La educación de hoy responde a los intereses de los capitalistas. Tiene cantidad, pero no calidad.  Aparenta buen gusto, da placer al instante, pero no es consistente. Es rápida y cómoda, pero enferma. Llena vertiginosamente, pero dura poco. Se vende por serie, y se promueve por serie, te embulla fácil y aparentemente ahorra tiempo, pero es lentamente tóxica. Genera adicción y te mata lentamente, rica en grasas y carbohidratos, pero carente proteínas y minerales…

Sencillamente, la educación ha muerto. Los sistemas cosificantes se apropiaron de ella, desautorizaron a padres y maestros, para hacer junto a algunos medios de comunicación  lo que quieran con nuestros muchachos.

Nuestros muchachos han sido inducidos a un facilismo crónico, disfrazado de democracia, con escasos casos de heroísmo, propio de los que se han salido con la suya.

Mientras, un grupo de payasos, cuando no sin experiencia en aula, sin conocimientos e incompetentes, especulan desde sus cuevas frías, lo que es “bueno o malo” para la educación

Por lo demás, todo responde a un aparataje sistémico que anula el conocimiento y la razón, y convierte a los educandos en seres sistemáticamente embrutecidos, para ser alegremente utilizados.

Y con la sorpresa de que el dragón que hicieron crecer en sus laboratorios, es más fuerte y más grande que los intereses capitalistas, afectando no solo a las ratas, sino también a los laboratoristas.

Mientras, un grupo de payasos, cuando no sin experiencia en aula, sin conocimientos e incompetentes, especulan desde sus cuevas frías, lo que es “bueno o malo” para la educación. Haciendo creer que les importa la educación, culpando a los agentes colaterales de sus desaciertos conscientes, para seguir nadando en riqueza y poder, creando un cordón de victimas en el país: estudiantes, maestros y padres, patologizados, sin aliento, y con los caminos o vías nacionales llenos de escombros y basura.

Hay que volver a la fuente y extraer lo que en otra época daba resultado, y articularlo a los nuevos retos de hoy.

El pueblo, junto a los buenos maestros/as debe empoderarse y presentar una propuesta que responda realmente a los retos de hoy.

Necesitamos una educación que EDUQUE, humanizante y humanizadora, que desarrolle al ser humano íntegramente.