La educación es el fundamento del desarrollo de los pueblos, podríamos concebirla como la espina dorsal en todos los procesos históricos definidos como cultura y civilización. En todos los períodos de la historia y en todos los lugares del planeta, aparece la educación como una actividad deliberada o simplemente como un comportamiento cotidiano que sirve como instrumento básico en la conservación, la transmisión y la generación del más encumbrado de sus logros.
Penosamente República Dominicana en cuanto a la educación como principio básico en el cual se fundamenta el desarrollo y el progreso sostenible, ha sido, la más lenta, en extremo tímida y accidentada. Estos trazos históricos del proceso de la educación en el país, muy por debajo al de otros países del vecindario geopolítico, explican en gran medida nuestra permanencia en el subdesarrollo y las diversas formas de violencia, de inestabilidad y debilidad institucional y política.
Parecería necesario, en las circunstancias actuales, no hacer una pausa en cuanto a la expansión cuantitativa de la educación, pero sí promover y aprovechar en todos los centros de pensamiento y medios de comunicación un momento y un espacio para reflexionar sobre qué debemos enseñar y con qué finalidades y propósitos lo debemos hacer. Una reflexión, sobre el Estado que queremos construir.
Como es posible que nuestro presidente que tanto alardea de su preocupación por el desarrollo, del progreso y nuestra economía, además de los problemas sociales de nuestro hemisferio: la deuda, la pobreza y la inseguridad, haya ignorado los ejemplos de países asiáticos que en tan solo en 10 años o menos han logrado alcanzar el desarrollo, con tan solo un requisito todos los esfuerzos dirigidos a la educación, incentivos e inversión en maestros calificados, en las ciencias y tecnología.
El presidente Leonel Fernández justifica nuestro bajo rendimiento educacional y critica la educación francesa, pero no valora y homologa a su colega de EEUU Barack Obama quien se lamenta y reconoce que en las últimas décadas los estudiantes y maestros de USA han retrocedido en la calidad de la educación ocupando el lugar 21 en ciencia y 26 en matemáticas muy detrás de sus países iguales.
Andrés Oppenheimer nos muestra luego de una gran investigación las 12 claves del progreso: "Miremos hacia delante
Hagamos la educación "una tarea de todos"
Inventemos un "PIB educativo"
Invirtamos en educación preescolar
Concentrémonos en formar buenos maestros
Démosles estatus social a los docentes
Ofrezcamos incentivos salariales
Hagamos pactos nacionales
Forjemos una cultura familiar de la educación
Rompamos el aislamiento educativo
Atraigamos inversión de alta tecnología
Formemos "Educación Internacional"
Es un error creer que todos los problemas de la sociedad se resuelven con crecimiento económico: el crecimiento no resuelve la pobreza, la pobreza la resuelve la educación."
Lamentablemente nuestro Presidente está estancado en este error, alardeando de un crecimiento económico y descuidando el requerimiento de mejorar la educación, desconociendo este derecho humano que es obligatorio, en franca violación a la ley general de educación, a los tratados de Naciones Unidas y otros.
Cuando a los que les pagas con tus impuestos para que te escuchen y atiendan tus necesidades y derechos se hacen sordos, ciegos y mudos (Leonel y demás autoridades) debemos gritarles, exigirles con fuerzas el cumplimiento de sus responsabilidades, es derecho constitucional.