La culinaria dominicana nos ofrece una riquísima simbología sociocultural. Es más tradicional y costumbrista que gourmet, vegetariana o dietética, sobre todo, en aquellos estratos sociales que pueden pagarla. Porque la cocina dominicana tiene un marcado carácter social, en esta sociedad tan polarizada como heterogénea. Cada clase come según sus posibilidades económicas y según sus costumbres. Casi siempre imperan más las costumbres que el dinero que se tenga. En cualquier mañana, en Santo Domingo, usted puede observar como desayuna cada clase social: la alta puede variar desde un sándwich (pan integral) con suizo o gouda holandés, o una ensalada de frutas bañadas con miel que felizmente, en varias esquinas del Gran Santo Domingo puedes encontrar. Otros, los más tradicionales –nada que ver con el dinero- prefieren el buen mangú con salami doradito o queso frito con yuca encebollada o tostones, o unos un par de yaniqueques que dan seguidilla, en cualquier esquina un cocinero(a) ambulante monta su estufita y vende su desayuno, y por más que las autoridades las quiten, vuelven por demanda popular. Bien famosa es la doñita de la esquina de Independencia/Vicini Burgos, provocadora de algún que otro choque pues aquel chofer inconsciente, atraviesa su vehículo en medio de la vía, pero nadie le para el desayunito de mangú con chorizo: -“¡Eso sabe ma’ bueeeno, doña! Ese, si quiere que me pase por arriba, ¿Y e’h fácil?! Diaablo! Yo no dejo esta grasita ahora. ¡No ombe!”
La cultura culinaria dominicana junto a la música y los bailes tradicionales, representan nuestra esencia como dominicanos, constituyen de los símbolos identitarios de mayor autenticidad y distinción de la cultura nacional. Pero a diferencia de la música y los bailes de altísima proyección internacional, la culinaria dominicana no ha sido tan explotada y exportada, dentro y fuera de fronteras. La riqueza de la gastronomía dominicana es tan diversa y exquisita como su cultura.
Lo que distinguirá nuestro turismo y atraerá cada vez más a los turistas es lo que ahora denominamos dizque “turismo complementario” y en esa categoría incluyen, algunos expertos, al turismo cultural, al gastronómico, al rural, o al ecológico, y a otras tipologías que en pocos años serán, las atracciones principales para visitarnos, y un día de sol y playa vendrán a ser el complemento. Porque el turismo gastronómico es una manera de acercarse a la cultura de un pueblo, a su historia, a sus costumbres y tradiciones; el turismo gastronómico es un generador de ingreso de divisas al país, generador de nuevos empleos y permite la internacionalización de la cultura dominicana y la proyección de una auténtica Marca-País.
Festivales y rutas gastronómicas podrían organizarse periódicamente, en una vinculación interinstitucional para el desarrollo del turismo rural y el cultural, desde una perspectiva antropológica que quiere decir conocer las costumbres y tradiciones de los hombres y mujeres del campo dominicano. Y visto el turista no solo como espectador pasivo sino dándole la oportunidad de participar haciendo, ofreciéndole la experiencia de aprender hacer pasteles en hojas, casabe o un sabroso sancocho acompañado de un rítmico Perico Ripiao. Hay experiencias que marcan a uno para toda la vida y un viaje en que su atractivo principal sea la degustación de platos originales del país, conocer de sus costumbres como las relacionadas con la elaboración de platos tradicionales o el compartir esa autenticidad de costumbres puramente dominicanas, que también pueden ser en la ciudad. Ese sería un viaje inolvidable; y si al paquete turístico se le incorporan el Perico Ripiao y juegos tradicionales campesinos como corridas de cintas, juego de dominó, cabalgatas, pelea de gallos, el palo encebado y otros, todo esto sería de gran atractivo turístico.
“El Nicolai Stakeeff destacó que la gastronomía nacional (peruana) rebaza fronteras y comienza a obtener un protagonismo destacable a nivel mundial. Señaló que de los 3.2 millones de turistas extranjeros que arribarán al país al cierre del 2013, según recientes cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, 1´280,000 (40%) de ellos tiene como principal motivación conocer y probar la gastronomía peruana. Esta cifra representa un incremento de 823% si se considera que en el 2007, el porcentaje de turistas gastronómicos ascendía a solo 155,521 (7% del total de turistas de ese año, según cifras del INEI)”.
http://peru21.pe/actualidad/turismo-gastronomico-peru-se-incremento-800-2158062