INTRODUCCION
Hay diversos rostros de los sacerdotes, podemos ubicarlo en su carisma y en su funcionalidad ministerial, también se puede descubrir en su misión profética. Aquí comenzamos enumerando algunos rostros y estilos sacerdotales.
- VIVENCIA AL ESTILO DEL BUEN PASTOR
Las diferentes funciones empleadas por Jesús para hablar del rostro del Buen Pastor, tenemos en primer lugar, dar la vida, cuidar las ovejas, ser ungido por el Padre. Asimismo podemos hablar de cómo orientar al pueblo.
Dentro de esa vivencia sacerdotal podemos mencionar algunas: (Jn 10,3ss)
- Dar la vida por sus ovejas.
Esta es la matriz de la imagen que hace el Señor de su persona. “Yo Soy”, no me han encomendado que sea un presbítero más, no me han dicho que sea un burócrata más, no he venido para vivir en conflicto o imponer algún sistema a los pueblos, yo vengo a demostrarles que mi vida, mi esencia, mi manera de ser es la misma de mi padre, ser el Buen Pastor, aquel que quiere el bien de todos, aquel que no califica, sino que ofrece su salvación a todos, aquel que es bondad, que es amor, que es misericordia y que no busca la falta para juzgar, sino la buena voluntad para acelerar el proceso de cercanía con la salvación que todos buscamos.Y Jesús articula enseguida un discurso en el que la lista de los verbos retoma el contenido más profundo de sus “obras”. De esta parte podemos extraer palabras claves para los rostros de los sacerdotes, aquí ponemos algunas características de estos rostros sacerdotales:
- Conocer a nuestro pueblo, no sólo a nuestros amigos, sino lo que están fuera de nuestro templo, que son parte de nuestro corazón de pastor, que generalmente son los pobres, marginados, en una palabra, las ovejas maltratadas por la pobreza, por el vicio y la descomposición social.
- Dar (vida), Comprender el sentido de la cruz en nuestra vida sacerdotal, como son: el sufrimiento, la humillación, la soledad hasta la difamación de la persona del sacerdote
- Pastorear Aquí tenemos que ofrecer los medios para que nuestros fieles sean formados con calidad, como puede ser el estudio bíblico, desarrollar escuelas para laicos, diálogos teológicos con los fieles, etc.
- Reunir Enseñar el sentido de unidad, es decir, atraer hacia la comunión total en la unidad de vida a través de los proyectos pastorales que realiza la Iglesia local, principalmente en este momento en que estamos trabajando con el Plan Nacional de Pastoral que nos motiva e impulsa a vivir en acción la unidad eclesiástica en toda la Iglesia dominicana.
- Ofrecer Paz, “Mis ovejas escuchan mi voz… y ellas me siguen”: (10,27)
Crear una conciencia clara de que tenemos que ir detrás del pastor, eso es la voz del sacerdote, pero ese sacerdote debe de construir una plataforma de liderazgo para que pueda ser escuchado, a través del mejor medio que es el testimonio de vida, y eso nos da una autoridad testimonial.
Se puede resumir esta parte de la siguiente manera:
Las dos acciones que caracterizan a un discípulo de Jesús son:
a) La escucha del Maestro
b) El ejercicio del seguimiento, mediante la obediencia a la Palabra.
- Custodio de Amor, El Padre le confía las ovejas.
El gran titulo que se dio Jesús, fue ser el Buen Pastor, y como Buen Pastor a quien el Padre le ha confiado sus ovejas, vive toda su misión con una dedicación gratuita e incondicional, en la disposición de ofrecer la propia vida, dispuesto a afrontar la muerte, dispuesto a exponerse en primera persona para salvar a sus ovejas y tomar sobre sus hombros el mal y las heridas provocadas por esta sociedad de consumo que no comprende ni entiende la vida del sacerdote.
Aquí podemos ubicar el rostro misericordioso del Padre, rostro de acogida, tan hablado en nuestro plan de pastoral, y una de las características fundamentales del hombre de Dios.
- El presbítero es un testimonio que cuestiona, porque representa a Jesucristo el Buen Pastor que fue capaz, de reunir multitudes a través de la prédica de su palabra y su ejemplo de vida. Es un rasgo que debe tener un sacerdote en nombre de Cristo, y ha de tener siempre muy presente la manera cómo Cristo la ejerció. El Señor Jesús hizo de toda su vida una convocatoria. Invitó a todo el mundo a aceptar la vida nueva y la salvación que venía a ofrecernos. Llamó a ricos y pobres, a justos y pecadores, a judíos y gentiles. Supo tener paciencia, comprender, acoger, perdonar y olvidar; estaba pendiente de los pequeños, de los débiles, de los enfermos y de los afligidos. Sabía hacerse el encontradizo y estaba siempre llamado e invitado. Su misión no era condenar, sino sacudir fuertemente a los dormidos en el pecado. El estilo de esta convocatoria debe encarnarlo el sacerdote, amar más a su pueblo si quiere ser fiel a la misión recibida.
La misión de un sacerdote que convoca al pueblo de Dios, tiene que motivarlo a ese pueblo para que los fieles tomen conciencia de su propia realidad, invitándolos a profundizar y a fortalecer su fe; eso supone hacerles conscientes de la acción de Dios sobre ellos y sus propias responsabilidades; supone también, una acción de cara a los fieles para que formen su propia conciencia cristiana a fin de que con prontitud, encuentren y sigan la voluntad de Dios; tratar de que se sientan cada día más unidos a Cristo y a los hermanos.
4. Un Rostro Eucarístico: el sacerdote debe ser un hombre del altar, por eso, cuando celebra la Eucaristía debe estar revestido de Cristo, tanto en la forma exterior como la interior, porque en ese momento él esta actualizando el misterio de la Eucaristía, aquí no podemos ver esas diversidades de rostros sacerdotales en la forma de vestir; sino que en el momento del sacramento debe estar completamente revestido, aquí no puede entrar la diversidad ni el liberalismo, sino esta, aquí está el rostro de la Iglesia presente.
5. La Alegría Sacerdotal:
Algunos elementos para destacar la alegría sacerdotal:
- Libre: Es un hombre de una gran libertad interior, no busca el triunfo, sino el crecimiento de las ovejas, eso le da libertad y realización a su llamado sacerdotal.
- Hombre de Diálogo: No es una persona agresiva, sino capaz de comunicar las ideas en cualquier ambiente, en el campo, en la ciudad, en el mundo universitario, con intelectuales, empresarios y trata de evitar cualquier conflicto; no pierde el control de sí mismo, no pierde los estribos y evita el resentimiento.
- Profundo: El sacerdote es un hombre con un sentido profundo de la vida, no es superficial, aquí entra que es una persona con precisión en la forma de hablar, porque habla con seguridad, con lealtad, con paciencia, humildad y sus palabras son fortalecedoras.
- Solidario: Es un hombre que tiene sensibilidad social, no se puede ubicar como persona solitaria, sino capaz de amar desinteresadamente, de practicar la caridad, principalmente con el que más sufre y aquellos que el mundo los rechaza y no los comprende.
- Comunicativo: No es una persona cerrada en sus propios intereses; sino expresiva, y con alegría comunica lo que ha aprendido. Una buena comunicación conlleva a que su comunidad esté siempre alegre.