha hecho a las autoridades azucareras reconsiderar la utilidad del ingenio para la producción de panela, orientándola ahora hacia la producción de mieles ricas invertidas, que es un proceso totalmente coyuntural puesto que su producción excluye la producción de azúcar que es el principal producto de la industria azucarera.
Las mieles ricas invertidas se han empleado básicamente para la producción de etanol en los Estados Unidos y puede ser utilizada en la fermentación alcohólica, que es ahora la meta del ingenio, producir mieles ricas invertidas para venderlas a la industria alcohólica.
Me parece que ya se ha hecho una inversión demasiado grande como para dejarla perder, aun falta un monto importante por invertir y quizás unos dos años para terminar el primero de los dos ingenios en construcción, el reto es hacerlo rentable y auto suficiente para evitar la carga de subsidios que llevó a la mayoría de los antiguos ingenios estatales a su desaparición.
Un aspecto siempre olvidado ha sido la inhumana condición de vida en los bateyes. Un plan de inclusión social que fomente acciones de generación de capacidades en la población con vulnerabilidad que habitan los bateyes del Consejo Estatal del Azúcar, en combinación con otras instituciones como el Infotep y las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas, les daría oportunidades de forjarse un futuro mas auspicioso a estas personas.
Hay que gestionar dinero disponible en organismos internacionales y gobiernos amigos para inversión social en los bateyes en materias vitales como agua potable, mejoría de viviendas y generación eléctrica en base a energías alternativas, inversiones que debieron llevarse a cabo usando los recursos generados por las empresas reformadas bajo la Ley 141-97 y manejados a manos llenas para beneficio político de los incumbentes del Fonper, institución condenada a desaparecer por el nuevo gobierno.
Como vemos la liquidación del Consejo Estatal del Azúcar no es un asunto de emitir un Decreto o de una Ley del Congreso, es un complejo conjunto de acciones que deben determinar adonde van sus tierras, que hacer con sus ingenios, resolver temas laborales y legales y luego entonces darle cristiana sepultura.