En días recientes, la comunidad de Villa Los Almácigos, provincia Santiago Rodríguez, se estremeció por un hecho insólito de su máxima autoridad. En efecto, el alcalde del municipio, Inocencio Carrera Espinal, está acusado de violar los artículos 330 y 331 del Código Penal Dominicano. El suceso, tiene atolondrados a unos amigos conocidos como “expertos en municipalismo”, no se explican cómo es que el PRD y menos FEDOMU dicen nada ante el abuso. Igual que ellos, pero por razones diferentes, me declaro absorto porque ese monstruo sigue en su puesto sin que a nadie le importe lo que haga o deje de hacer.
El delito se ventila en dos escenarios, uno es los tribunales de justicia, el otro las calles del municipio Villa Los Almácigos, que se revela como consecuencia del primero.
De su lado, el procurador de la Corte de Apelación en la provincia, Juan Casilla Solís, explicó que Inocencio, mantiene una relación sentimental con una menor de 14 años. Este alcalde, está abusando de la adolescente desde que tenía 11 años, aseguró Casilla Solís. En el otro lado, grupos de personas se movilizan en protesta para que dejen trabajar tranquilo al alcalde en cuestión. Según los expertos en municipalismo, la gente que protesta es parte de la clientela política del perredeista Inocencio Carrera Espinal.
Creo, sin temor a equívocos, que con la actitud del Partido Revolucionario Dominicano nadie sufrirá un ataque al corazón. De hecho, hasta los chinos de Bonao conocen la forma medalaganaria, que raya en lo delincuencial, de los perredeistas. La Federación Dominicana de Municipios es otra ficha conocida, bien le va el dicho que reza, “de tal palo, tal astilla”.
Desde su nacimiento, la preocupación de FEDOMU se centra en buscar fórmulas para cubrir los actos de corrupción perpetrados por los alcaldes. Para muestra un botón, el ex alcalde de San Francisco de Macorís, desfalcó el Ayuntamiento con más de 400 millones de pesos. Con todo y la depredación administrativa, el ex funcionario municipal cobra cien mil pesos mensuales en FEDOMU, afirman los duchos en municipalidad.
Los partidos políticos no se inmutarán ante hechos como estos, su preocupación se intensificará en la medida que estén en peligro los privilegios que les da el poder. Los partidos no están para velar porque se cumplan las leyes y que sus miembros representen a la ciudadanía. Esas son prerrogativas que pueden estar plasmadas en los estatutos de cada uno, su empeño está en defender a troche y moche a su gente. Las asociaciones y federaciones municipales no escapan a esta realidad patética, donde la ética, por ser verde se la comieron los burros.
En todo caso, la sorpresa debe ser porque la cooperación internacional invierte millones de euros y de dólares, que solo sirven para alimentar estupro y corrupción. La otra razón de “caerse pa’tras” es ver la población protestar para defender un crimen tan horrendo como la violación o seducción de una menor de 11 años.
Amigos míos, el asombro está en que no hemos sido capaces de construir un espacio de poder que se constituya en contrapeso de los depredadores del erario. Creo que es tiempo de salir de las oficinas a las calles, dejar los contratos de consultorías que doblegan voluntades.
¡Hay que salir a convivir con la gente!
Solamente, viviendo codo a codo con la gente, lograremos recuperar la capacidad de asombro en el ciudadano de a pie. Entonces y sólo entonces, los partidos políticos se verán empujados a asumir acciones más apegadas a la ética. De igual forma acontecerá con los gremios, federaciones y demás yerbas municipales.
Se hace evidente el desfase de partidos como el PRD y la innecesaria existencia de casi una decena organizaciones u ONG, supuestamente Municipalistas, que sólo sirven para consumir presupuesto.