Con el argumento de que el Partido Revolucionario Dominicano, cuando tenía el control del Congreso utilizaba arbitrariamente su mayoría, Leonel Fernández pedía al pueblo que votara por los candidatos peledeístas en las elecciones congresuales del 2010. Prometía un "Congreso para el Progreso" que terminaría con la Dictadura de la Mayoría que era atribuida al PRD. Con este llamado, el PLD logró la superioridad que buscaba en las cámaras legislativas, sin embargo, la acusación al PRD no pasó de ser un argumento de campaña para conseguir el dominio del Congreso. Obtenido ese propósito, el PLD demuestra que lo deseaba, precisamente, para hacer lo que le criticaba a su adversario, instaurar una verdadera Dictadura de la Mayoría peledeísta. Así se demostró con el manejo dado al Anteproyecto de Ley de Presupuesto Nacional para el 2012

El Anteproyecto fue sometido al Congreso Nacional por el Poder Ejecutivo el día 30 de septiembre pasado. Cuando fue conocido en el Senado no se llenaron siquiera las apariencias. No se nombró una comisión para el estudio que ameritaba ya que el proyecto tenía estipulaciones que habían provocado observaciones de muchos sectores afectados. Las partidas asignadas a Educación, al Poder Judicial, a los Ayuntamientos y a la UASD, entre otras, debían ser revisadas ya que estaban por debajo  de las expectativas y de los montos establecidos por Ley. Grupos estudiantiles, Universidades, iglesias, organizaciones políticas, ANJE y unas 300 organizaciones sociales, hicieron reiteradas demandas de revisión sin que fueran atendidas.

Tantos reclamos por la modificación de un proyecto, no podían ser desoídos por un Congreso que se dice "para el Progreso" y que fue electo por la misma población que lo demandaba. Se esperaba que se designara una comisión bicameral para estudiar la pieza. En esta labor que dura siempre entre dos y tres meses, se escuchan las observaciones de los sectores afectados y se recomiendan los ajustes necesarios a la pieza original enviada por el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, en el Senado, el proyecto fue aprobado "vapor" a los 5 días de haberlo recibido. Los senadores peledeístas pidieron que la pieza fuera liberara de todo transmite y aprobada de urgencia, sin que existiera alguna explicación lógica a esta premura. "Sancochado" de ese modo, pasó a la Cámara de Diputados en donde se centraron las esperanzas de las reformas esperadas.

La suerte del proyecto en esta Cámara fue la misma. En una acción disimulada para llenar apariencias, la presidencia de la Cámara Baja, designó una comisión para estudiar la pieza, pero esta no aportó ningún resultado concreto. En dos apresuradas lecturas, a penas se escucharon algunas observaciones que no fueron atendidas por un Presidente de la Cámara sospechosamente desesperado en aprobar el proyecto.

En lugar de atender observaciones, procurando un consenso democrático, Abel Martínez consiguió la "aprobación" del Anteproyecto en una forma atropellante y vergonzosa. No pareció el Presidente de un respetable hemiciclo legislativo, sino un salvaje conduciendo a Diputados como borregos. Así cumplió el encargo que innegablemente tenía de la cúpula de su partido. El proyecto debía pasar tal y como había sido recibido, haciendo oídos sordos a peticiones generalizadas sobre una revisión.

El Congreso Nacional, sumisamente, declinó su potestad contenida en el artículo  234 de la Constitución, el cual le faculta para introducir nuevas partidas o modificar el proyecto recibido del Poder Ejecutivo.

No hay lugar a dudas que hubo una línea para aprobar el Proyecto tal como se propuso. Es obvio que provino del Palacio Nacional, pero el candidato Presidencial peledeísta no se puede desvincular de lo que se hizo con este Proyecto de Ley, él es el beneficiario principal de un presupuesto elaborado de esa manera. Por sobre todas las cosas, era necesario recortar asignaciones para reunir los RD$ 45,000 millones que el Poder Ejecutivo necesita para invertir en la campaña a su favor. Eso explica que no empleara su reconocida influencia entre los legisladores de su partido para conseguir la reformulación del presupuesto.  ¡Le convenía!

Es entendible el por qué Danilo Medina, no ha dicho nada sobre esta acción despreciable de los congresistas de su partido. Sencillamente porque aprueba todo lo que hace el Presidente Fernández y el Congreso que controla. Él haría lo mismo. También se burlaría del pueblo. Tampoco asignaría el 4% a la educación, el 10% a los ayuntamientos, la asignación al Poder Judicial, a la UASD, ni cumpliría ninguna de sus demás promesas.

Danilo Medina dejó pasar una oportunidad de oro para repuntar en sus preferencias electorales, demostrando que su gobierno sería distinto al de Leonel Fernández. Ponerse de lado de quienes reclamaban la inclusión del 4 % para la Educación en el Presupuesto del Próximo año, era la ocasión  para demostrar su sinceridad cuando firmó un pacto mediante el cual se comprometía a ello cuando fuera gobierno. De ganar las elecciones, a él le correspondería ejecutar parte de ese presupuesto ¿Por qué no contribuir ahora a la aprobación de un presupuesto igual al que se comprometió aprobar cuando fuera gobierno? Se explica, los peledeístas son expertos en prometer, pero también lo son en incumplir.

Con este vergonzoso hecho, el PLD, puso en evidencia lo que ya hace tiempo que nadie duda; es una organización política totalmente divorciada de principios éticos, respeto a las normas institucionales y sobre todo, respeto a la población que le eligió en los principales poderes del Estado.

La aprobación de este proyecto de Ley, por su forma, fue un acto de prepotencia, un atropello a los procesos institucionales y una decepcionante acción de los representantes legislativos.

Un acto vergonzoso para el país ante la opinión pública internacional. Una demostración del engaño constante de quienes dirigen el Estado y aspiran a seguir dirigiéndolo.

No hay ninguna duda, cuando actúan de esta forma tan decepcionante, los peledeístas demuestran la falsedad de su discurso demagógico. Prometieron un "Congreso para el Progreso", pero sus legisladores se convirtieron en marionetas del interés político en lugar de ejecutores de las demandas que emanan de su pueblo, quien observa impotente, cómo este partido utiliza arbitrariamente la supremacía legislativa que tiene, para imponer leyes y disposiciones que solo benefician a su cúpula  partidaria, mientras desoyen los reclamos de sus representados. Es la auténtica Dictadura de la Mayoría.