No es una casualidad que justo al día siguiente de producirse la exitosa y multitudinaria Marcha Verde salga publicado en todos los diarios importantes del país lo que en publicidad llamamos una "portada falsa", o sea una sobre portada que tapa u oculta la primera (y última) página donde aparecen las principales noticias del día, y que en este caso le correspondían a esa importantísima manifestación popular.

En dicha sobre portada que lleva el pomposo texto "Grandes logros dominicanos 2012-2018, estos logros también son tuyos, conócelos, celébralos y sigamos avanzando" ( ¡Claro que son nuestros, los hemos pagado y bien pagado, muchos hasta con sobrevaluaciones escandalosas!)

No, no es casualidad, se trata de una fea y burda maniobra del gobierno de Danilo Medina que hasta el menos avisado de los lectores se da cuenta de que se trata de minimizar el impacto de la protesta nacional reclamada por las grandes mayorías nacionales contra la impunidad y la corrupción, acaecida el pasado domingo.

Además, como pieza informativa o publicitaria es un puro toyo, porque al querer meter nada menos que cuarenta y seis "logros" en tres páginas de reducido tamaño, el texto es tan pequeño y la diagramación tan espesa, que ni se puede ni dan ganas de leerla. Seguro que ni los mismos miembros del PLD han podido descifrarlas. Unos buenos cuartos malgastados, que también son nuestros, para que no veamos la cara oculta, oscura y sucia de la luna gubernamental.

El gobierno de Danilo tiene como las monedas, dos caras. Una, es del tipo desarrollista que quiere convencernos que se están haciendo muchas estructuras para el bien o avance de país, hospitales todavía de dudosa eficacia, escuelas sin profesorado adecuado, una revolución educativa sin verdaderos revolucionarios, el buen metro y los buenos teleféricos y otros más, que sirven además como plataforma de justificación para una posible reelección presidencial dentro de un par de años, es decir, a la vuelta de la esquina electoral.

Pero la otra cara, el reverso de la moneda, el buen hacer y la ética que debe acompañar a cualquier gobierno, está eclipsada por la falta de condena expresa, un silencio oficial que grita complicidad a los cuatro vientos, y hasta la anuencia en las más altas esferas de Palacio, con los gravísimos casos de corrupción y tolerancia ocurridos en los últimos años como los Tucanos, sus aviones y sus seguros, Odebrecht, el CEA, la OMSA, o Los  Tres Brazos ensombrecen todo lo positivo que se haya podido conseguir.

El gobierno de Danilo Medina es alérgico al color verde de la verdad y la pureza, y odia y teme las Marchas Verdes por ser los fantasmas de sus malas acciones y que, en lugar de aminorar con el tiempo, se robustecen más y más en tamaño e importancia. Y tiene, como se ha apuntado, motivos sobrados para ello.

Y por eso tenían planeada desde de antemano la sucia maniobra del lunes, tratar de tapar el sol de la decencia y de la voluntad popular de castigar y acabar con las infamias con un dedo de propaganda mal pensada, y peor ejecutada.