PROFESORES
Ante esta situación tan particular, el profesorado existente no es muchas veces el más idóneo. Cualquiera puede leer sendos tratados de Yoga, ver videos en Youtube, ser algo flexible y ya creer que se está capacitado para incorporarse a este gran mercado laboral, y efectivamente lo hacen…
La tentación no solo es financiera, hay otras tentaciones, como por ejemplo tener a disposición a un amplio grupo dispuesto a obedecer las órdenes de un determinado profesor. Qué magia más satisfactoria, tan solo alguien dice: «suban el brazo», y 25 personas subiendo el brazo como autómatas. Pero la gratificación es mucho mayor cuando las órdenes son más complejas y se logra hacer que alguien asuma una postura cual si fuera un verdadero nudo gordiano. ¡Fascinante! De paso el profesor recibe toda la proyección de sus alumnos; es considerado un ser espiritual, un maestro un ¡iluminado!, no obstante habiendo sido el Hatha Yoga reducido a mera actividad gimnástica… ¿Perdón señorita, usted aparte de preguntar dónde queda el baño, al menos preguntó por las credenciales de su instructor?
Otra incongruencia que se puede apreciar, es que si bien muchos ostentan certificaciones basadas en más menos horas cuantificadas, muchos ofrecen el aspecto cualitativo del Yoga, su aspecto místico, filosófico y espiritual, porque atrae a cierto público y vende, y lo hacen sin tener la más mínima potestad para ello, ya que en este terreno, en el aspecto esencial y trascendental del Yoga, solo es dable a través de un Maestro autorealizado o un discípulo conectado íntimamente con aquel.
No se puede bailar con Dios y el Diablo a la misma vez o tener el mismo pie en dos orillas…
Por otra parte, hay quienes, de hecho, dicen que no les interesa averiguar la preparación de su instructor.
Estas declaraciones son, por lo menos, curiosas ya que con respecto a ciertas actividades mundanas, estamos muy dispuestos a entregarnos en las manos de profesionales a la hora de aprender algún arte, ciencia o profesión.
Pero, paradójicamente, en las actividades espirituales y trascendentales, pareciera que no estamos igualmente dispuestos a exigir igual pertinencia, preparación e idoneidad en algo que es tremendamente delicado, como lo es el proceso evolutivo del ser humano.
Más que buscar profesores y Maestros charlatanes, debiéramos también buscar igualmente discípulos y aspirantes charlatanes (incluyéndonos) que son la razón de aquellos…
Detrás de tanto altruismo se esconde un gran egoísmo. Tanta gente dispuesta a enseñar, cuando debieran estar más dispuestas a aprender, solo refleja aquello incómodo en nosotros que justamente el Yoga nos invita a observar e investigar.
Entonces, no es de extrañar que se imponga la realidad del ego y que hayamos presenciado a tantos auto-proclamados profesores y maestros de Yoga envueltos en muchísimos escándalos de diversa índole.
Por lo visto, hay mucha gente que busca todo eso y mucho más, menos a ellos mismos.
El Yoga no sirve para nada cuando lo que se requiere es un médico psiquiátrico…
EL LINAJE
Es lo que se ha roto en Occidente. En Occidente el profesor entrega información y un certificado, productos por los cuales tú pagas. Es una transacción. Paréntesis necesario para recalcar que incluso es tal la inflación hoy en día que los certificados se expenden muchas veces muy alegremente. De hecho, llama a suspicacia el hecho de que alguien presente una recua de certificados los cuales han sido expendidos en tallercitos de fin de semana.
La cuestión se torna absurda y bizarra cuando el mercado requiere que, además, existan organismos que, a su vez, certifiquen que los certificados dados por algún centro de “Yoga” sean válidos… Sí, el camino de la iluminación está plagado de dificultades.
El Parampara se refiere al linaje, al aspecto espiritual que se extiende de Maestro a discípulo. Es el vínculo trascendente el cual garantiza la pureza de la enseñanza, ya que el Maestro comparte lo que Es, a diferencia del profesor que comparte lo que sabe…
Las instituciones certifican; los Maestros bendicen…
Cito las elevadas y clarificadoras palabras de Swami Ramakrishnananda: «El estudiante va tras el conocimiento, mientras que el discípulo busca la realidad de su existencia. El estudiante es aquel que estudia, pero discípulo es solo quien aprende. Estudiar es reordenar lo conocido, aprender es experimentar con lo nuevo.»
Por otra parte, es tal el obnubilamiento de la mente, que no hay el más mínimo respeto y sinceridad, como para, en tal caso, ofrecer solo gimnasia en vez de Yoga, palabra la cual, además, se usa indiscriminadamente para referirse al caso específico del Hatha Yoga, sin contar con el hecho de que el Yoga abarca muchos aspectos ya mencionados como el Raja, Jñana, Kundalini, Hatha, Bhakti, etc.
Todos los quehaceres humanos exigen preparación, como el deportivo, científico, artístico, etc. Muchos disfrutan ya sea yendo a los estadios, o en otro caso estudiando temas científicos, o dedicándose devotamente a la pintura o baile. Muy pocos, aun estando preparados, lograrán ser exitosos en estas actividades a tal punto de descollar y hacer grandes obras y descubrimientos.
Hay otra actividad humana, quizás la más difícil porque es abordada con la misma actitud utilitaria que las anteriores actividades y por ello resulta tan exigente a la hora de ir en sentido contrario que señala el condicionamiento mundano y objetivo, donde todo el mundo se olvida de las diferentes etapas y cree que puede estar al final de la cadena sin ningún tipo de preparación: la religión.
La mayoría de los seres humanos no dudan en buscar la ayuda de los más diversos profesores a la hora de aprender las cuestiones, muchas veces, más profanas e intrascendentales de este mundo.
En contraste, a la hora de aprender los asuntos más trascendentales de la vida, son capaces de negar y rechazar la guía de maestros espirituales fidedignos, invocando que la "Verdad interna es patrimonio de todos".
Cierto, pocos han auto-realizado esas verdades y muchos son los necios guiados por su propio ego…
Por ello son contadas las almas que reconocen la necesidad de la asistencia de Maestros… que evidentemente son una piedrecita incómoda en el zapato del ego. Esto implica un cierto grado de maduración interna, que básicamente se traduce en inocencia y en consecuente humildad.
Es más, a través de los siglos han aparecido en esta tradición sabios portentosos que a lo más se han catalogado como veedores, es decir, seres que han visto (la Verdad) y que a lo más han compartido con otros lo visto. Un acto de suprema y verdadera humildad.
Y aquí, a modo de ejemplo, volvemos nuevamente a Patanjali, en su primer verso: «Ahora el Yoga se expone»; él no creó nada, solo muestra… que el Yoga ocurre ahora.
Cosa muy distinta vemos en la generalidad de Occidente, en donde el utilitarismo extremo incita a la creación de "novísimos" sistemas de auto-perfeccionamiento, auto-ayuda y auto-crecimiento; sistemas súper eclécticos reciclados y confeccionados por profetas auto-consagrados, siempre con el logo de marca registrada a la derecha del nombre del método "creado".
La religión, en ulterior análisis, es un camino destructivo de lo que creemos ser. Este aspecto se puede apreciar en todas las religiones y tradiciones, las cuales invitan a ser menos "yo", para ser una individualidad única dentro del todo…
«La espiritualidad es un viaje que comienza y termina en ti» ~ Swami Ramakrishnananda.