El año 2020 se fue cargado de hechos y acontecimientos que difícilmente podríamos enumerar en un simple reporte de opinión periodística.

Para muchos, fue un año exitoso por haber logrado sus metas económicas, políticas y sociales. Para otros, fue de derrotas en esos renglones.

Para la humanidad, el 2020 fue de luto, tristeza y sufrimiento tras la llegada de la pandemia del Covid-19, cuando apenas corrían sus primeros meses, dejando un récord que sobrepasó los 82 millones de enfermos y más de 1.8 millones de seres humanos fallecidos por esa causa.

Casi al término de año, virólogos, científicos de laboratorio y especialistas de la medicina de varios países lograron encontrar las fórmulas para la creación de vacunas que ya están siendo aplicadas a manera de emergencia, autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con fines de inmunizar la humanidad contra el coronavirus en este 2021, que ya lleva un récord de 2.4 millones de infectados y 2,584 muertes en sus primeros días del año.

Al parecer, las dosis de las vacunas que se están aplicando de los laboratorios Pfizer-BioNTech, Moderna Inc., AstraZeneca-Oxford y Sputnik V, constituyen un éxito dado el muy bajo índice de efectos secundarios o reacciones negativas en los cientos de miles personas ya inmunizados.

Médicos, enfermeras, paramédicos, personal de los servicios de emergencias y primeros auxilios, así como los contagiados del coronavirus y personas mayores de 55 años son sobre quienes se han iniciado los procesos de vacunación global, por lo que el resto de la humanidad debe tener confianza en los planes que en ese sentido llevan a cabo los servicios sanitarios de cada nación.

La tarea de inmunización global durante el año 2021 será ardua, compleja y difícil, y solo podría ser completada con éxito dependiendo de la responsabilidad de todos en el cumplimiento de los protocolos establecidos del uso de mascarillas y distanciamiento social contra el contagio del coronavirus, y que deben llevarse a cabo de forma rigurosa, aun después de las dos primeras dosis recomendadas.

De lo contrario, la pandemia del Covid-19 podría permanecer por muchos años, sumando más muertes y luto innecesarios a nivel global.

Ahora bien, ¿qué pasará con los países pobres del mundo, aquellos que no tienen los recursos suficientes para adquirir las vacunas para inmunizar a sus habitantes?

Hemos observado que países desarrollados y aquellos con ingresos per cápita medianamente altos han ordenado la compra de las mayorías de las producciones de las primeras vacunas salidas al mercado.

Otros, utilizando préstamos de emergencia de organismos internacionales, comprometiendo sus recursos naturales y/o contando con la solidez de su Producto Interno Bruto, también han ordenado la compra anticipada de las dosis necesarias.

Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional, Frontline AIDS, Global Justice Now y Oxfam, dijeron recientemente en un comunicado conjunto dado a conocer a medios de prensa internacionales, que unos 70 países pobres solo lograrán vacunar contra el Covid-19 a una de cada diez personas en su territorio.

Y lo peor de todo, según revelan, es que 67 países de ingresos bajos tienen un alto riesgo de quedarse sin vacunación, debido a que los países ricos ya han comprometido toda la producción de los desarrolladores de las vacunas contra el Coronavirus.

Los laboratorios Pfizer, Moderna Inc., AstraZeneca y Sputnik V no solamente deben aumentar la producción de sus vacunas para cumplir sus compromisos, sino además, deben implementar un mecanismo de facilitación crediticia o ayuda social para que esos países pobres, en especial los del continente africano, Pakistán y Ucrania, entre otros, logren recibir sus dosis a la mayor brevedad y evitar que estos sean el foco de reinfección mundial de la pandemia.