Con la apertura democrática en la década del noventa, no sólo se produjo un cambio de gobierno en la sociedad dominicana, sino que también se estructuró la expansión de la cultura liberal, acelerando el proceso de individualización y subjetivación de la juventud dominicana.

La revolución neoliberal en la sociedad dominicana, ha producido un incremento de la subjetividad; del deseo de goce y, placer de los jóvenes, pero también un proceso de individualización; determinando que vivan la propia vida, sin el apoyo del Estado, de la moral social tradicional, como tampoco de las instituciones sociales tradicionales.

El proceso de democratización, no sólo afectó al gobierno y la esfera pública en general, sino que también ha producido cambios significativos en la vida cotidiana y la posibilidad de decidir sobre la intimidad; el erotismo, el amor y la sexualidad en la juventud dominicana.

En el contexto neoliberal en el que vivimos, la juventud han incrementado sus expectativas de bienestar, el derecho al disfrute y pasarla bien, pero también se han visto compulsivamente obligados a decidir por sí mismo, a tomar decisiones, deliberar, juzgar, elegir y actuar de diversos modos posibles, sin el apoyo del gran hermano (el Estado), ni las certezas y certidumbres de la moral social, de la familia, la educación ni la religión.

Hoy en día, se habla de una crisis de la moral social; del dejar hacer, dejar pasar, refiriéndose a la libertad de actuar de los individuos. La familia tradicional, no cuenta con las herramientas para educar a los jóvenes, pues ha hecho de la sexualidad un mito, un tabú, una práctica que se reduce a la habitación de las parejas.

Por otro lado, algunas iglesias han convertido la sexualidad de los jóvenes en un pecado, un deseo del cuerpo que deben reprimir y reservar al matrimonio y, se niegan a la inclusión de la educación sexual en el sistema escolar. Mientras tanto, son los medios de comunicación, el cine, la música urbana del reguetón, dembow, videos, las plataformas digitales: Badoo, Tinder, PornHub y las redes sociales las que están “socializando” a los jóvenes y han convertido la sexualidad en una mercancía de consumo, de diversión y entretenimiento en la cultura popular dominicana.

En ese sentido, las decisiones acerca de la sexualidad de los jóvenes de los sectores populares, mediada por las redes y los medios de comunicación, descansan en ellos mismos. Los jóvenes aparecen como “soberanos” de sus propias decisiones, pero también son los “responsables” de sus consecuencias. La revolución del liberalismo, ha acentuado los valores de la autonomía y la libertad individual y, ha configurado una ética individualista, donde los jóvenes se ven a sí mismo como sujeto de derecho en la construcción de su intimidad.

En una encuesta de la dirección de investigación de la facultad de economía de la uasd, con una muestra consultada de 500 jóvenes, entre 20 y 35 años, en sus mayorías estudiantes universitario, de los sectores populares y, una representación del 73% femenino y un 27% al masculino, arrojó que el 90 por ciento de los encuestados entienden que tienen derechos a disfrutar de su cuerpo y sexualidad aún sin estar casado.

La expansión del liberalismo en gran parte del mundo occidental, ha hecho posible el auge de una ética-estética individual, que libera a la juventud de las coacciones y restricciones morales institucionales tradicionales. Pero hay que tener claro, que está libertad consiste en que la responsabilidad y sus consecuencias queda donde la ha situado la cultura liberal; sobre los hombros de los individuos.

La cultura liberal incrementa la autonomía de la elección individual, pero hace del individuo, el responsable de las consecuencias de sus decisiones deteriorando sus condiciones de vida. Los jóvenes son más libre, tienen mayores opciones culturales, pero también están amenazados por mayores riesgos e incertidumbres, pues el aumento de su libertad, ha significado también un incremento de su responsabilidad. Construyen sus relaciones de parejas a partir de sus preferencias personales e individuales; relaciones más libres, pero abiertas a la indeterminación, ajenas a las normas institucionales tradicionales, pero influencia por las industrias sexuales y las tecnologías de la información y la comunicación.

La juventud dominicana tiene mayor libertad de elección y experimentación, mayores opciones para tomar decisiones que la generación anterior: pueden escoger entre vivir sólo o, en pareja, tener relaciones físicas o, virtuales, estar casado o, en unión libre, en relación homosexual o heterosexual, pero también sus relaciones afectiva-amorosas se han hecho más vulnerables, frágiles y, precarias, expuesta permanentemente al riesgo de la separación.