La frase no es mía, me la prestaron, pero creo que ilustra muy adecuadamente lo que son los procesos electorales por el poder político.  Antes, existía la ley del más fuerte. Se imponía el que podía dominar físicamente a los demás. Entre esos guerreros hubo dos o tres mujeres.  Pienso en Boudica, Juana de Arco o Santa Genoveva, cuyas respectivas identificaciones con lo que sentían era su grupo las llevó a ser tremendas guerreras.  Por procesos bélicos se fue logrando derrocar e imponer gobernantes que a su vez hacían espacio a procesos cada vez más democráticos. Estamos frente a una lucha por el poder per en lugar de hacerlo de una manera sangrienta, se recurre a argumentos, fotografías, discursos y mítines que conforman “campañas”, las cuales a su vez son dirigidas desde un comando.  Hasta el lenguaje revela la naturaleza de la actividad que nos ocupa en estos días.

Como en todas las guerras, la primera baja es la verdad.  Constituye un verdadero ejercicio concentrarse en lo objetivo, una dificultad que enfrentan no solo los periodistas y comentaristas, sino también los miembros de los partidos y los candidatos mismos.  Algunas decisiones parecen tener muy poco análisis previo. Por ello han surgido los asesores y también las herramientas que ayudan a los votantes a identificar qué candidatos les son realmente afines y que es recomendable usar.  Algunas personas se han sorprendido con los resultados.

También, como las batallas, estas actividades implican un manejo administrativo. Es costumbre en muchos países, presentar por candidato (no por partido), la relación de ingresos y gastos de la campaña, algo que ciertos candidatos han empezado a hacer aquí. De hecho, en las pasadas primarias de los Estados Unidos, entre los numerosos candidatos a la nominación del partido, varios señalaron abiertamente que era la dificultad de conseguir ingresos lo que les hacía desestimar continuar en la carrera.  La misma capacidad de recaudación es vista como una demostración de fuerza, como está sucediendo en los meses de mayo y junio, donde Joe Biden ha sobrepasado las recaudaciones de su contrincante republicano.  Este razonamiento deja de lado que no solo en las escrituras sagradas se presentan casos como el de David y Goliat, que mayores recursos no necesariamente quiere decir mejor uso de los mismos.

Y cual si se tratara de verdaderas batallas, los últimos días han traído numerosas ocasiones de resultar maltratados por el virus al que el planeta entero le está huyendo desde hace más de seis meses y que esperamos no nos dejen muchas bajas.  Afortunadamente, al momento de publicación de estas líneas, como evento multitudinario, solo queda la visita a las urnas y como allí no habrá música y el proselitismo está prohibido, es posible que se cumplan con las claras recomendaciones de seguridad que tanto han proliferado en estos días. Así como la guerra ha ido perfeccionándose, profesionalizándose y haciéndose más respetuosa, la democracia y sus modos de aplicación también ha ido creciendo en el mundo y en República Dominicana.  Este domingo es un día más para mejorar en este sentido.