En estos días de cuarentena, hemos tenido tiempo de más para pensar y analizar diferentes temas. Para muchos un pensamiento recurrente radica en las consecuencias de la mortalidad y los daños a las personas.
Toda perdida de vida es lamentable. Los protocolos vigentes conllevan que cambiemos la forma de expresar los duelos y nuestra forma de vida. Mis pensamientos y sentimientos para los que han tenido que afrontar estas situaciones, y para los que las tendrán en el futuro.
Otros, también piensan en sus negocios. Los cuales son parte integral de sus vidas.
En mis conversaciones con amigos, conocidos y clientes, que en estos días se han convertido en un elemento esencial del quehacer cotidiano, comentábamos sobre las consecuencias de la cuarentena para los negocios.
A estas inquietudes los gobiernos de los diferentes países, y el nuestro no ha sido excepción, han respondido tomando medidas para reducir el impacto de la cuarentena sobre las finanzas de los negocios. Facilidades para los préstamos y tarjetas de crédito, prórroga en la declaración y pago de impuestos, nuevas facilidades crediticias, suspensiones laborales, etc. Todas son medidas que ayudaran a la economía.
Sin embargo, nada quita que el negocio continúe teniendo compromisos, y que tendrán menos o ningún ingreso durante estos tiempos. La cantidad de negocios con problemas para afrontar sus pagos durante y al final de la cuarentena será grande. A todos nos compete buscar soluciones a estas situaciones.
El informe del Banco mundial relativo a las consecuencias económicas de la pandemia del Covid-19 (https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/33555) hablan de: “ los procesos de reestructuración fuera de los tribunales deban ser simplificados…” en ese sentido la solución en los Estados Unidos, en el “CARES Act” (ley de medidas económicas por el Covid-19) se simplificaron los procesos de implementación de la aplicación del Capítulo 11 del Código de Bancarrota, permitiendo así un proceso mas simple y ágil. En dicho país las solicitudes de los beneficios del Capitulo 11 de Bancarrota, o salvataje, han aumentado.
Las conversaciones entre empresarios y abogados del área Iberoamericana tratan sobre la aplicación de las leyes concursales y de reestructuración de sus respectivos países.
Si bien, en nuestro país existe una legislación que ayuda a afrontar problemas de liquidez (Ley 141-15 de Reestructuración Mercantil), muchos no la consideran una opción para solventar la situación y enfrentarla de la mejor forma.
Durante los tres años que tiene en vigencia la Ley de Reestructuración Mercantil, hemos visto que muchas empresas con necesidad de utilizar los beneficios de esta ley no la han aprovechado. Empresas que han recurrido a esta ley han podido continuar sus operaciones, y presentan planes para pagar a sus acreedores y continuar su existencia, demostrando sus posibilidades de subsistir, asi como la seriedad de sus accionistas y socios. Algunos hemos visto casos específicos de empresas, que años atrás hubieran cerrado sus puertas de forma rápida, y hoy están manteniendo su existencia, logrando sobrevivir y ampliar sus negocios. La fuente de la fuerza, según Sun Tzu, radica en la unidad, no en el tamaño, y para la victoria es clave la fuerza moral. Es con esta fuerza moral que los empresarios luchan para mantener sus negocios y les aseguro que lo pueden lograr.
Beneficios como la suspensión del cálculo y pago de intereses, de los procesos legales de cobros y otros más incluidos en la Ley de Reestructuración, han brindado un alivio y dan tiempo a las empresas para poder reequilibrar su situación financiera y mantener la existencia de sus negocios. He visto casos de empresas que antes de solicitar su inclusión en la aplicación de la ley 141-15 de Reestructuración Mercantil, perdían millones de pesos, ahora con las medidas tomadas están ganado dinero y han mejorado su flujo de efectivo, entre otras cosas.
La ley permite opciones desde un plan pre-negociado y aprobado posteriormente por un tribunal hasta un proceso con su supervisión . Todas son opciones que demuestran su afán de pago, a la vez que solo buscan el apoyo de la ley para hacer frente a situaciones adversas como las medidas tomadas para enfrentar correctamente las consecuencias económicas de la pandemia.
Este tiempo de cuarentena puede ser aprovechado por los empresarios y sus asesores, para analizar las consecuencias financieras de estos tiempos. ¿Como están afectando a sus finanzas las implicaciones de la cuarentena?, y ¿cómo mejor paliar las mismas? Y consultar con los conocedores con experiencia en esta materia y trazar planes para su ejecución. La supervivencia de los negocios y empresas es de suma importancia para nuestros países.
Preguntas como: ¿Qué disponibilidad de efectivo tendrá mi empresa al concluir este tiempo? ¿Cuáles compromisos de efectivo tendremos? ¿Cómo se comportarán mis ventas al concluir esto? ¿Cómo se comportarán mis ingresos? Todas son preguntas obligatorias que debemos hacernos. Y luego debemos preguntarnos que opciones tenemos. No esperemos el final, como decía Juan Pablo Duarte, y mas recientemente Don Frank Rainieri, en su alocución a sus colaboradores, “aprovechemos el tiempo” haciendo algo útil para el futuro.