El qué de la educación  conduce principalmente  a conocimientos, valores, actitudes y habilidades. El a quién no solamente supone niñas, niños y adolescentes, sino que hay que mirar más allá: para el caso de la República Dominicana, además, los jóvenes que ni estudian, ni trabajan o aquellos de trabajos de muy baja calificación que sumados a los anteriores son más de 2 millones. A lo que se agregan los analfabetos tanto absolutos como funcionales.

Pero… y el dónde, ¿Dónde impartir la educación? Es esa también una pregunta clave de la educación como solución.

El dónde impartir la educación no está ni debería de estar tan definido, aunque la primera respuesta es… en la escuela.

Considerando que a nivel mundial y particularmente en la República Dominicana- entre los países de más bajo nivel en calidad de la educación- si se toma un promedio de 12 años para cursar la primaria y la secundaria, la realidad es que se aprende muy poco.

Aprendizaje de un idioma extranjero, un desastre; matemática, peor aún; dominio de la lengua materna escrita, es muy difícil conseguir ocho párrafos bien escritos; ¿Ciencias Sociales? Muy deficiente aprendizaje respecto a causas o etiología y mera memorización. Además muy insuficiente y a veces en los hechos ausente aprendizaje en valores, actitudes y habilidades para el trabajo.

Muy poco se aprende en la escuela, para aquellos que tienen la suerte (¡! ¿?) de concluir la educación secundaria. Lo que significa que es una inversión  muy poco  efectiva para los países que más lo necesitan.

En cuanto al dónde aprender puede que se esté replanteando como pocas veces en la historia mundial de la educación.  A lo que se suma  la cantidad de competencias relacionadas con conocimientos, valores, actitudes y habilidades que se pueden aprender fuera del aula. Se recuerda que la lengua materna en su forma oral ya se domina en lo básico antes de entrar a la escuela.

Pero lo más trascendente que ha estado ocurriendo para replantearse el dónde aprender corresponde a las profundas transformaciones que han estado provocando las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), lo cual ya le ha quitado mucho protagonismo al aula y al edificio escolar como lugar principal de aprendizaje o al menos a las formas cómo se organiza ese aprendizaje.

Las nuevas formas del dónde del aprendizaje, es un desafío y oportunidad únicos y si la República Dominicana entra en ese que ha de ser tan   profundo cambio, mucho que puede contribuir con el gran salto hacia delante en calidad de la educación, principal fundamento del desarrollo nacional.