Penosamente, al pobre nadie le escucha; a nadie le duele su situación.   El pobre no tiene quien le escriba, ni tiene a quien contarle sus historias.  No tiene vida para vivir.  Tampoco tiene formas de cómo vivir la miserable vida que le dieron para que viviera;  y todo esto, por las circunstancias estrechas (económicamente) en que viven los países condenados a la pobreza como el nuestro, que tiene ridículamente la tasa más alta de desempleo juvenil de Latinoamérica y el Caribe [24.9%]. 

Para una muestra un botón, recientemente fueron ofrecidos los datos estadísticos de parte de la directora de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), Alexandra Izquierdo, que revelan por qué los dominicanos se quieren largar de aquí: «el 44.6% por  desempleo. El 28.6% por el costo de la vida y 24.9% se lo indilgo a la corrupción»  Y todos los que se quieren largar, coinciden en que este país es invivible.

Más las siguientes observaciones colectivas no puede pasar por desapercibida.  Para ilustrar, la encuesta indica que cuando se trata de forma específica del barrio o comunidad, el 46.1% cree que el principal problema es la delincuencia, el 30.5% cree que es el desempleo, 27.0% la falta de agua y 25.7% la falta de energía eléctrica.

La pobreza ha hecho de los pobres otra manera absurda de vivir su muerte caminando… [Proceso migratorio].

Ellos (los pobres) siguen arrastrando día tras días el rechinante peso de las alzas de los precios de la canasta familiar, el desempleo, la insalubridad y para colmo ¨la sociedad¨ se querella contra ellos por considerarlos generadores de la inseguridad ciudadana  [generalmente al pobre se le culpa de delinquir por dinero]; sin embargo, la responsabilidad de custodia de la integridad ciudadana es una competencia estricta del Estado.

Por esta razón, los pobres están contra la pared «grado superlativo» más que difícil, no tiene realmente quien le defienda.   En otras palabras, son vivos necróticos que apestan.  El Estado no les brinda la atención requerida y merecida.   Siendo este, el tema más serio del país, es el tema menos tratado en la agenda del Gobierno.

Entonces, de seguir el camino que camina el gobierno dominicano entre pocos años seremos réplicas de pobreza de otros países como Nigeria, Armenia, Kosovo, Nicaragua, Honduras y Haití, y Siria (este último, inmerso en una guerra civil, que está devastado casi por completo),

El país no puede continuar la carrera que lleva de deudas públicas malas y deudas sociales sin pagar en años. (¨ ¡Los pobres no aguantan más! Están a punto de perder la cordura y la razón; esta miseria es cada día más peyorativa, segregacionista e injusta¨).   Ser pobre significa: no tener agua potable ni medicamentos ni salud.  Ser pobre es vivir explotado trabajando en una fábrica y morir calcinado en ella y luego las llamas quema sus derechos económicos para que la familia no cobre… Ser pobre es vivir en el tramo de marginalidad.   

Pese a todo, se hace ver de antemano que los problemas sociales propios de los gobiernos y el empresariado son provocados por ellos [los pobres].

[…] lo extraño de todo esto es que, el Presidente y su anillo palaciego quieran  imponerse en una reelección, sin antes haber sacado las cuentas de los números de pobres que cada día  ponen sus firmas en el naciente partido denominado ¨PLA¨ -Partido de la Lengua Afuera-.

(El PLA es un partido que está creciendo: para marzo se espera 3 millones de firmas.  Para octubre 6 Millones… y para mayo del año 2020 seremos todos -la república de los pobres-).