En los medios empresariales y científicos, cada día escuchamos más acerca de la Economía Circular, un nuevo paradigma que despierta un gran interés en todos los países del mundo, empresarios, políticos y la ciudadanía en general.
Existe otro término también muy en moda que es la disrupción y en este último concepto descansa también la economía circular, ya que se trata de la realización de un cambio total del modelo de producción y consumo que tenemos en estos momentos.
La producción mundial en los tres últimos siglos descansa sobre un modelo lineal de la economía: Extraer, Fabricar, Utilizar y Desechar. Este modelo implica una presión continua sobre los recursos no renovables, volatilidad de precios, y la degradación del medio ambiente, entre otros.
Para la cuarta década de este siglo se espera una población de más de 9,000 millones de habitantes en todo el mundo, lo que implica una sobre saturación de los recursos y una degradación mayor del medio ambiente.
Según la Fundación Ellen MacArthur, la Economía Circular es un sistema restaurador y regenerativo, por intención y diseño, que trata que los productos y materiales mantengan su utilidad y valor en todo momento, integrando ciclos biológicos y técnicos.
La Economía Circular no solamente se trata del reciclaje de residuos, sino que la misma abarca toda la Cadena de Valor, de modo que la economía Circular posee un enfoque más amplio, abarcando el diseño, la producción el consumo y el reciclado, para convertirlos de nuevo en recursos secundarios.
El cambio de la economía lineal a circular exige una disrupción, un cambio radical de todos los actores, industrias, gobiernos y sociedad. Implica una transformación de la producción y también de la forma en que consumimos, incluyendo políticas públicas claras y precisas. Se necesitan cambios tecnológicos, económicos, fiscales, de organización, pero esencialmente educativos.
La innovación entonces es un catalizador de la Economía Circular y a su vez, la economía circular estimula e incentiva creatividad e innovación.
Vimos con gran beneplácito que en nuestro país, la Asociación de Industrias de la República Dominicana, bajo el liderazgo de Campos De Moya y Circe Almánzar, Presidente y Vicepresidenta Ejecutiva de la misma respectivamente, han anunciado hace unas semanas el inicio de un proyecto sobre economía circular en el país con un proyecto de Subvención Compartida con el Fondo Multilateral de Inversiones del BID (BID-Fomin) por la suma de $2.4 millones de dólares.
En nuestra investigación nos reunimos con Carlos Rodríguez Alvarez, Director de Desarrollo Institucional de la AIRD y encargado del programa, quien nos explicó los pormenores del mismo con gran entusiasmo y pasión que aseguran el éxito del proyecto en cuestión.
El Acuerdo AIRD-BID contempla el inicio del programa en dos grandes renglones que actualmente constituyen un gran problema nacional: El Plástico y los Desechos de Construcción, para lo cual iniciarán proyectos piloto en estas áreas incluyendo la hoja de ruta, que es un gran paso de avance.
El modelo circular convierte la escasez de recursos en nuevas oportunidades para los negocios. Ahora bien, las buenas intenciones no son suficientes, es absolutamente necesario el involucramiento de todos los actores de la sociedad, se necesita un gran esfuerzo en esta gestión del cambio. El ser humano se opone siempre al mismo.
La Economía Circular es responsabilidad de todos y la colaboración y la educación son claves para que la misma sea una realidad.
Es necesario que el Estado asuma su responsabilidad con este importante tema, que lo asuma y defina las políticas públicas que incentiven el cambio de modelo. Es necesario que se apruebe la ley de Desechos Sólidos. Las fuentes de energía renovables impulsan la economía, reduciendo la dependencia de los recursos finitos, por ello lejos de quitar los incentivos a la producción de energía por medios alternativos (Eólicos, Fotovoltaicos, etc.), los mismos deben ser restablecidos a los niveles de diciembre de 2012.
La Economía Circular nos corresponde a todos, sociedad civil, individuos, empresarios, políticos, las academias como la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña que promueve la protección del medio ambiente y en la que la Facultad de Ciencias y Tecnología dirigida por el Ing. Carlos Troncoso ha puesto especial interés en el desarrollo de la misma, iniciando un amplio programa de educación continua en este aspecto.
Las posibilidades son infinitas y el modelo de producción y de hacer negocios en la República Dominicana ha dado un salto hacia el desarrollo sostenible que todos anhelamos. El cambio de paradigma en el modelo económico ya es inevitable y se encuentra entre nosotros. El momento de subirse al autobús es ahora, mañana será muy tarde y perderíamos competitividad.
Personalmente creemos que esta gran iniciativa es un nuevo logro de la Asociación de Industrias de la República Dominicana que traerá prosperidad, nos hará más eficientes y competitivos, aumentará las fuentes de empleo, creará nuevas oportunidades de negocios y por si fuera poco una mejora medioambiental para beneficio de las nuevas generaciones.