En la primera parte de este articulo expusimos lo difícil que es afrontar la reapertura de la economía conviviendo con el coronavirus. Periodo en que, para muchos, la cuarentena se recordará como unas vacaciones inolvidables.

Mencionamos tres factores que harán de esta nueva etapa, una verdadera pesadilla. Estos son, la inflación, el desempleo y las deudas privadas.

Aquí hablaremos de como podemos amortiguar esos efectos, hacerlos más tolerables y evitar males mayores.

Sobre las personas que van a perder su empleo con la reapertura, una etapa adicional del Programa Fase será necesaria para que estos desempleados sigan recibiendo un salario durante al menos 4 meses adicionales, tiempo para explorar nuevas opciones en el mercado de trabajo.

El nuevo gobierno que surja de las urnas el 16 de agosto, como primera medida, deberá reformular el presupuesto del 2020, para inyectarle un fuerte empuje a la inversión pública. Esto creará muchos empleos nuevos y ayudará a mejorar la demanda agregada. Es momento de austeridad en el gasto corriente, pero con un impulso fuerte en el gasto de capital.

Sobre las deudas privadas que han asumido muchas familias a través de la tarjeta de crédito, las moras en el pago de las hipotecas, préstamos personales y de negocios y los atrasos con suplidores y prestadores de servicios, la solución es negociar, cuando el periodo de gracia se termine.

Vaya a su banco y pídale ayuda a su oficial de crédito para que le ofrezca opciones de pago de las deudas contraídas.

Los bancos a su vez deberán permitir reestructurar algunos prestamos y ofrecer algunas concesiones sin perjuicio de su calificación de riesgo o nivel de solvencia. El Fondo de Garantía que comenzará a operar en los próximos días será de gran ayuda para las Mypimes con cartera A y B. 

Lo que jamás debe hacer es seguir acumulando deudas con sus tarjetas de crédito, pagando el mínimo hasta que explote. O peor aún, olvidarse del pago de sus prestamos sin ir a negociar. Ambas cosas son nefastas para su historial crediticio.

Igualmente, hable con sus suplidores ya que si usted cierra su negocio no hay pago y todos pierden.  Con los alquileres de locales comerciales, lo mismo. Negociar para que todos ganen.

Finalmente mencionamos la inflación producto de la depreciación del tipo de cambio. Todo subirá de precio y más con un petróleo aumentando rápidamente.

Eso agravará la situación de los más pobres y también de un amplio sector de la clase media.

Para contrarrestar esta pandemia inflacionaria, el gobierno debe priorizar la producción agropecuaria y las exportaciones. Meterle dinero a la agropecuaria para aumentar la producción de todos los rubros alimenticios. Recapitalizar al Banco agrícola y condonar deudas viejas de muchos productores que han abandonado sus actividades por falta de crédito.

Abrir mercados populares en todos los barrios y municipios del país vendiendo bienes alimenticios a precios accesibles y habilitando como medio de pago la tarjeta de solidaridad. Esto es muy importante para evitar hambrunas y el aumento de la pobreza.

Las exportaciones, que generan divisas y ayudan a estabilizar el mercado cambiario, tienen ahora la oportunidad de expandirse recibiendo más pesos por dólar exportado. La competitividad mejorará con una tasa de cambio más flexible y sin las frecuentes intervenciones del Banco Central para mantenerla anclada.

El turismo, las remesas, las zonas francas, las exportaciones tradicionales y no tradicionales y la sustitución de importaciones son claves para reactivar la economía y todas ellas se benefician con una tasa de cambio mas flexible, como ha reclamado el FMI durante por años. 

Estas son respuestas parciales para enfrentar la secuela de problemas derivados del cierre casi total de las actividades económicas. Recordándole de nuevo que por muchos meses tendremos que convivir con el coronavirus.

Pero hay que buscar dinero para todo esto y eso no deja de ser un problema cuando estamos descontroladamente endeudados. Para ello, posiblemente, hay que renegociar algunas deudas del gobierno, reducir los gastos superfluos y la corrupción, mejorar la calidad del gasto público, hay que buscar ayuda internacional aprovechando las relaciones diplomáticas con China y hay que aruñar más a los organismos multilaterales para obtener nuevos prestamos de asistencia a los mas pobres. Primero sanear y limpiar el desorden heredado y después buscar más fondos.

En fin, esa será la principal tarea del próximo gobierno, donde la confianza se reestablecerá, imprimiéndole mayor transparencia al quehacer institucional y combatiendo la corrupción en todos los frentes. Porque este gobierno esta definitivamente acabado y moralmente desprestigiado.