La razón fundamental de los electores indecisos es que no tienen una clara decisión   sobre quién escoger en las urnas para que le represente. Los resultados electorales latinoamericanos recientes indican que van en aumento, especialmente,   entre la población juvenil, que se hace   más crítica y demanda más calidad de la gestión de los partidos políticos. Tres casos:

  1. En Argentina, los indecisos inclinaron la balanza hacia el opositor Macri en las elecciones del domingo 22 de noviembre(2015), quien derrotó al candidato oficialista en la segunda jornada electoral. Ese 10.9% de voto duro indeciso que publicaban algunas encuestas de medición a 15 días de sufragar, se redujo un poco y votaron a favor de Macri. Confiaron más en su eslogan Podemos, Sí se puede, inspirado en el Yes we can de Barck Obama del 2008. En cambio, no creyeron tanto en el eslogan del socialdemócrata, el candidato oficialista, Daniel Scioli, que decía: Scioli para la Victoria.

Hay un trasfondo ético en esa decisión de los indecisos a favor de Macri y no de Scioli. Estos decidieron apostar por un candidato con un suave radicalismo optimista de cambio, que se hizo manifiesto en sus discursos de centro-derecha, frente a su opositor, un kirchneriano del socialismo democrático.

  1. En la campaña electoral de España, el partido de inspiración socialista Podemos inicia su ofensiva electoral en la recta final en busca de los votos indecisos con dos estrategias. La primera consiste en reclamar el debate para probar a los indecisos que pueden más que los partidos tradicionales, especialmente el PP. Su candidato, Pablo Iglesias, ha proclamado que Sin debate no hay democracia. Albert River, del partido Ciudadano, amplía el coro y ha catalogo el debate de esta manera: no solo es entre rivales, es un debate con la nación, con los ciudadanos.

La segunda estrategia es su eslogan de campaña, Un país contigo, en el cual pretende involucrar a la ciudadanía en la reconstrucción de la nación española, azotada por el desempleo y la desesperanza. Sus propuestas están focalizados en cuatro áreas prioritarias: sin corrupción, con democracia, con derechos, y con justicia. También tiene un trasfondo ético. Veremos si logran persuadir a los indecisos el día de las votaciones.

  1. En la Rep. Dominicana, la abstención electoral alcanzó el 29.77% en las elecciones presidenciales del 2012, según la Junta Central Electoral. En ese porcentaje se encuentran los indecisos, de los cuales hay segmentos juveniles muy importantes que forma parte de ellos. No tenemos estudios publicados que expliquen sus razones. Sin embargo, si escucha a los jóvenes te darás cuenta del desencanto. Me llamó a la atención la respuesta y la interpelación de una estudiante de medicina que me expresó: Es que no hay en quién confiar, no ofrecen nada nuevo y no cumplen con mis expectativas. Dígame usted, ¿conoce alguno que piense en resolver los problemas? Me quedé callado porque en realidad estoy entre los indecisos de este país, desde hace un buen tiempo. Esa afirmación e interpelación de la joven es parte del sentir de muchos jóvenes que desean un cambio en la acción política del liderazgo. Lo he observado en mi trabajo de formación de jóvenes de sectores pobres y de clase de media de nuestro país.

El liderazgo pierde tiempo en asuntos poco prioritario y no tanto en cuajar una propuesta para avivar el espíritu juvenil en una sociedad que cambia a paso gigante. Le gana el terreno la división y el pesimismo de que esto no puede mejorar, sino adaptarse, sobrevir y nada más. Me resisto a esa actitud. La división atizan el desencanto y fragmenta aún más a la sociedad dominicana, como bien reseña un juicio anónimo, recreado por el historiador Antonio Lluberes que reza así: Lo grave de la división de los partidos no es la división de los partidos, sino la de la sociedad, la del país, la ausencia de un proyecto que nos unifique alrededor de un plan común.