Hace 35 años que Ygnacio Rojas Hiciano es empleado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Casi todos le conocen porque es un tipo “eléctrico”, pragmático y solidario como pocos. Activista político, peledeísta originario por más señas. 19 años como seguridad de Juan Bosch, otro tiempo con Leonel Fernández. Conoce al dedillo a los políticos, pero prefiere el anonimato, aunque es difícil que pase inadvertido porque se mueve como una hormiga. No todos saben sin embargo que la gran pasión de este fortachón es la  agropecuaria. Todo lo asocia con esa actividad. Hasta la política. Y dice que “a nosotros, los campesinos, nos gustan las cosas pequeñas para lograr cosas grandes”.

Casi imposible que durante una conversación con este nagüero no surja el tema de sus fincas en las ubérrimas tierras del Cibao. De las vacas y de los chivos. Los chivos, los chivos; de los víveres, los víveres…

Los caprinos aparecen siempre en su hablar; sobre todo, cuando discurre con seguridad pasmosa sobre los entresijos de los procesos electorales uasdianos. Él sintetiza un mundo de sabiduría popular.

En la campaña de hace cuatro años, lo dio todo por el actual rector Iván Grullón. Le acompañó en las verdes y las maduras. Sostiene que es su gran amigo, pero que ahora no puede acompañarle en el “barco” porque su compromiso con él termina el 20 junio de 2018 en que se celebrarán las elecciones para elegir a las nuevas autoridades. Grullón ha respaldado al candidato Editrudis Beltrán.

“Como campesino, yo creo en la culebra, y me llevo de ella. Ese animal sale de la cueva y se detiene; entonces, saca su lengua larga para que le dé la brisa. Al darle brisa de un lado, se tuerce hacia el lado contrario, y hacia ese rumbo se dirige ella. No se va nunca en contra de la brisa, para oler bien y orientarse”, enfatiza.    

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Hiciano cree que quien se lleva de la culebra, no falla, y que, en esta ocasión, la lengua de la culebra manda la señal de Emma Polanco, candidata a la rectoría de la universidad estatal.

“Pero el éxito no se logra con triunfalismo, ni con bulto de ocasión, sino con trabajo permanente.  Tengo mucha experiencia en esto, uno no se puede dormir”, ha advertido.

LA BATALLA FINAL

Polanco y su equipo de candidatos a vicerrectores ha visitado este lunes 23 de abril el Centro Universitario UASD Santo Domingo Este (CUSDE), y allí, en un breve discurso, ella ha llamado la atención justo sobre eso. “No hemos ganado las elecciones, las elecciones son el 20 de junio. Vamos a trabajar sin descanso para ganar”.

Ha dado en la diana. Los procesos electorales en esta academia llevan consigo vicios de la política vernácula, y tres de ellos son: el afán de “ponerse donde el capitán lo vea”, el discurso prematuro de victoria y los “codazos” a quienes se acerquen porque los asumen como intrusos.

Tales tachas crean un efecto fantasma de éxito que podría tirar al abismo cualquier proyecto aunque se articule bajo buenas intenciones.

Polanco luce con ventaja en el proceso, pero sabe que echará la batalla final “cuerpo a cuerpo” con un Editrudis Beltrán que no ha desmayado ni un minuto en su intento por recomponerse y salir airoso. Y salir airoso significaría al menos provocar una segunda vuelta. Si ella y su equipo quieren coronar el éxito deben de tener presente, hasta el final, que su adversario no resultará “un paseíto” de fin de semana. Ahora, más que nunca, cada voto cuenta.   

La comisión universitaria designada por el Comité Político del oficialista Partido de la Liberación Dominicana ha anunciado en una asamblea que los integrantes de esa organización en la academia quedan libres para votar por el candidato a la Rectoría de su simpatía.

La captación inteligente de esos morados “sueltos” podría representar la diferencia entre ganar en primera vuelta y pasar a la segunda. O hasta perder. Pero no son pocos los borrachos de poder que erróneamente opinan lo contrario. Creen que, para ganar, son innecesarias otras alianzas.

La lengua bífida de la culebra marca Emma a partir del 20 de junio, según Hiciano. Es posible, salvo que las inteligencias emocional y política del liderazgo se marchen de vacaciones y se entronice la locura de los altaneros que medran en los pasillos oscuros de la política.