Se advierte con facilidad, de la lectura de sus lineamientos, así como de las expresiones directas de Luis Abinader, su particular preocupación por el tema de la cultura en su proyecto de gobierno.
Varios elementos sostienen su propuesta. Cito algunos: Influir en la calidad de la educación escolar a través de la enseñanza masiva del arte en las escuelas; poner el libro en el centro de las políticas culturales mediante el programa “Dominicana Lee”; Implementar alianzas con los cabildos para que la cultura llegue a todos los rincones del País; difundir el arte y la cultura en el exterior a través de las embajadas; Dignificar las condiciones de vida de los cultores del arte en todas sus manifestaciones; usar la cultura como mecanismo de control de la delincuencia; imbuir el turismo de la cultura dominicana como un atractivo para éste; Recobrar la institucionalidad del Ministerio de Cultura convirtiéndolo en un ente funcional y transparente.
Para el desarrollo de estas ideas la dirección política se sostiene en dos frentes: por un lado el reconocido escritor Tony Raful, primer secretario de estado de cultura de la República Dominicana, quien ya tiene ganado un boleto para acceder a la gloria de las letras dominicanas, ha dado un empuje inusitado al frente cultural del PRM. El consagrado poeta, novelista y ensayista en rol de gestor cultural, ha reunificado este histórico frente que en algún momento fue orgullo del Dr. Peña Gómez en el viejo partido.
Por otro lado, el musicólogo y director de orquesta Amaury Sánchez, señalado como encargado de la dirección de cultura del Gabinete Presidencial, ha logrado agregar a los propósitos culturales de Luis a un conjunto de intelectuales y artistas de la nueva generación. Amaury y Tony son dos profesionales y promotores del arte y la literatura de los cuales debe sentir orgullo cualquier proyecto político que cuente con sus servicios así como también la Nación. En ningunas manos hubiesen estado mejor estos propósitos que en las de ellos. Estos dos equipos, trabajando, como están, en dos frentes armónicos, aseguran un apoyo masivo de los agentes culturales a Luis y el éxito, para bien del Pais, de la política cultural del futuro gobierno de Abinader. Así será.