Ahora que ¡¡por fin!!, los organismos que se supone que deben velar responsablemente por la seguridad de los habitantes de las ciudades se han puesto las pilas y anuncian intervenciones en ellas propiciando adecuaciones ajustadas a los tiempos; ahora que ¡¡por fin!!, empiezan a decir que, por lo menos, intentarán poner de una sola vía algunas de las más importantes avenidas del centro de la capital dominicana, es saludable traer a colación el entrampe vehicular en que está inmersa toda la ciudad.
Pero sucede que para poner de una sola vía, una calle cualquiera, no es tan sencillo como apostar a un ogro uniformado que impida la circulación habitual e imponga la nueva. No. Se necesitan varias acciones. Por ejemplo, hay que corregir muchas intersecciones; señalizar en pavimento y aceras, en las esquinas y en alzados; hacerlo en los cruza calles metálicos que orientan el transito; pero además hay que sustituir badenes; cerrar isletas y abrir otras; adecuar carriles si son de giro o inducen a seguir en línea recta; y hasta sistematizar y cronometrar los semáforos, cosa que aquí hace años que no lo vemos…
Cuando el ADN cerró la isleta de la Av. Bolívar frente a la calle Cayetano Rodríguez (en la frontera entre el antiguo Ensanche La Primavera, al sur, y Gascue, al norte) lo hizo como una maldad, para forzar a quienes conducen sur norte por la Cayetano Rodríguez para que giren en la Av. José Contreras, e impedirles pasar para enlazar con la calle Máximo Cabral en las proximidades de la Plaza de la Cultura. Es decir, en vez de facilitar el tránsito y adecuarlo, diafanizándolo, el ADN entrampa vías, complica accesos, dificulta enlaces, y crea obstáculos innecesarios e imprudentes. Ahora son muy pocos los conductores que cumplen la orden física a que induce ese bloqueo y lo que hacen es burlar, en contra de vía, el pequeño tramo, entrando oeste-este a la Bolívar para girar de inmediato al norte y tomar la Máximo Cabral girando a la derecha en la primera esquina. Un absurdo que encuentra, en el uso violatorio por parte del común de la gente, una respuesta practica que es lo que debiera buscar facilitar el ADN.
Hay una esquina muy peculiar que genera una emboscada. Es la que se produce en la calle Santiago a esquina Socorro Sánchez. Sucede que la calle Socorro Sánchez es de una vía en sentido sur norte (viene desde la Av. Independencia y/o desde el Malecón, aunque entre Independencia y Malecón la Socorro es de dos vías, cosa también muy extraña). La Santiago es de dos vías, pero de una sola desde la UASD (en sentido oeste este) hasta que llega a esa esquina de la calle Socorro Sánchez, donde se convierte, siendo más estrecha, en una de dos, y así sigue hasta el Ensanche Lugo (haciendo esquina con la calle Bernardo Pichardo). Pero entonces, el transito que viene por la Santiago, desplazándose este oeste (desde el Ensanche Lugo) se ve obligado a girar entonces al norte, en la esquina de la Socorro Sánchez, puesto que en lo adelante la Santiago es de una vía. En consecuencia, la ancha calle que es la Juan Sánchez Ramírez termina absorbiendo el flujo de transito tanto de la Socorro como de la Santiago a menos que los vehículos no sean llevados más hacia el norte, buscando conectar directamente con la Av. Bolívar. Nosotros creemos que la emboscada tiene solución y es sencilla…
Los correctivos serían: Hacer de una sola vía todo el trayecto de la Santiago, desde el Ensanche Lugo hasta la UASD; cambiar la vialidad de la Juan Sánchez Ramírez para hacerla oeste-este hasta la Socorro Sánchez y obligar a girar en ella hacia el sur, al cambiarle la vialidad también a ésta, por una norte-sur (inversa, totalmente). Así se descongestionaría más rápido la parte alta en torno al Banco Central y a las oficinas públicas de su vecindad, propiciando el enlace con la Av. Independencia y el Malecón. La diafanidad de la Santiago sería expresa (Ensanche Lugo-UASD); y desde la UASD, a partir de la salida del nuevo túnel, se remitiría el flujo vehicular hacia el perímetro externo de ese frágil ámbito urbano, usando la vía más ancha para su distribución de transito, que es la calle Juan Sánchez Ramírez. Así todo el sector de Naco y La Fe también se beneficiaría de un rápido descongestionamiento norte sur por esa nueva ruta, esto si a la Juan Sánchez Ramírez la hacen parte integral del sistema de tráfico, cambiándole el sentido de transito.
¿Qué puede costar poner en práctica ese plan? Siquiera como modelo piloto pudiera ser ensayado…