En estos días donde la corrupción rampante está siendo puesta en relieve, la palabra felicidad, también su antónimo, se escribe con “X” y otras faltas, no solo ortográficas, para desgracia de las grandes mayorías a lo largo y ancho de la isla; pues la ambición de tesoros y riquezas es desmedida, cual pirata de la antigüedad, como se relata en cuentos o novelas de aventuras de la autoría del escocés Robert Louis Stevenson tal como: “La Isla del tesoro”.
Dicha ambición de riquezas y tesoros ya traspasa las fronteras virtuales de nuestras naciones. Es curioso como las banderas de piratas tienen una osamenta o carabela sobre dos tibias en forma de “X”. Tal ambición, y a modo de consejo, es grave y fatídica para quienes la albergan en sus mentes y corazones, pues todos los imperios del mundo han caído cuando después de tener el 100% de todo van detrás del 110%. Podemos preguntarle a Napoleón, a los romanos, a Carlos Magno o a un delincuente como Hitler y todo esto por el deseo de grandeza, como exhiben hoy los principales miembros del Comité Político del partido de gobierno.
Lo grave y bochornoso de todo es que, salvo raras excepciones, no se le conocen riquezas, ni empresas, ni herencias previo al 1996. Aprovechamos para invitar a los principales diarios y medios INDEPENDIENTES, a investigar sobre este último particular, incluyendo al actual candidato a la Presidencia de la República por el partido de gobierno. Pues ya muchos han iniciado a preguntarse: “¿De qué vive Danilo?”
Ya es ampliamente conocido cómo algunos políticos de la actual gestión en su ambición desmedida están adquiriendo bienes y propiedades por doquier. Hasta se comentó en los medios hace días, que hasta avión privado poseen algunos…
“Jefe, el avión, el avión, ahí viene el avión…
(Recordando al enano en la serie que ya ni recuerdo… ¿Era el crucero del amor?)
En diferentes círculos sociales se afirma, con disgusto, pena y vergüenza que las personas más adineradas de este país ya no son las familias tradicionales como Vicini, Corripio, Gonzalez-Cuesta, Leon Jimenez, Grullon, Lama, Ramos, Perelló, Brache, Bermudez, Barceló, Brugal, Rizek, entre otras connotadas familias, que poseen conocidas instituciones que generan una muy buena parte del PIB nacional, sino que son algunos apellidos pertenecientes a la cúpula del partido de gobierno, incluyendo la esposa de uno de ellos. En las mismas anécdotas y comentarios se menciona que algunos de los miembros de estas familias, han dicho que ciertamente los “Señorones” del PLD son más adinerados comparativamente, pues a cualquiera de las familias tradicionales les ha tomado entre 50 y 100 años acumular sus fortunas, pero a los “señorones” del PLD sólo les ha tomado 8 meros años. Las denuncias están ahí. Las evidencias se han presentado. Funcionarios que compran y compraron favores para “INVERTIR” a lo largo de toda la isla buscando sus propios tesoros antes de salir, o mejor dicho los saquen del poder.
Algunos expertos consideran que es un modo –ilegal- de lavar riquezas que no pueden justificar y que deben ser sometidos o bien a juicio político, o a la acción de la justicia sea en las altas cortes o ante los tribunales internacionales, pues también estos aseguran que la justicia local tiene una venda y parece que tapones en los oídos. –Como dice el dicho: “Ciega, sorda y muda”.
Sorprende que los denunciados en su torpe defensa le llamen “envidia” a tal avalancha de reclamos por todos los medios locales e internacionales. ¿Envidia de qué? Más inconsciente no puede ser. Un inFELIX testaferro que no puede demostrar lo que exhibe, por tanto no lo puede disfrutar a plenitud como hacen las personas HONESTAS. Y si en nuestros países existiera una mayor conciencia ciudadana, resultado de un adecuado nivel de educación, este y otros testaferros, el Presidente de la República y sus asociados YA HABRIAN RENUCIADO o se les habría hecho renunciar.
¿Habrá que recordarle la primavera árabe? o ¿Habrá que re-hacer el VERANO DOMINICANO? ¿EL 24 de Abril? Por suerte para usted y compartes, ahí vienen las elecciones del 20 de mayo y se le pasará la factura a su gobierno, muy a pesar de su malsana intención de comprar y manipular dichas elecciones y las voluntades de los más humildes.
Pero pobre de ustedes si se equivocan y pretendieran alzarse con las elecciones y un triunfo ilegítimo o fabricado, pues por las condiciones sociales y económicas actuales vs. El latrocinio de los funcionarios del gobierno, sería INSOSTENIBLE e INVIABLE tal chifladura. Ya este país es INVIABLE. Ya el gobierno se “descascara” con, entre otras irregularidades económicas, el déficit fiscal que ya ven con preocupación las principales casas de inversión del mundo.
¡El voto en contra VA!, ¡El cambio VA!, Eso es muy claro, obvio y evidente. Eso es seguro.
La base del pueblo está sintiendo en el estómago, la clase media está sintiendo en su bolsillos; y los empresarios e industriales en sus cuentas de bancos, están viendo y sintiendo quiénes son el verdadero PELIGRO para esta hermosa isla llena de tesoros.
Dicen que: “El dinero no lo es todo” y que el dinero no compra la “felix-ida-d”, pero en la isla del tesoro parece que sí. Y la compra muy bien, de hecho la compra toda, al punto de condenar y hacer infeliz o hundir en la miseria a más de 20 millones de habitantes que tiene esta preciosa isla del Caribe.
Y no hablemos de los tesoros que aquí tenemos, pues ha trascendido que algunos de estos “señorones” de la Av. México reciben y recibirán groseros beneficios, durante varias generaciones, como resultado de la explotación minera de oro, los cuales serán depositados en cuentas en el exterior y que algunas de las personas de confianza de dichos “señorones” se encuentran sentadas en el “board” como “consejeros” de dichas empresas a fin de velar por sus intereses.
Así, que es obvio ver la tranquilidad de los mismos al punto que ni se sorprenden, ni se inmutan, cuando por ejemplo, un grupo empresarial local con mucho esfuerzo y trabajo logra inaugurar una planta de producción industrial a un costo de RD$800 millones, pues estos montos para ellos, son como lo que representa una peseta para usted y para mí.
Es muy curioso, cuando uno se pone a ver la última parte (La Parte sexta, El Capitán Silver) de esta encantadora novela de ambiciones y piratas del 1883 -LA ISLA DEL TESORO- como casi todos los capítulos coinciden con nuestra realidad o con lo que deberá pasar durante y después de las elecciones del presente año:
- Cap. 28. En el campamento enemigo
- Cap. 29. La marca negra, de nuevo
- Cap. 30. Bajo palabra
- Cap. 31. En busca del tesoro: la señal de Flint
- Cap. 32. En busca del tesoro: la voz entre los árboles
- Cap. 33. La caída de un jefe
- Cap. 34. El fin de todo
Tal como termina la verdadera historia de piratas que tripulan la embarcación Hispaniola en dicha novela, en su capítulo final: “EL FIN DE TODO” (Capítulo 34) será el día “D”, el 16 de agosto del presente año con la “ida” del principal patrocinador del inFELIX gobierno. O sea la caída de un Jefe (Capítulo 33). Y de seguro el próximo gobierno los pone “Bajo Palabra” (Capítulo 30) por haber cruzado la “Marca Negra”, de nuevo (Capítulo 29) o, caerán bajo el campamento enemigo (Capítulo 28).
Sr. Gran Pirata, le deseamos a usted y a los demás saqueadores de la nave la Híspaniola una Felix-ida-d-palacio el 16 de agosto del 2012.
Ojalá que al igual que el protagonista verdadero de la novela: “LA ISLA DEL TESORO”, los protagonistas del Palacio Nacional y los que hoy son los Senadores de la impunidad (quería decir con la inmunidad que da una patente de corso) adopten un tono crítico y una reflexión ético-moral hacia el dinero y la ambición. Esto por su propia tranquilidad emocional o tendremos que irlos a ver al manicomio (el Presidente Fernández, recién inauguró nuevas salas) pues dudo mucho, que puedan permanecer, aunque sea, un poquito cuerdos después del día “D” pues la conciencia, si es que tienen alguna, también cobra y pasa su factura a modo de *REMORDIMIENTOS y enfermedades psicosomáticas.
Uno pensaba que la piratería, el saqueo, la apropiación de las riquezas de la isla, los chantajes, compra de conciencias y demás actividades de corsarios (con patentes de corso otorgadas por el rey o gobernante con el propósito de repartir el botín) ya habían pasado en nuestra historia Nacional con Francis Drake, pirata inglés que saqueó la isla en 1586 y con los corsarios franceses que se ubicaron en la parte occidental de la isla, que dieron a Haití su idioma oficial de hoy, aparte del creole; pero parece que no. De hecho uno pensaba que el tema de la piratería en la zona ha sido bien cubierto por estas novelas, hasta ha sido llevado al cine bajo el título de “PIRATAS DEL CARIBE”.
Hoy tenemos a los Piratas-Ladrones-Dominicanos, corsarios, filibusteros y bucaneros, en versiones muy mejoradas, todos con los mismos permisos y derechos que otorgan las patentes de corso (antes dada por el Rey o Reyna de países europeos, y que en la actualidad dichos permisos son dados por el Presidente L.F. Reyna a través de un nombramiento o decreto, que en su mayoría van para 8 años, y pretendiendo extenderlo a la fuerza); pero por supuesto que hoy son muchísimo más sofisticados. Estos PIRATAS del gobierno además de sus barcos, yates y lanchas rápidas, usan aviones propios y privados, Ipads, I-phones, blackerries -y demás “GADGETS” accesorios- mega divas como secretarias, tienen fundaciones, constructoras, y quien sabe cuántas cosas más.
Esperamos que la gente seria y honesta, la sociedad civil, los diarios y programas de investigación puedan seguir recabando más información y evidencia, sino no borran todas las huellas, para que esta historia de Piratas también tenga su final feliz para el pueblo, y que la FELIX-IDA-D de los piratas, termine como terminaron la mayoría de las historias de piratas malvados: Colgados del “ASTA” más alta del barco o encarcelados, condenados a galeras o bien juzgados y condenados por el pueblo, ahorcados en las plazas públicas o apedreados.
Creo que muy pronto llegará alguien que pondrá FIN a la historia de LA PIRATERIA y saqueos de PeLanDrones en esta “LA ISLA DEL TESORO”, la cual de seguro terminará como hemos terminado otros cuentos anteriores:
“Y Colorín colora’o-morado, este cuento se ha acabado”.
DEFINICIONES Y REFERENCIAS SEGÚN LA REAL ACADEMIA Y OTRAS FUENTES COMPLEMENTARIAS:
La isla del tesoro
La isla del tesoro es una novela de aventuras escrita por el escocés Robert Louis Stevenson, publicada en libro en Londres en 1883 (publicada originalmente por entregas en la revista infantil Young Folks, entre 1881 y 1882 con el título de The Sea Cook, or Treasure Island).
Esta obra ha sido fuente de inspiración en el cine, en la televisión, en la literatura, en cómics e incluso en videojuegos. La novela adopta un tono crítico y una reflexión moral del protagonista hacia el dinero y la ambición
"El efecto de La Isla del Tesoro sobre nuestra percepción de piratas no puede ser sobrestimado. Stevenson unió a los piratas para siempre con mapas, goletas negras, islas tropicales, y marineros con una sola pierna con loros sobre sus hombros. El mapa de tesoro con una X que marca de la posición del tesoro enterrado es uno de los apoyos piratas más familiares ", sin embargo es completamente una invención ficticia que debe su origen al mapa original de Stevenson. El término "La Isla del Tesoro" ha pasado a la lengua como una frase común, y a menudo es usada como un título para juegos, paseos, sitios, etc.
Gran parte de esta historia se refiere al pirata Capitán J. Flint, "el pirata más sanguinario que alguna vez haya vivido", muerto antes que la historia principal comience.
Flint fue el capitán del Walrus, con una larga carrera que operaba principalmente en las Indias Occidentales en las Antillas y el sur de las costas de las colonias Americanas. Muchos otros ex miembros de la tripulación de Flint se encontraban a bordo de la Hispaniola, aunque no es posible identificar que todos eran los hombres de Flint y que posteriormente de acuerdo a unirse al motín.
Flint y su tripulación eran acertados, despiadados, temidos ("la tripulación más áspera a flote"), y ricos, si pudieran haber manteniendo sus manos sobre el dinero que robaron. La mayor parte del tesoro de Flint conseguido por su piratería -700.000 libras en oro, lingotes de plata y una gran cantidad de armas- es, sin embargo, enterrado en una remota isla del Caribe, o más bien en algún punto en el Océano Atlántico cercano al Caribe, Flint sacó el tesoro del Walrus con seis de sus marineros y lo llevó a tierra, también construyendo una empalizada y estacada en la isla para la defensa. Cuando lo enterraron, Flint volvió al Walrus solo, habiendo asesinado a los seis marineros y con un mapa con la localización del tesoro que guardaría hasta el momento de su muerte. El paradero de Flint y su tripulación fue oscuro.
Flint estaba enfermo y su consumo sin control de ron no lo ayudó. Sobre su lecho de enfermo fue recordado por cantar el canto de marineros "quince hombres" y pidiendo incesantemente más ron, con su cara de inflexión azul. Sus últimas palabras fueron: "Darby M’Graw! Darby M’Graw!", y luego, después de alguna blasfemia, "Trae el ron, Darby! Justo antes de su muerte, le entregó el mapa del tesoro a su compañero del Walrus, Billy Bones.
0. Pirata.
(Del lat. pirāta, y este del gr. πειρατής).
1. adj. pirático.
2. adj. clandestino.
3. com. Persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar.
4. com. Persona cruel y despiadada.
La denominación de «pirata»
Se llama piratas a los navegantes que, a lo largo de la historia, saqueaban naves mercantes para obtener un botín. La piratería comenzó con los primeros barcos griegos, pero la palabra se comenzó a aplicar para designar a los ladrones que atracaban a los barcos que recorrían las rutas comerciales de españoles, ingleses, franceses y portugueses entre los siglos XV y XVIII. En particular, los más temidos eran los vándalos ingleses, que saqueaban a los navíos españoles que volvían de Portobelo (hoy Ciudad de Colón, en Panamá) con los tesoros del nuevo mundo.
Los piratas que cometían hurtos y crímenes eran ahorcados en las plazas públicas, tras juicios a los que la población les sometía.
1. La Bandera Pirata -Símbolos del terror-
Las banderas piratas se izaban cada vez que un barco iba a atacar una nave. Cada pirata, corsario o bucanero tenía una propia, aunque eran variantes de la famosa calavera sobre dos tibias cruzadas, donde el cráneo sobre fondo negro simbolizaba la muerte. También incluían armas (sables, mosquetes, hachas) y corazones que simbolizaban la sangre derramada
- Bucanero
Un bucanero (en las lenguas caribes: bucán es rejilla o trama de madera utilizada para ahumar la carne por los habitantes precolombinos de las Antillas) era en origen un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual Haití y República Dominicana, que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para bucanear, es decir, ahumar la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe.
Durante el siglo XVI se establecieron en la parte occidental de la isla, que había sido abandonada por los españoles, aventureros europeos, particularmente franceses, en su mayoría normandos, que copiaron de los amerindios (arawaks) la técnica de conservación de la carne y se dedicaron a preparar la piel de los animales cazados para venderla a los europeos de paso.
Cuando las autoridades españolas invadieron la isla por no pagar impuestos a España, exterminaron a los animales en que se basaba el comercio de los bucaneros, y las autoridades francesas, que gobernaban la Tortuga, dictaron leyes en su contra, muchos de ellos se establecieron en la isla de la Tortuga sumándose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII el término, alternado con el de filibustero,[1] pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje.
3. Corsario, ria.
(De corso1).
1. adj. Se dice del buque que andaba al corso, con patente del gobierno de su nación.
2. adj. Se dice del capitán de un buque corsario y de su tripulación. U. t. c. s.
3. m. y f. pirata.
4. Filibustero (en francés flibustier, en inglés freebooter, en neerlandés vrijbuiter; "que se hace del botín libremente", también podría proceder del inglés fly-boat, "tipo de velero rápido") era el nombre que recibía el pirata que en el siglo XVII formaba parte de los grupos que actuaban en el mar de las Antillas. Su característica especial, que lo diferenciaba de otros piratas, era que no se alejaban de la costa, la bordeaban y saqueaban las localidades costeras.
El último triunfo de estos piratas fue la toma de Cartagena de Indias en 1697, con la ayuda de una flota de corsarios franceses. Desde entonces su número disminuyó rápidamente, y no se encuentran referencias históricas de ellos a partir del siglo XVIII.
5. Francis Drake
Francis Drake (Tavistock, Inglaterra, c. 1543 – Portobelo, Panamá, 28 de enero de 1596), conocido en España como Francisco Draque, fue un corsario inglés, explorador, comerciante de esclavos, político y vicealmirante de la Marina Real Británica. Dirigió numerosas expediciones navales contra los intereses españoles en la península ibérica y en las Indias, siendo la segunda persona en circunnavegar el mundo (tras Elcano), y participando en el ataque a Cádiz de 1587, la derrota de la Grande y Felicísima Armada y el ataque a La Coruña de 1589, entre otras.
Fue considerado como un pirata por las autoridades españolas, mientras en Inglaterra se le valoró como corsario y se le honró como héroe, siendo nombrado caballero por la reina Isabel I en recompensa por sus servicios a la corona inglesa.
El 1 de enero de 1586 llegó a la isla de La Española, donde mandó desembarcar 1.200 hombres que tomaron la ciudad de Santo Domingo, exigiendo un rescate a las autoridades españolas por su devolución. Un mes más tarde, después de haber incendiado parte de la ciudad y haber recibido un pago de 25.000 ducados, los atacantes se retiraron, haciéndose nuevamente a la mar. La misma operación fue llevada a cabo contra Cartagena de Indias, que mantuvieron en su poder durante 6 semanas, devolviéndola a cambio de 107.000 ducados.
El 1 de marzo, habiendo tenido pocas bajas durante los enfrentamientos con los españoles y los indígenas en Santo Domingo y Cartagena, pero diezmados por la fiebre amarilla, zarparon de Cartagena con la intención de regresar a Inglaterra.
6. Remordimiento.
1. m. Inquietud, pesar interno que queda después de ejecutada una mala acción.