La crítica intersticial es una crítica de intersecciones, de conjunciones, de profundidades internas y externas, esto es, de funcionamiento inmanente y trascendental. Esta tendencia se reconoce, además, como un recorrido mediante el cual se explica una travesía (mixta, crítica, textual), a partir de criterios conceptuales, categoriales o terminológicos y modales. En el cine y otras mediaciones mixtas o hipertextuales, la crítica intersticial es aquella que aborda lo cinematográfico a partir de relaciones internas; lo que implica un tratamiento temático y formal adaptado a la visión de un material determinado.

Algunos teóricos culturales como Frederic Jameson y Gilles Lipovetsky analizan los desplazamientos y conjunciones de la crítica intersticial, metodológicamente particularizada como concepción de quehacer cinematográfico y generalmente audiovisual. De ahí que dicha crítica intersticial se fundamente en los aspectos funcionales: (se sitúa entre), (se desplaza entre), (se constituye entre), (se orienta entre), (se plantea entre), (se pronuncia entre).

En este marco la estructura dialoga con la función; se dinamiza como campo expansivo y al nivel de borde y centro en la perspectiva cinematográfica, literaria, artística. En cuanto a la productividad y a la recepción de las creaciones visuales, tecnoculturales y cinematográficas podemos afirmar que la cohesión de la ´práctica intersticial de la crítica de cine  puede revelar cierta condición del análisis entendido como el funcionamiento de la creación experimentales.

En efecto, es importante destacar el encuadre crítico y autorizado asumido por aquellas posibilidades que dan cuerpo a un proyecto propiamente dinámico que influye en el contexto de la creación y de las lecturas fílmicas. En el caso de la crítica intersticial asistimos a un marco de ascendencia y revisión de los diferentes elementos comparativos que conforman o crean os productos ficcionales y cinematográficos, habida cuenta de que las imágenes aportan, sugieren,  producen un viraje y un texto crítico sobre la misma ideología de la crítica que puede ser tomada en cuenta a la hora de mostrar y desarrollar un nuevo lenguaje y nuevas actitudes que surgen con el registro propio de la obra de arte en movimiento.

El recorrido del microcomentario y el macrocomentario cinematográficos, permite entrar en un campo de análisis propiciadores de teoría y análisis de un texto fílmico, proyectado como una experiencia para el consumo de espectadores. En este sentido y caso la crítica intersticial aborda los diferentes conjuntos ideológicos, técnicos y estéticos de la película.

En efecto, se trata por lo mismo de una crítica de las intersecciones discursivas que acoge y analiza las diversas líneas de producción y creación de un texto mixto en movimiento; de suerte que el análisis de los objetos líneas, diseños, objetos y objetivos cinematográficos depende de ciertos niveles y grados de análisis  en un trabajo doblemente plural.

Las variables críticas de las hipermedias inducen a pensar y a revisar las líneas de continuidad de una concepción crítica y dinámica basada en el material fílmico y en la forma (idiolecto) del mismo. Todo lo cual hace referencia a un universo sociocultural y a sus variables de creación y lenguaje.

El mismo trayecto hipermoderno o tardomoderno puede cobrar valor en lo tocante al espacio-tiempo escogido y dinamizado por el director de una película, tal y como podemos constatar en Humano, demasiado humano de Louis Malle (1974); Recursos humanos, de Laurent Cantet (1999), La rosa púrpura de El Cairo, de Woody Allen (1984), Simone, de Andrew Niccol (2001), Spiderman, de Sam Raimi (2002),entre otros; donde el tejido propiamente fílmico induce al manejo de categorías, tratamientos formales y temáticos justificados por el texto base o la historia de base visible y legible en el guion acentuado por la concepción de la puesta en escena y la puesta en cuadro.