Santo Domingo hay que caminarlo a pie y a todas horas para saber lo que realmente se cocina.

¿Saben ustedes cuál es la esquina que más apesta de la Ciudad Colonial? No los fastidio: es la del Conde con Palo Hincado, justo frente al mismísimo Altar de la Patria, o Parque Independencia. Pase usted por ahí a cualquier hora y cualquier letrina del siglo XIX olerá mejor que esa esquina. ¿La razón? Pase usted entre las tres y seis y media de la mañana y descubrirá el secreto: ese es un punto de recogida de basura, justo en esa esquina donde tanta historia del siglo XX se jugó, desde los discursos de Manolo Tavárez hasta todos los paseos de Caamaño, Juan Bosch y las tropas aquellas. Y si fuera de basura ordenada, en sus funditas de plástico, muy bien, pero no: es de esa que chorrea y tiene que ser recogida a mano. Quien pase por ahí a las 6 y media de la mañana advertirá una tropa de infelices empleados del Ayuntamiento haciendo maravillas, con sus palas, sus uniformes amarillos, el sudor chorreando, en fin.

En fin, "así somos", esa es "la Patria", los símbolos, y eso para no hablar del Parque Independencia y de la estatua de los Tres Padres, de mármol de Carrara roceado con pintura popular, todo un crimen del que nadie se entera: ni las instituciones artísticas ni culturales ni nada ni nanina.

¿Y los patriotas? ¿Patrullarán por la patria a las seis de la mañana para ver qué pasa cuando todo duerme?

No, qué va. La patria es sólo cosa de pantalla.