El jueves 13 de julio del año en curso, procuradores del Vaticano acusaron formalmente y enviaron a un juicio que se iniciará el 18 de julio a Giuseppe Profiti y a Massino Spina, ex -presidente y ex -tesoro respectivamente del Hospital Gesu Bambino del Vaticano por ilegalmente desviar casi medio millón de dólares de la Fundación del hospital, para pagar por las renovaciones en el pent-house del Cardenal Tarcisio Bertone.  Bertone se retiró en el 2013 como el segundo hombre más poderoso en la Iglesia Católica y fue quién nombró a Giuseppe Profiti como presidente del “hospital del papa”, como es conocido el Gesu Bambino. El escándalo ha sido “formidable”.[i]

El hospital Bambino Gesu (Niño Jesús) fue fundado en 1869 para atender a niños y niñas pobres. Fue donado al Vaticano en 1924, como parte de la política del Líder del Partido Nacional Fascista, Benito Amilcare Andrea Mussolini, quien asumió el cargo de primer ministro de Italia el 30 de octubre de 1922, cargo en el que se mantuvo por más de veinte años. En el presente el Gesu Bambino  es el principal centro de atención pediátrica para el Sur de Italia. En el año 2015 el hospital de 607 camas, practicó más de 26,000 procedimientos quirúrgico, más de la tercera parte de todas las operaciones a menores en Italia.

La ubicación del hospital le da características especiales. Esta construido en una colina romana a poca distancia de la Ciudad del Vaticano. Pero su principal recinto está ubicado en territorio de la Ciudad del Vaticano, lo que le confiere un “estatus extraterritorial”, semejante a una Embajada. Esto significa que está exento de las inspecciones por sorpresa a la que están sujetos otros hospitales italianos. Este privilegio es semejante al que concede el Concordato a colegios católicos y escuelas públicas administradas por la Iglesia Católica. Como “sociedad perfecta” tienen autonomía para hacer su trabajo sin supervisión estatal y siguiendo el derecho canónico, el que cumplen por encima de la Constitución.

El arresto y juicio a que serán sometidos los ex -administradores del Hospital responde a una cadena de eventos iniciada en el 2014 cuando médicos y enfermeras del hospital pediátrico del Vaticano se quejaron de que “se estaban tomando atajos” y “se ignoraban los protocolos médicos”. El Vaticano ordenó una investigación interna que duró tres meses y finalizó con un informe realizado por un cardiólogo italiano que entrevistó a decenas de ex -empleados y trabajadores actuales.

El diagnóstico fue alarmante: La misión original del “hospital del papa” se había perdido y “hoy día le está dando más prioridad a las ganancias financieras que a la salud de los niños”. Además, el informe señaló diversos problemas entre ellos: hacinamiento, que provoca mayores riesgos de infección; reutilización de material desechable; sacar a pacientes de anestesia de manera anticipada; procedimientos experimentales sin supervisión; e instalaciones que no cumplían con los estándares médicos.[ii]

En enero del 2015 el Vaticano asignó una segunda indagación encabezado por una experta estadounidense en atención médica. La investigación duró tres días, y fue reportado en algunos medios que ella desconocía el idioma italiano. El equipo encontró que en muchas formas el hospital era “el mejor de su clase”. Según su informe, “refutaron” los hallazgos de la primera investigación y afirmaron que “el Vaticano debería estar orgulloso de su hospital por la calidad de atención que provee, la devoción del personal a los niños y sus familias, y el sentido de orgullo de los empleados por laborar en el lugar”. Sorprendentemente, estos fueron los resultados de tres dias de observación que usó el Centro de salud y la Santa Sede para refutar los hallazgos de la investigación interna del 2004 y la que en el 2017 realizara la Associated Presss, como veremos más adelante.

A principios del 2015 el Vaticano ordenó una auditoría externa, ejecutada por la firma PricewaterhouseCoopers (PwC). La misma confirmó que la misión del hospital fue “modificada en los últimos años  para enfocar la expansión y actividades comerciales sin suficientes controles de gobernanza”. Además, reveló problemas gerenciales. La Fundación encargada de recaudar fondos y presidida por el Presidente del Hospital –Giuseppe Profiti, después de cinco años de creada todavía carecía de un Comité Ejecutivo, y de un consejo de auditoría o modelo organizativo como establecen los estatutos. Sus costos operacionales en el 2012 incluyeron 145,000 euros de compensación a su Consejo de los cuales 109,000 euros fueron pagados a su secretario general en cash.

El  público no se enteró de estos resultados hasta que el reportero investigativo italiano Emiliano Fittipaldi lo publicara en su libro “Avaricia”, que contiene además detalles sobre las renovaciones al apartamento del cardenal , ex –Secretario de Estado del Vaticano, al que fueron destinadas las donaciones destinadas al Hospital Gesu Bambino.

Tres años después en el 2017, un estudio independiente de la Associated Press (AP), corroboró las malas prácticas encontradas por la primera comisión del papa en el 2004. Las reporteras Nicole Winfield y Maria Chenga realizaron entrevistas a más de una docena de empleados del Bambino Gesu, actuales y pasados; entrevistaron a pacientes y sus familiares; y a autoridades sanitarias. Además revisaron expedientes médicos, documentos de tribunales civiles, correos electrónicos del hospital y de funcionarios del Vaticano, y las quejas presentadas por los sindicatos durante cinco años. Además, conocieron algunos de los resultados de la auditoria.

Esta investigación confirmó que el Hospital Pediátrico Bambino Gesu introdujo cambios grandes y pequeños en sus metas bajo una administración anterior, que dirigió el centro entre 2008 y 2015. Encontró que “conforme el hospital ampliaba servicios y trataba de convertir una iniciativa deficitaria del Vaticano en una fuente de beneficios, en ocasiones los niños pagaron el precio”.

Encontraron además que (1) el  hacinamiento y las malas condiciones higiénicas tuvieron consecuencias mortíferas, incluido un brote de 21 meses de una bacteria resistente a los antibióticos en el ala de oncología que mató a ocho niños; (2) para ahorrar dinero, se usaron de forma inadecuada equipos y materiales desechables, y se hizo un pedido de jeringas tan baratas que se partían al ser inyectadas en los pequeños; (3) Los médicos a veces tenían tanta presión para realizar más operaciones que sacaban a los niños de la anestesia antes de tiempo.  Vincenzo Di Ciommo Laurora, un epidemiólogo del hospital ahora retirado, resumió la doctrina imperante en esa época: "Mientras más cosas se le hace a un paciente, más dinero entra. Hay que producir, producir, producir”.[iii]

Las reporteras entrevistaron a varios expertos para que ofrecieran su opinión sobre sus hallazgos. Arthur Caplan, director de ética médica en la Facultad de Medicina de NYA, dijo que, de ser ciertos los problemas que detalló AP, eran extremadamente preocupantes. “Son violaciones inexcusables de los derechos de los niños”. Solicitó una “auditoría independiente por expertos de atención pediátrica que no estén conectados de ninguna forma ni con el Vaticano ni con Italia”.

El doctor Ashish Jha, director del Instituto de Salud Global de Harvard, afirmó que “ninguno de estos problemas es común y la idea de que estén sucediendo todos en el mismo hospital deja entrever un problema más grande. Rara vez se trata de un mal elemento en situaciones así, lo que indica una falla de gestión”.

Las reacciones del Hospital y del Vaticano al estudio de la AP se dieron a conocer el 3 de julio de 2017. El hospital refutó los hallazgos de la investigación de la AP y en un comunicado calificó el reporte como “falso”, además de amenazar con emprender acciones jurídicas. El centro médico afirmó que “el reporte de la AP contenía acusaciones falsas, obsoletas y gravemente difamatorias, así como conjeturas que habían sido desmentidas por un reporte independiente de la Santa Sede”.(Referencia a la observación de tres días de la “experta” estadounidense)

Por su parte, El vocero del Vaticano, Greg Burke, reconoció que la Santa Sede ha investigado las quejas del personal, pero hizo mención de la visita del equipo estadounidense en 2015, que encontró que eran “infundadas. Descartó cualquier “amenaza seria” a los niños, aunque dijo que está abierto a los esfuerzos por mejorar la atención, “incluyendo reportes de prácticas que podrían estar por debajo de la norma”.[iv]

“No hay hospital perfecto, pero es falso e injusto insinuar que existen amenazas graves a la salud de los niños de Bambino Gesu”, subrayó.  En la próxima entrega continuaremos con la historia de cómo funciona la Justicia del Vaticano, y los alegatos del Cardenal Tarcisio Bertone, y de Giuseppe Profiti.

Mi reflexión y comentario final: Si el Vaticano es incapaz de administrar los fondos donados a un importante hospital de niños en el Sur de Italia, ¿por qué en República Dominicana se asume todo lo contrario? Si el Vaticano ha demostrado que pone sus intereses económicos por encima de la vida y salud de niños pobres y enfermos, ¿por qué en República Dominicana se le permite intervenir al Estado para imponer leyes de tortura y muerte para niñas víctimas de violación que estatutariamente son todas las menores de 18 años de edad? ¿Acaso el traspaso de recursos del Estado para Educación no es una violación a la Constitución Dominicana y a los derechos de la niñez a recibir una educación científica sin ningún tipo de ideología, ni moral ni religiosa? ¿Acaso su comportamiento con los niños y niñas a su cargo, y alrededor del mundo es moral?  Convierte clínicas en negocios, arriesgando la vida de menores hospitalizados como sucede en este caso.  Y menores con salud en víctimas de abuso sexual, en todas las partes del mundo, mientras protege a sus pederastas.  ¿Que calidad moral tiene la Iglesia Católica Romana para imponer sus dogmas en toda la sociedad dominicana y crecer a costa de los impuestos que pertenecen al pueblo?  ¿Qué calidad moral tienen políticos, congresistas y jueces  que alimentan a una institución inmoral para mantenerse en el poder?

[i] Nicole Winfield. Room with a view: 2 ex- Vatican hospital officials charged, .Associated Press, 13 de Julio de 2017. Ciudad del Vaticano http://abcnews.go.com/International/wireStory/vatican-sets-trial-administrators-hospital-48608932

[ii] Nicole Winfield y Maria Chenga. Hospital Vaticano: “Falso”, reporte de AP sobre calidad, Associated Press, Julio 3, 2017. http://www.miamiherald.com/news/article161106433.html

[iii] Nicole Winfield y Maria Chenga. Ídem.

[iv] Nicole Winfield. Vaticano reconoce que hubo problemas en “hospital del papa” .Associated Press, 4 de julio de 2017. http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/article159566009.html