En nuestro país urge la adopción de un esquema de aseguramiento social con miras a la protección del trabajador desempleado, que le permita beneficiarse de un sentimiento de estabilidad económica. 

Entre las diferencias más destacadas entre los países desarrollados y aquellos en vía de desarrollo, se destacan: la ausencia de una cobertura contra el riesgo de desempleo y la existencia de un sector laboral informal. 15.6 % de la fuerza laboral nacional se encuentra desempleada, según un informe del Banco Central de la República Dominicana y un 58.7% del empleo actual está concentrado en el sector informal de la economía; es decir casi 6 de cada 10 trabajadores.

Es un deber constitucional del Estado promover la creación de un empleo digno, formal y debidamente remunerado a los dominicanos. Ahora bien, cuáles son las medidas adecuadas, sostenibles y eficaces que podrían ser adoptadas por el  gobierno en este sentido?

Sin profundizar entorno al trabajo informal, consecuencia directa del costo laboral “no-salarial” que afecta a los empleadores a la hora de generar un puesto de trabajo. En adición a las altas tasas de impuestos, costo de energía elevado, entre otros; sirva el presente artículo para analizar la propuesta de adopción de un “seguro de desempleo”.

Con el objetivo de redistribuir los recursos económicos a la población surgen diferentes iniciativas internacionales, con miras a mitigar los riesgos que puedan afectar a los ciudadanos. En nuestro país el tema del riesgo de desempleo es abordado mediante la cesantía laboral. Dicho monto otorgado al trabajador desahuciado tiene como propósito conservar su poder adquisitivo, durante su período de desocupación.

Sin embargo, el “seguro de desempleo” constituye un mecanismo que permite mitigar de manera más eficaz la vulnerabilidad de los hogares dominicanos, frente al desempleo. Por otro lado, el pasivo laboral que pesa sobre el empleador debido al cálculo ilimitado de los montos de cesantía, podría  ser limitado y/o suprimido mediante un sistema de democratización de dicho riesgo. 

A nivel microeconómico, este seguro permitirá al dominicano de asegurar el sustento económico personal y familiar de su hogar, haciendo frente al pago de sus obligaciones financieras. A nivel macroeconómico, este mecanismo permitirá reducir el efecto multiplicador de la pérdida del empleo en la economía. Ya que el nivel de consumo individual del desempleado será conservado a niveles sostenibles, constituyendo un estabilizador automático que permitirá suavizar los ciclos económicos inherentes al sistema capitalista.   

Adicionalmente, este seguro estimula a los ciudadanos a emprender iniciativas de negocio, resultando en una mayor tasa de retorno para el individuo y por ende, para la economía en general. Creando un sentimiento de libertad en el dominicano, que se traduce en un incremento de las tasas de crecimiento de la economía, a largo plazo.

Realmente, cabe destacar que como todo sistema de seguro a carácter social, dicho mecanismo presenta ciertos inconvenientes que pueden ser atenuados mediante estándares de control y supervisión adecuados. Ahora bien, a qué nos referimos con “seguro de desempleo” y cómo funciona?

Es una compensación económica mensual otorgada al trabajador desahuciado durante un lapso de tiempo limitado, durante el cual dicha persona se encuentra en búsqueda activa de un nuevo trabajo. Un requisito fundamental para poder ser beneficiado con dicho seguro, es haber cotizado durante un mínimo de tiempo determinado por cada sistema, en un fondo común a dichos fines.

En cuanto a su funcionamiento, existen diferentes esquemas de aseguramiento por desempleo. Ya sea mediante cotizaciones sociales, derivadas por una parte de un porcentaje del salario a cargo del empleador y del trabajador; o por medio de un sistema de subsidio social derivado de una imposición gubernamental. Las opiniones adversas a dicha propuesta podrán resaltar que en el primer esquema existe un efecto contraproducente a la creación de nuevos puestos de trabajo y por ende, se favorecerá la informalidad laboral. En cuanto al segundo, los niveles de corrupción política podrían tergiversar el uso adecuado de dichos fondos.

No obstante, podemos constatar que el sistema de cotizaciones sociales en el país ha sido adecuadamente aplicado en lo que concierne a la seguridad social. De hecho, esta última ha experimentado un crecimiento de 14.72%, según el boletín mensual de la TSS de agosto 2018. 

En conclusión, el debate en torno a dicha propuesta ha sido planteado en varias ocasiones, sobretodo en el marco de la necesaria reforma de nuestro código de trabajo. En República Dominicana urge la adopción de un esquema de aseguramiento social con miras a la protección del desempleado, que le permita beneficiarse de un sentimiento de estabilidad económica durante dicho periodo. Lo cual evitará en gran medida que este último se vea obligado a emplearse en el sector laboral informal, en búsqueda de ingresos que le permitan asegurar el bienestar de los suyos.