La Republica Dominicana nunca había sido impactada por una crisis tan profunda como la actual, matizada por la combinación de factores que tienen a nuestra sociedad sometida a serias amenazas. Se trata de una realidad con demostraciones profundas de sucesos provocados por una Pandemia muy mal manejada y el accionar de un Gobierno corrupto e irresponsable que viene haciendo intentos de perpetuarse en el poder, con prácticas de corrupción e impunidad, con un peor carácter que el viral, que sacude las estructuras de toda nuestra sociedad. Perturba la paz social, reduce las posibilidades de desarrollo, disminuye la calidad de vida e implanta un ejercicio totalitarista doblegando y amenazando a todo el que disiente de sus nefastas prácticas antidemocráticas.

Como punto culmen, estamos en medio de un proceso electoral que nos obliga más que nunca a llevar un mensaje a la ciudadanía de cuál es la mejor solución para conducir políticamente un país y rescatarlo de esta profunda crisis. Para lo que no se puede inventar ni improvisar con ofertas, aunque nuevas, vacías de contenido. Se impone la experiencia y la capacidad colegiada.!!!!

Comenzando por una revisión de principios,” No podemos seguir haciendo lo mismo, ya que obtendremos los mismos resultados”, esta actual crisis nos ha demostrado nuestras grandes debilidades, por lo que tenemos que sacudir toda la vida nacional, los sectores productivos, los sectores de servicios, la salud, la educación, una reingeniería social tomado en cuenta la búsqueda de las sinergias sectoriales.

Sería bueno entrar en análisis de un sector administrado por el Ministerio de Energía y Minas, el cual fue creado mediante la ley 100-13, esta le otorga facultad para formular y administrar las políticas energéticas y de la minería metálica y no metálica. ¿Para qué ha servido este Ministerio?.  En que lo han convertido? Ha decir verdad no se puede apreciar ningún logro tangible e impactante en el sector energético y mucho menos en el Sector minero.

Para comenzar, la ley 142-13, modifica la anterior en su artículo 24 otorgándole todo el poder a la Compañía Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), de todo el tema eléctrico. Esto sería aplicable por cinco años, osea, hasta el 2018, pero hasta la fecha todo sigue igual. Los proyectos de energías renovables lo siguen manejando la Comisión Nacional de Energía institución preexistente. La Refinería se maneja como una entidad comercial privada del estado dominicano y del Estado Venezolano y así sus negociaciones de combustible. La gestión y manejo del combustible se hace a través de la Dirección de Hidrocarburos, del Ministerio de Industria y comercio, atribuciones establecidas por la ley 112-00, también esto sigue igual. Las exploraciones de Hidrocarburos la han intentado relanzar, pero con la misma informaciones geo científicas del pasado, de lo que se espera, los mismos resultados.

En consulta con algunos miembros del sector Minero, estos, en resumidas cuentas, dicen que el Ministerio lo que ha servido es como una retranca de la minería nacional, y para colmo, impulsando un proyecto de ley que espantaría la inversión privada nacional o extranjera del territorio dominicano. ¡De manera concluyente, las autoridades actuales han convertido ese Ministerio en algo inservible, bueno para nada!

¿Entonces qué hacer?, Desde nuestra visión, o se relanza el Ministerio a cumplir con su rol para el cual fue creado, dirigido por un equipo técnico que sepa lo que tiene que hacer, o se desintegra ese Ministerio. Para lo que se propone crear una entidad alimentada por políticas que garanticen el desarrollo del sector Energía, partiendo de la premisa que todo orden primero debe encaminarse a conseguir la independencia energética de la republica Dominicana. Que la energía no sea un negocio para beneficiar a sus dueños a costa de la deficiencia del sistema y la falta de acceso de la población a servicios competitivos. Democratizar la energía, y esto es colocarla como base del desarrollo del aparato productivo nacional.

Para el sector minero, se propone formar un Ministerio de la Industria Extractiva, que agruparía, la minería metálica, la no metálica, el sector de los áridos de la construcción y la exploración y eventual explotación de hidrocarburos. El Servicio Geológico Nacional se propone que se adscrito al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

La minería desde un Ministerio, no puede seguirse manejando por grupo de incapaces que no saben ni entiende la industria minera, lo que ha pasado en la actualidad, demuestra que en medio de la pandemia, la minería metálica, ha significado un soporte solido a la economía nacional, en medio de la demostración de la fragilidad de otros sectores.

Para concluir, los momentos actuales demandan de visión clara y cabezas pensantes. Las circunstancias de grave crisis, nos imponen decisiones bien ponderadas. Aprovechar esta crisis para crecer por las vías correctas. Es impostergable, que todos los sectores productivos nacionales tienen la obligación de relanzarse haciendo cosas distintas y fructíferas. Conseguir un país unido en la procura de su desarrollo democrático lo conseguimos dirigidos por un líder de esas dimensiones: ¡LEONEL FERNANDEZ!