Sobre la Microestructura y Eficiencia de la Bolsa Agroempresarial Dominicana.

Desde la creación de los primeros mercados agrícolas sumerios y los mercados de metales de la edad clásica, las bolsas de commodities han sido históricamente una de las herramientas primordiales para el desarrollo de los pueblos desde economías agrícolas hacia economías industriales y de tecnología. Estos mercados cumplen primordialmente con 3 funciones de vital importancia: a) la eliminación de los márgenes de intermediación en los productos comercializados; b) la estabilización de precios mediante la posibilidad de realizar contratos a futuro; y c) la minimización de los riesgos asociados a la producción mediante la utilización de estrategias de cobertura con instrumentos derivados (Futuros, Opciones, Forwards y Swaps).

Los mercados de commodities son aquellos en los cuales se transan bienes básicos como el cacao, café, arroz, soja, oro y carbón mineral, entre otros. Primordialmente son mercados de bienes no industrializados o de baja industrialización en donde más de tres cuartas partes de sus transacciones son realizadas con fines financieros. Las transacciones financieras en estos mercados sirven para que cuando un productor quiera o necesite vender su producción, "Spot" o a futuro, siempre exista alguien que esté dispuesto a la compra a precio justo; a esto se le conoce como la acción de dar liquidez y profundidad al mercado. Razón esta por la cual han sido infructuosos los esfuerzos de eliminar las transacciones financieras en estos mercados mediante la colección de tributos.

Gracias a estas características de profundidad y liquidez, junto a la libre movilidad de capitales y el arbitraje, los precios de los productos transados son relativamente similares tanto en Londres como en Nueva York. Existen investigaciones y modelos realizados por la universidad de Harvard que demuestran que esta libre movilidad de flujos y la capacidad de los intermediarios financieros de explotar ineficiencias en los mercados, forzan en el mediano y largo plazo a precios más justos aunque a veces más volátiles en el corto plazo.

Es un hecho también demostrado que la eficiencia de los mercados financieros y de commodities es uno de los principales motores del crecimiento económico de los pueblos. No es casualidad que el premio Nobel del año 2013, el Dr. Eugene Fama, logró tal laudo a partir del desarrollo de su teoría de eficiencia de los mercados. Esta eficiencia es lograda como consecuencia de la rapidez con que las informaciones sobre los diferentes productos y títulos se incorporan a sus precios. la eficiencia se consigue a partir de lo que se conoce como microestructura de mercado, o los mecanismos y reglas utilizados para realizar las transacciones y fijar los precios.

 Es increíble para nosotros encontrar que se negocian una cantidad de productos y servicios no asociados ni conexos a los fines de este tipo de mercados. Desde gomas, repuestos, jeepetas, incautaciones de las Dirección General de Aduanas (DGA) y el CESFRONT

Entre las reglas obligatorias a cumplir por estos tipos de mercado se encuentran: la publicidad de la información, la libre participación, anonimidad de los actores (ofertantes y compradores) y estandarización de la oferta de productos. El requisito de anonimidad tiene como objetivo la protección de los inversionistas y participantes menos informados debido al riesgo de negociación con otros que cuentan con información privilegiada y/o la capacidad de conocer de forma anticipada políticas públicas que afectan el bien. La publicidad de la información, o el hecho de que la misma información esté publica para todo el mundo en el mismo momento y en la misma extensión, busca el no aprovechamiento de terceros de posiciones extremas o posibles ajustes de mercado posteriores, defraudando así a los que han obtenido la información con dilación. La libre participación de cualquier inversionista, a través de un puesto de bolsa o broker, asegura la liquidez y profundidad descrita anteriormente. La estandarización requiere el transado de los mismos productos de forma regular y en la misma calidad, ya que es imposible lograr volúmenes transaccionales amplios sobre instrumentos de oferta “Custom Made”.

En el país desde junio del 1997 opera la Bolsa Agroempresarial de la República Dominicana (BARD), con el autoproclamado fin de "fortalecer y hacer más transparente y confiable el proceso de comercialización agropecuaria, reduciendo la intermediación en beneficio de productores y consumidores”. Como todo mercado de commodities, está supuesto a comercializar títulos representativos de productos, contratos de futuros y derivados sobre productos, favoreciendo la libre concurrencia, la competencia y transparencia del mercado. El proceso embrionario de la BARD se inició a mediados de los años 90 con el apoyo del Banco Central y del mercado más poderoso del mundo, el Chicago Mercantil Exchange (CME). Según su sitio de internet la BARD es una empresa afiliada a la Junta Agroempresarial Dominicana, Inc. (JAD). Constituida bajo las regulaciones de la Ley del Mercado de Valores No.19-00 y su Reglamento de Aplicación 729-04; puesta en operación mediante decreto No. 386-97 del Poder Ejecutivo.

La estructura actual está compuesta por, la bolsa como organismo privado encargado de mantener un mercado justo, los puestos de bolsa que se encargan de realizar transacciones en cuenta propia o para sus clientes, y los participantes quienes están supuestos a emitir ordenes de compra y venta de productos. Según publicaciones de la JAD, existen 53 "puestos de bolsa” que pertenecen en su gran mayoría a personas físicas o sociedades de responsabilidad limitada, aun cuando la ley y el reglamento de valores exige desde el año 2000 que debe ser utilizado un esquema societario de propósito especial. Hemos constatado que casi todos los puestos están en proceso de transformación societaria para convertirse en empresas de propósito especial. Estos puestos de bolsa, con limitaciones, representan a los participantes potenciales y actuales de la bolsa.

Los intermediarios financieros, como bancos múltiples, fondos de inversiones, compañías de seguro y fondos de pensiones no participan en este mercado. Son obligatorias las preguntas: ¿Por qué se da esta situación en nuestro país, si internacionalmente 75% de las transacciones en los mercados de commodities son realizadas por este tipo de actores? ¿Es que ineficiencias en la microestructura de mercado de la BARD causan exclusión, voluntaria o inducida, de este tipo de participantes? Nos propusimos entonces determinar si se cumplen en la BARD las reglas y condiciones mínimas requeridas para la eficiencia de mercado.

Como pasaría en cualquier mercado organizado, las informaciones deben ser públicas, sin dilación y estar disponibles sin ningún proceso de requerimiento especial o costo para todos los interesados. Las informaciones más recientes ofrecidas en la página de la BARD datan del primero de diciembre del 2011. Más aun, intentamos conseguir de forma física en las instalaciones de la BARD-JAD cualquier tipo de información oficial de series de precio, tipos de productos transados y curvas de precio/oferta/demanda y se nos informó que estas informaciones eran privadas, que eran solo manejadas por la Gerencia General y que se entregaban únicamente por e-mail y luego de un proceso de solicitud escrita. Realizamos la solicitud a finales de la tercera semana del mes pasado y aun no hemos recibido respuesta por ningún medio sobre la fecha de disponibilidad de la misma y si se nos entregaría. Y nos preguntamos: ¿Puede algún intermediario organizado transar en las “Ruedas de Negocio Semanales” en algún mercado donde no se disponga de información previa? Según lo determinado por el Dr. Fama esto es imposible, ya que en los mercados eficiencia débil los precios de los activos son mínimamente una función de los precios e informaciones anteriores conocidas. Sin información no hay eficiencia.

Peor aún, aunque se realizan ruedas de negocio “Spot" de forma semanal, en las mismas no se existe una oferta estandarizada de productos. Es increíble para nosotros encontrar que se negocian una cantidad de productos y servicios no asociados ni conexos a los fines de este tipo de mercados. Desde gomas, repuestos, jeepetas, incautaciones de las Dirección General de Aduanas (DGA) y el CESFRONT; hasta los permisos de importación otorgados por el Poder Ejecutivo. La cruel verdad es que la BARD realiza actividades de comercio, no actividades de intermediación, transacción y control de ofertas de commodities. Las escasas ofertas no estandarizadas de bienes agrícolas y/o mineros son informadas por correo electrónico solo a los diferentes puestos de bolsa.

En cuanto a la anonimidad de ofertantes y demandantes, según la cándida opinión de ejecutivos de puestos de bolsa, es casi nula. Algunos llegaron a poner como ejemplo el arroz ofrecido luego de la incautación de los bienes del Sr. Quirino Paulino; “Todos sabíamos con relativa certeza antes de comenzar la rueda cuánto se ofertaría, quién demandaría, qué precio se pagaría y quiénes manejarían las ofertas”. La verdad es que para nosotros es imposible determinar con certidumbre el cumplimiento de los requerimientos de anonimidad, debido al hecho de que no están disponibles en el regulador los manuales de operación, ética, políticas de gobierno corporativo ni de riegos operacionales.

Estamos en la obligación de reconocer los ingentes esfuerzos realizados por la SIV en insistir a la BARD en el cumplimiento de los requerimientos de la ley del mercado de valores y los diferentes reglamentos de participantes que le rigen. Dicho organismo regulador viene dando seguimiento técnico y realizando amplios requerimientos para el ordenamiento de este mercado; hasta se conoce de la existencia de un calendario de cumplimiento y transformación. Todo indica que podrían existir animosas fuerzas y lazos de poder fáctico, que al igual que en otros temas relacionados a la agricultura, a veces con el uso de “artes" asociadas a comunicación, apelan en altas instancias a la sensibilidad política del tema en busca de subsidios, exenciones y "laissez-faire”. Si tenemos sólo un mercado de comercio, necesitamos un mercado de commodities!!

De todas formas, entendemos que existe la necesidad de una profunda reingeniería de la BARD; o en su defecto la creación de un verdadero mercado de commodities que provea confianza, profundidad, seguridad, liquidez y justicia a los mercados agrícolas dominicanos. A nuestro entender existe una excelente oportunidad para el gobierno de cumplir el doble objetivo de maximizar los ingresos de los productores y minimizar enormemente el precio a los consumidores por medio de reducción de los márgenes de intermediación utilizando mecanismos mundialmente probados.

En una de las menos conocidas fábulas del casi mítico autor griego Esopo, una anciana enferma contrata un doctor para que la cure de la vista; con cada sesión el doctor aprovechaba para llevarse un mueble cuando ésta tenía los ojos cerrados. Al acabar el tratamiento aparece la negativa del pago de los honorarios; y ante el juez la anciana argumenta: "He empeorado, antes veía todos los muebles que había en mi casa, y ahora no veo ninguno". La estructura de operación de la bolsa agroempresarial nos deja la sensación de sufrir la enfermedad de la anciana en cuanto a la consecución de los objetivos para la que sería creada. ¿Alguien nos ayuda a encontrar los muebles?