Si algo hay que destacar de la pasión cibernética del Dr. Andrés Merejo(Filósofo Dominicano), como aporte a la investigación o al cibersaber en nuestro país y en el mundo, desde su obra "La Era del Ciberespacio"(Editora Nacional, R.D., 2015), es el resituar su investigación desde un enfoque onto-filosófico, donde el sujeto queda proyectado desde su perspectiva cultural, lingüística, social y estatal, asumiendo una posición ética desde la mirada racional del analista con sentido epistémico.
En esta obra, la pasión del investigador lo hace ubicarse en un tratamiento de hibridación, respecto al conocimiento científico y la condición sintiente y crítica de las humanidades.
No se trata de un texto para tecnócratas, sino para sujetos que proyectan su mirar hacia los nuevos y veloces relampagueos cognoscitivos que se desprenden de este mundo global.
Cuando ya se acercaba la Era del Cibermundo (1997), el Doctor Merejo fijaba su mirada de asombro hacia el dominio de una tecnología que resultaba inentendible en estos países del cuarto mundo, donde la miseria humana y la disigualdad, perviven como símbolos del subdesarrollo espiritual y de pensamiento.
La emancipación del sujeto, como ente actuante y pensante, es quien late en esta investigación, por encima de la tecnocracia apabullante y fría de los programadores e ingenieros de sistemas lineales.
Este investigador del Ser como ente racional, más allá de la virtualidad, ahora está imbuido en las implicaciones dialécticas de la ubicuidad y mientras él procura responder sus dudas existenciales, yo, en condición de ciberinmigrante, me sumerjo en la búsqueda incesante de las complejidades morinnianas de la ciberliteratura y el hipertexto poético.
Diez (10) años antes de que ambos nos inscribiéramos en el doctorado en Filosofía En Un Mundo Global (Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea), bajo la coordinación del doctor Nicanor Ursua, ya el Dr. Merejo estaba marcando la territoriedad investigativa dentro del movedizo universo digital, teniendo como eje transversal el filosofar de los sentidos que marcan la tecnología y la cibernética en nuestra sociedad-cultura , para dejarnos su impronta inquisidora, acusiante e innovadora, traspasando los límites del dominio directo de las bases de datos, las ramificaciones de alambres cuasiales y/o de las bandas anchas, para ir construyendo una discursividad teorética que apunta hacia un cuestionamiento a aquella tecnología que se desvincula de la vitalidad del sujeto y sus nexos con la lengua, con la sociedad y con el Estado.
El doctor Andrés Merejo se ha constituido en un onto-hermeneuta del saber cibernético, desde una concepción ético-filosófica del sujeto y sus vínculos con la tecnología de punta.
Este filósofo del ciberconocimiento y de la filosofía del Ser, nos convoca y nos provoca a no dejar de lado aquellos indetenibles oleajes globales que hoy sacuden nuestro entorno vivencial, haciendo que en cada segundo de nuestro vivir, surjan novedosas dimensiones, propias de la revolución tecnológica que propicia el sujeto internauta proactivo y cibernético que hoy transita por las liquidas avenidas espaciales del cibermundo.
Merejo, como analista crítico de la red de redes, nos advierte que esa abierta madeja virtual nos puede aprisionar en cualquier posible condición de entes cuasi irracionales, y que es suficiente un simple acto de pensar, para escapar de sus tóxicas garras espaciales.
El pensar del sujeto es lo permite que éste pueda sobreponerse a la máquina, haciendo, desde su uso, una alianza vital para y por el desarrollo de la humanidad.
Estoy hablando del único cientista epistémico nacional que ha abordado la dominicanidad virtual, desde las complejidades de la otredad cibernética, como quien apunta hacia la construcción de una nueva identidad del sujeto, afrontando los discursos del poder y sus ideologías epocales.
Este investigador del Ser como ente racional, más allá de la virtualidad, ahora está imbuido en las implicaciones dialécticas de la ubicuidad y mientras él procura responder sus dudas existenciales, yo, en condición de ciberinmigrante, me sumerjo en la búsqueda incesante de las complejidades morinnianas de la ciberliteratura y el hipertexto poético.
En "La Era del Cibermundo", el Dr. Andrés Merejo apuesta hacia a una hermenéutica del sujeto pensante y racional, en la hibridación constante de la tecnología, con las tensiones dialéctico-filosóficas de las ciber-humanidades, en estas aldeas globales.