Desde hace  tiempo vengo escuchando a Warren Buffett con su reclamo para que se cobre más impuestos a los más “afortunados”, y  honestamente debo decir que  tan sólo me sonrío ante su “noble gesto”.

El pasado mes  volvió el tema, quejándose públicamente de  que los “ricos” deberían ser castigados con  mucho más cargas impositivas  y hasta llegó a expresar -¡ironía!-  que en su caso particular  paga una cantidad muy mínima en relación con colegas que perciben  menos  que él.

Lo primero que hay que reconocer es que el señor Buffett es un titán del mundo financiero  y no ha llegado donde está por coincidencia de la vida ni mucho menos como un  regalo de Dios. Una de las claves de su éxito ha sido el  arbitraje, que no es más que la compra de un instrumento financiero, así como la  venta de otro,  disminuyendo los riegos y beneficiándose de la diferencias de los mismos.

Él ha hecho una gran fortuna tanto como parte de  la compañía de la cual es accionista, BerkshireHathaway, como  de manera individual.

Ahora bien,  lo que la prensa escrita, televisiva y radial  no reporta  es que él invierte una cantidad considerable en adquisiciones, opciones y derivados, que son los mismos instrumentos que ha criticado constantemente de manera pública. Aunque suena muy irónico que la persona que una vez se refirió a estos instrumentos como “armas financieras de destrucción masiva”  haya acumulado tanta riqueza en el mundo financiero.

El magnate Buffett  muestra su “descontento” con el sistema tributario norteamericano, pero lo que él no dice  es que bajo este sistema ante cualquier aumento de impuestos él no se verá afectado. Todo es es muy simple: una suma considerable de su dinero está bajo inversión de capital  y no es gravado hasta que sus posiones se liquiden, pero cuando esto suceda tendrá  un sin número de jugadas

Por otro lado, en su nueva etapa como inversionista, como él mismo la definió, ha  generado sus ganancias de idéntica manera como la han hecho George Soros y otros, que no es más que con una estrecha relación con  distintos gobiernos en todas partes del  mundo.

Dentro de lo anterior es que se puede entender el “humanista”  gesto de Buffet  en el 2008 para salvar el sistema financiero invirtiendo 5 billones de dólares, pero estas acciones eran  preferenciales  con dividendos del 10%, generando $500 millones al año; incluso si las acciones de Goldman Sachs caen.

Ahora bien, es importante señalar que  él fue de los  cabildearon para el rescate financiero, disparando las acciones de Goldman Sachs de $115 a $125.05 en una sola semana, dándole beneficios instantáneos de $437 millones de dólares, lo que se ve como  todo  una “apuesta a la economía norteamericana”.

El magnate Buffet  muestra su “descontento” con el sistema tributario norteamericano, pero lo que él no dice  es que bajo este sistema ante cualquier aumento de impuestos él no se verá afectado. Todo es es muy simple: una suma considerable de su dinero está bajo inversión de capital  y no es gravado hasta que sus posiones se liquiden, pero cuando esto suceda tendrá  un sin número de jugadas.

Una de estas es la “donación” de una parte de  su fortuna a la fundación Melina-Gates.  Su patrimonio nunca será gravado  porque inteligentemente irá  a una institución benéfica.  Y como este mecanismo de evasión también existen otras formas que le permiten aparentar un rostro de hombre magnánimo, mientras por otro lado se quedan con lo que realmente debe tributar.

Mientras el opulento  hombre del mundo financiero  proclama que él  debería tributar más, la compañía de  la que él precisamente es el jefe ejecutivo, tiene en disputa el pago de impuestos al  InternalRevenueService (IRS) del año 2002 al 2004 y del 2005 al 2009. La disputa es por  alrededor de un billón de dólares, equivalente no más del 0.2% del valor de la empresa.

Sin embargo, la verdadera razón de sus críticas, se originan en su  descontento  por el desbalance del presupuesto  y la necesidad de la presente administración norteamericana que él ha apoyado desde las primarias demócratas del 2008, de aumentar sus ingresos vía aumento de los impuestos; pero como dijo Arthur Laffer,  creador del modelo Laffer , “el asunto  no es de aumentar impuestos; aumentar los impuestos lo que hará es incentivar la manera de las compañías y la clase dominante de buscar “loopholes”  afin de  deducir esos impuestos”.  Y es que está demostrado años tras años cómo esos mismo impuestos, desde 1998 hasta el 2010, en Estados Unidos ha ido en aumento. El problema reside en que el gasto público ha superado el crecimiento de recaudación tributaria.

Además,  el señor  Buffett se va por la tangente, no profundiza el tema, cuando perfectamente sabemos que unos de los principales obstáculos en la recaudación de impuestos son todas las leyes, estímulos, créditos a impuestos  y otra serie de reglas que varían con el tiempo y que abonan  el terreno para el lobismo, como también el principal mercado para los abogados hacer su navidad.

Si su propuesta fuera bien intencionada  él  hablara de “flat taxes”,  que no es más que un porcentaje fijo a la cantidad de impuestos que se le aplica a cada ciudadano, y de esa manera eliminar toda esa tela araña que complica el sistema tributario norteamericano como ha propuesto el director de Forbes Media, Stevenson Forbes.

Sin embargo, si las ideas del “Oracle de Ohama”  fueran  genuinas  diría que tenemos que reformar el sistema tributario donde se le aumenten los impuestos a todos los billonarios. No obstante a ello,   si don Buffett  se siente tan mal porque estima que  paga  poco impuestos,  le invito a que predique con el ejemplo.

No tiene que esperar ninguna reforma tributaria; simplemente  debería firmar un cheque con la cantidad de lo que él dice considera justo al Departamento  del  Tesoro de  los Estados Unidos. Esta es la dirección: US Department of Treasury, CreditAccounting, Branch 3700 East-West Highway, Suite622D, Hyattsville, MD 20782, no sea cosa que se le haya olvidado.

Englewood, N.J.,

16 de septiembre, 2011.