Para mi sorpresa acabo de leer un artículo periodístico  señalando que el Presidente Danilo Medina ordenó la electrificación de la Reserva Antropológica Cuevas de Pomier, a la distribuidora de Electricidad Edesur, además de un destacamento para proteger el entorno de las cuevas, entre otros.

No conocía el interés del presidente en asuntos espeleológicos, ni en el estado de todas las cavernas y memorias históricas de nuestros ancestros originarios, pues todo el sistema de patrimonio nacional está prácticamente abandonado a su suerte, desde el Museo del Hombre Dominicano, hasta las plazas ceremoniales, cuevas, abrigos rocosos y asentamientos arqueológicos. Nunca antes, la República Dominicana había desmantelado y mostrado poco interés por la protección de su patrimonio cultural.

Me agradan sobremanera sus inclinaciones científicas  de salvaguardar el patrimonio y los legados de nuestros pueblos originarios. No obstante, quiero informarle al presidente Medina que cualquier intervención a restos arqueológicos o antropológicos, sean cuevas, registros dibujados y esculpidos, están regidos por leyes especiales, que en su medida tienen facultad para proteger y decidir sobre tales patrimonios. La ley 41-00 del Ministerio de Cultura y la ley 64-00 del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Ambas se tienen que consultar para cualquier intervención; ya que dicha área Complejo de Cueva de Pomier tiene una doble situación: es un área protegida y además un patrimonio cultural de suma importancia para el país y el mundo.

Toda propuesta de intervención en una cueva como el complejo Pomier, conllevaba estudios previos y la estabilización y preservación de los cortes arqueológicos, sus riquezas pictográficas, sus petroglifos, las medidas de conservación y actuaciones que sobre estos recursos se pretenden conservar y proteger.

Está claro para muchos expertos y expertas  que las intervenciones en arqueología tienen que ser sopesadas, analizadas, debatidas y expuesta a la comunidad científica que la trata y analiza directamente. Ya en la historia de la humanidad se tienen muchas pérdidas del patrimonio arqueológico con las intervenciones alocadas y sin ningún miramiento científico, un ejemplo lo que ha pasado con las Cuevas de Altamira y de Lascaux, entre otras.

La cueva No 1 de Pomier, ni todo el complejo de cuevas que la conforman pueden ser intervenidos con un sistema de alumbrado, que no sea para unos momentos muy particulares de interés científico y por breves momentos en visitas guiadas. Está analizado hasta la bastedad que la exposición prolongada a luces por focos, ayuda a la proliferación de microorganismos que crecen al calor de la luz y se comen la pintura y dañan el patrimonio. No queremos perder, la Reserva Antropológica Cuevas de Pomier, localizada en la Provincia de San Cristóbal.

Es importante que usted, señor Presidente Danilo Medina conozca que todas las cuevas con pintura rupestre  reciben una carga de visitantes cuyos focos de luces y su mal uso, ponen en peligro e impactan el frágil ambiente de dichas cavernas. No estamos dispuestos/as a perder esas maravillosas pictografías, aproximadamente 590, de las Cuevas de Borbón. No se puede electrificar este patrimonio.

No conozco a los asesores del presidente Medina, pero quiero creer en la buena fe y su admiración por el patrimonio. No aceptamos  la instalación de un sistema eléctrico, porque eso dañaría el patrimonio arqueológico y perderíamos el legado dejado por  los pueblos originarios de nuestra isla.

El presidente Medina, debe acercarse a los expertos/as e instituciones correspondientes para que le expliquen con detalles sobre los peligros de dicha intervención. Ahí está la firma hecha en el Siglo XIX por quien reportó esta cueva, el cónsul inglés Sir Robert Shomburgk. Nuestros ancestros están presentes en la memoria de este pueblo. El diálogo está abierto señor Presidente.