El presidente René Préval tiene el deber constitucional de designar el sucesor del renunciante primer ministro, Rosny Smarth, y propone siempre a alguien que no es del gusto de los Senadores de la Organization Politique Lavalas (OPL), que por tener la mayoría parcial de Senado son quienes ratifican o rechazan la denominación del primer ministro.

Gerard Pierre-Charles detalla las razones para esta disensión que ha paralizado la vida gubernamental por casi un año, pasando revista por las condiciones en el que se desenvuelve el frágil ensayo de democracia representativa del tercio de isla más depredado ecológicamente del mundo. Aborda también el nuevo marco institucional de las relaciones entre ambos países que, en su opinión, obtendrá un perfil más claro con la visita de Leonel Fernández en la segunda semana del presente.

P. ¿Se puede esperar que la visita del presidente Leonel Fernández genere algún tipo de protesta espontánea de las masas haitianas?

R. No, en lo absoluto.

P. ¿Y dentro de la clase política, ha creado esta visita alguna expectativa importante?

R. Habrá interés. Hasta ahora no se ha discutido mucho porque en Haití tenemos una visión hacia el interior que absorbe los problemas del momento.

P. ¿En lo personal, cómo percibe esta visita presidencial?

R. Es una visita que esperaba desde hace tiempo. Es importante que haya una mayor expresión de presencia de la República Dominicana. Fernández viene en un momento de crisis para nuestro presidente Préval.

P. Pero el congreso conformado en su mayoría por miembros de su partido, la OPL, no le ha facilitado mucho las cosas a Préval. Si el recién electo congreso dominicano se comportase de una manera similar, Fernández tendrá muchos problemas.

R. La división de los poderes es una muestra de avance democrático. Hay cosas del proceso haitiano que todavía no se valoran. La emergencia de un congreso independiente que desempeña su papel y la desaparición de las Fuerzas Armadas son dos elementos que pueden dar la impresión de ingobernabilidad y dificultad. Pero se trata de una nueva institucionalización que se está fraguando. Tenemos logros profundos dentro de la transición democrática.

Dentro de la dinámica de Lavalas, que ya desde el 90 era muy poderoso como gran movimiento populista, Aristide regresa del exilio con mucho más poder. Regresó en el 95, no sólo con el apoyo popular con el que ya contaba, sino con la fuerza del impacto negativo de los golpistas, que fueron unos brutos. En tercer lugar, Aristide llegó como vencedor. La oligarquía que estaba en su contra tuvo que doblegarse. El propio congreso que en aquella época estaba dominado por los militares tuvo que doblegarse. El ejército estaba prácticamente vencido y fue finalmente disuelto.

Además de eso, el apoyo internacional venía desde las Naciones Unidas, hasta los Senadores negros del Black Caucus pasando por la comunidad judía de nueva York, y además por los sectores de izquierda de muchos países del mundo que apoyaban el retorno de Aristide. El Aristide del 95 es un hombre tan poderoso que no podía imaginarse que un congreso pudiera oponérsele. Lo mismo le pasa a René Préval. Dentro de las esferas de Lavalas se hablaba de conservar el poder por 30 ó 40 años por parte de un partido único, con un gobierno mesiánico, en donde Aristide fuera el mandamás.

P. ¿Y qué pinta el presidente Préval en esta escena?

R. Él está a la sombra de Aristide.

P. Pero él no era político antes de ser presidente. ¿Qué puede motivarlo a continuar gobernando en medio de tantas dificultades?

R. Él estaba muy ligado y sigue estándolo a Aristide.

P. Pudiera muy bien sucumbir a la tentación de renunciar.

R. En su país pasó algo parecido cuando Rafael Leónidas Trujillo, al cambo de cierto tiempo, nombró a su hermano Héctor presidente. El modelo Aristide-Préval es bastante similar. Una relación entrañable, como entre hermanos. Aquí llamamos a esta unidad espiritual “Marassá”. En la OPL hemos obligado a barajar de nuevo las cartas.

P. Pero eso le ha salido muy caro al pueblo haitiano. Las ayudas internacionales no se reciben porque ustedes no se ponen de acuerdo para ratificar un primer ministro, tienen una crisis de gobernabilidad de más de un año.

R. Al fin y al cabo la Historia lo dirá. Hemos ganado en evitar lo que era un peligro antidemocrático.

P. Pero Aristide sigue ahí manipulando detrás del escenario.

R. La lucha sigue en pie pero lo que parecía un poder irresistible, ya no lo es.

P. ¿Dentro de sus logros está mantener al país en un impasse político?

R. El hecho de que no se haya logrado nombrar a un primer ministro es lo de menos. Lo más importante es que no han conseguido el control sobre su nombramiento, lo que es una muestra de que hemos resistido. Porque los nombres que ellos han propuesto iban a ser otro “Marassá” de Aristide.

P. ¿Y cómo le explican ustedes eso a la población que espera comida, que espera fuentes de empleo por parte del gobierno, cómo mantienen la fidelidad política de sus bases?

R. Porque la gente se da cuenta de que hay un peligro democrático.

P. ¿Con el estómago vacío?

R. Aquí hay una profunda conciencia democrática. Por eso incluso el militarismo se ha vuelto imposible.

P. ¿Pero a ustedes no les da miedo perder adeptos?

R. Habrá elecciones dentro de ocho meses y ahí se verá. Habrá elecciones casi generales.

P. Pero esas son las mismas elecciones que ustedes imputaron, lo que resultó en la renuncia de Rosny Smarth como primer ministro.

R. Esas no lograron hacerse. Estas son diferentes. Hay un sistema aquí en el que se elige el Senado en dos momentos. Las de abril del año pasado eran para elegir un tercio del Senado, es decir, 9 Senadores, el total del Senado es 27. Además se estaban eligiendo las asambleas territoriales, o sea los representantes de los municipios.

Cada dos años se elige un tercio del Senado. Este año 98 se da la conjunción de diversas elecciones. Por un lado, un tercio del Senado, la de la cámara de diputados que se renueva totalmente y también todas las alcaldías y las asambleas de alcaldías. Es decir, que son elecciones casi generales las que tendrán lugar en noviembre. Tomando en cuenta la controversia del año pasado, la cuestión es saber si el tercio del Senado imputado el año pasado va a ser elegido esta vez. Hay dos posibilidades: o que sea elegido en una segunda vuelta, porque la segunda vuelta no se ha hecho, o que se vuelvan a realizar de nuevo, desconociendo los resultados de abril del año pasado.

Raúl Recio. Sin Título, de la serie "Yo estoy aquí pero no soy yo" (1986-2000)

P. ¿Formarán parte de la terna del partido de Aristide los tres candidatos ex-militares que se postularon el año pasado?

R. Sí. La polémica es determinar en qué medida estas elecciones serán de dos tercios, o si el tercio de las elecciones pasadas pasarán por una segunda vuelta.

P. ¿Qué probabilidades hay de que se solucione el impasse político sobre la elección del primer ministro, ha habido algún acercamiento con el presidente Préval al respecto en los últimos días?

R. Esperamos que la crisis se resuelva en los próximos quince días. El régimen semi-parlamentario es algo nuevo. Préval pensaba que podría proponer a quien él quisiera y que iba a ser aceptado así no más. Henry Pierre es un excelente técnico que trabaja en el Banco Mundial, es un profesor excelente lo mismo que Hervé Denis, pero para aceptarlos como primer ministro, nosotros como partido tenemos que medirlos en términos políticos. Eso significa que el primer ministro no debe tener un nivel de compromiso político con Préval.

Ahora, gracias a nuestra resistencia, por más que Aristide esté presionando por un lado, Préval va a tener que aceptar nuestras condiciones para poder hacer algo, para llevar a cabo un verdadero gobierno. El pasado jueves 28 de mayo, los representantes de la OPL se reunieron con el presidente Préval por más de cinco horas y llegaron a un acuerdo que decidirá el fin del impasse, aunque no puedo revelar qué nombres se manejan como candidatos para ser ratificados como primer ministro.

P. La oligarquía haitiana predecía incesantemente durante el Embargo que Aristide era un nuevo Duvalier, un amante del poder totalitario. ¿Cuándo se dieron cuenta ustedes de que esa era su perfil y su vocación?

R. Como te decía, el Aristide que retomó el poder en el 95 tenía un poder casi absoluto. Pocos hombres en el mundo tenían tanto poder. El golpe de Estado cambió muchas cosas porque por más que Aristide tenía el apoyo del pueblo, lo que realmente lo ayudó a volver fue el apoyo internacional.

P. ¿Qué tipo de alianza tiene Aristide con los dominicanos?

R. Todavía no se puede percibir porque hay mucha acción tanto en la sociedad dominicana como en la haitiana. A primera vista no se percibe si hay alianzas.

P. Pero ya hay más intercambio institucional entre ambos gobiernos.

R. La sociedad dominicana tiene su propio dinamismo. Entre las tres fuerzas nuevas que están perfilándose en Haití, una de ellas es Aristide, representado por Préval. Uno no puede ver todavía la diferenciación que hay. No es que esté siendo diplomático, es que hay muchos cambios en el ejercicio del poder en ambos países. Tal vez los únicos en Santo Domingo que saben por quién apostar son los exportadores que están haciendo muchos negocios con Haití. Está la prioridad de lo económico sobre lo político. Es por eso que pensamos que la visita de Leonel [Fernández] ayudará a despejar un poco más el panorama.

P. Quisiera repetir la pregunta del principio: ¿Qué pasaría si el congreso dominicano actúa con la misma recalcitrante actitud para la negociación que ha demostrado sustentar la OPL en contra de Préval?

P. Lo que hay detrás de esta percepción es una satanización del congreso haitiano que ha venido a representar los intereses del proyecto antidemocrático de Aristide, quien quería tener el congreso a su orden con varios propósitos. El primero era cambiar la constitución y resolver su problema de tres años y diversas medidas que hubieran afianzado su poder personal. Encontró un congreso que se apega a la constitución, un congreso que trata de extender un logro. El tipo de sistema político haitiano es distinto al dominicano. Es más avanzado.

Es el parlamento que elige al primer ministro. Si no lo hemos logrado elegir es porque el parlamento no se siente satisfecho con el manejo que ha hecho el ex-presidente, y el presidente, de la institución nueva que se llama “primer ministro”. El primer ministro es el jefe de gobierno y el presidente es el jefe de Estado. El primer ministro debe controlar la policía y el ministerio de finanzas, entre otros estamentos importantes. Esta nueva realidad institucional se está tratando de implementar en un país donde el presidencialismo es muy fuerte, y donde el duvalierismo creó una mayor centralización del poder.

P. Hay pensadores de la nueva izquierda latinoamericana, como Jorge Castañeda, que sin llegar a decir que el presidencialismo es bueno, afirman que los países de América Latina para continuar evolucionando con estabilidad necesitan de presidencias fuertes.

R. Jorge Castañeda, que es mi amigo, viene de un país en donde el presidencialismo se identificaba con los emperadores aztecas. El presidente de México era un emperador hasta Salinas de Gortari. Castañeda aún no puede distanciarse de algunas prácticas del presidencialismo, no es de sorprenderse que piense de esa manera. En Haití nos damos cuenta poco a poco que a pesar de las desventajas del sistema parlamentario, tiene también entre sus ventajas que contribuye a democratizar el país.

La crisis que vivimos desde hace un año ha demostrado algo, por más que se satanice al congreso y la OPL, y es que no han podido comprar nuestros diputados. Tenemos 33 diputados de un total de 81. Un diputado no gana mucho, sus necesidades son mucho mayores con respecto a la gente que representan, que constantemente le piden favores. Este factor de resistencia a la corrupción es producto de una nueva estructuración política.

En segundo lugar, a través de la oposición de la OPL ha habido cambios a nivel internacional. La gente que ayudó a retornar a Aristide, pensando que ya se había reformado, se han dado cuenta de que no es así. Ahora, cuando el representante de Bill Clinton, Anthony Lake, que ya ha venido tres veces en los últimos meses, se entrevista con los representantes de cada una de las fuerzas políticas tienen que hacerlo también con la OPL, es decir, que no nos pueden obviar.

P. Aristide ha anunciado que se va a postular para presidente en el año 2001, ¿qué probabilidades de éxito le ve a esta candidatura?

R. Ninguna.

El fantasma de la abstención

A juicio de algunos observadores de la vida política haitiana, el nivel de abstención de un 95% que tuvieron las pasadas e imputadas elecciones de abril de 1997, reflejan el descreimiento de la población en los actores políticos y la validez del proceso electoral en sí. Gerard Pierre-Charles, sin rechazar la parcial verdad de dichas apreciaciones, valora dicho escepticismo desde una óptica diferente.

Según el renombrado intelectual, las elecciones de 1990, donde fue elegido Aristide, formaron parte de una “fiesta” de la democracia representativa, una especie de “sobredosis”, o fiebre electoral. Votó en ese momento el 95% de de la población en edad para hacerlo. Más tarde las cosas pasaron a su “cauce normal”. Explora el hecho de que Lavalas, o lo que es lo mismo, la democracia, no le ha dado de comer a la gente. Por otro lado, las pasadas elecciones fueron la número seis de las jornadas electorales efectuadas en tan sólo dos años. Tampoco hubo una campaña de motivación cívica para animar a los posibles electores a participar en el proceso.

Por otro lado, afirma Gerard Pierre-Charles, “Hay mucha gente que no cree en los partidos” y con velado fatalismo concluye: “Siempre ha habido problemas en Haití”.

LISTÍN DIARIO, MARTES 2 DE JUNIO DE 1998.

Gerard Pierre-Chalres murió el 10 de octubre de 2004. Esta entrevista fue reeditada en clave digital, el  27 del mismo mes, con la siguiente  nota:

Su castellano construido con filosa erudición, humedecido por una dicción de hermano de isla, ha vuelto a transitar lo mejor de mi experiencia periodística. Hace 6 años que le hice esta segunda y extensa entrevista. La primera fue publicada en la desaparecida revista Rumbo en septiembre de 1994 (Rumbo 21), y de tan larga fue publicada en dos partes. Y es que conversar con el maestro a quien en mis años de estudiante de comunicación en México, D.F., admiraba desde una distancia deslumbrada, era un gozo y un privilegio tan grande que resultaba difícil terminar el diálogo. De nuevo han caminado sus palabras por mi teclado, esta redigitación es una fiesta, un regalo. Hay gente que cuando muere nos regala un cariño delgado y longitudinal, como el camino de un abrazo.

http://alannalockward.wordpress.com/un-haiti-dominicano/