Recientemente la sociedad dominicana ha sido bombardeada por un sin número de denuncias que nos muestran claramente el compromiso con la corrupción y el crimen organizado de nuestros funcionarios y de su contraparte los ciudadanos comunes, además del deterioro ético y moral.

Pues muchos se muestran ilusos, ignorantes, confundidos, serviles o lambones en cuanto a la realidad de vinculación con la corrupción y la impunidad por parte de nuestros políticos, de las autoridades y de la mayoría de representantes de los poderes fácticos.

En esta putrefacción de la administración pública y la politiquería dominicana, no hay que detenerse a buscar quien es el más corrupto.

Esto no tiene que ver con una competencia de quien ha robado, incumple o se corrompe más, sino de poner límites e impedir que siga sucediendo el mal.

"Si no hay comida cuando se tiene hambre, Si no hay medicamentos cuando se está enfermo, Si hay ignorancia y no se respetan los derechos fundamentales de las personas, la democracia es un cascarón vacío, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento." Nelson Mandela

Muchos se hacen cómplices y son serviles por pasiones inútiles. No nos debe importar quien gane las elecciones ni quien nos gobierne, todos los ciudadanos debemos empoderarnos y participar activamente en los asuntos públicos, para exigir que se transparenten las actuaciones de los gobernantes, para poner límites a la corrupción y a las ineficiencias de todos los funcionarios; rescatando e imponiendo la soberanía del pueblo.

Dice Pablo Coelho: “Estoy a dieta de pensamientos malos, personas destructivas y de cosas que no me convengan”. Contesto: Yo también quisiera, pero los malditos corruptos, ladrones e ineficientes funcionarios del Estado dominicano en sociedad con los poderes fácticos, no me lo permiten. Pues como ciudadano consciente y comunicador social, no puedo ignorar nuestros problemas.

Alguien dijo: “Quiero renegociar mi contrato social, ese mismo que nunca firmé”. Me sumo a dicho reclamo. Pues en República Dominicana, los partidos, las autoridades públicas y los poderes fácticos en su gran mayoría son una asociación de malhechores, deciden y negocian todos los recursos públicos y naturales, socializan los problemas excluyéndose de los mismos, y lo peor de todo, individualizan como cosa privada para si, los beneficios, ingeniándosela de una manera magistral para usufructuar el erario sin darle participación al pueblo común, que encima de todo, debe pagar los impuestos que lo sustentan sin recibir los resultados que estos deben generar.

"Si no hay comida cuando se tiene hambre, Si no hay medicamentos cuando se está enfermo, Si hay ignorancia y no se respetan los derechos fundamentales de las personas, la democracia es un cascarón vacío, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento." Nelson Mandela

Estamos en la primera fase de un sistema de gobierno democrático,  es una fase que nos obliga a reforzar, ensanchar y hacer crecer las formas de la democracia participativa, donde el pueblo es quien toma todas las decisiones ejecutivas y legislativas, a través de los funcionarios que les deben representar, pero no lo hacen.

Los granitos de arena dispersos a favor del bien común, no son suficientes, aun contemple a las mayorías, porque los malos siempre están de acuerdos y asociados, siendo cada vez más fuertes, lo que dificulta vencerlos. Urge la cohesión de los que estamos del lado del bien colectivo. Para fortalecernos y derrotar el mal.

Mientras el mundo se estrecha o se encoge como aldea global en la carretera de la información y del conocimiento; la sociedad dominicana se distancia en la hipnosis y la ignorancia, en un ostracismo social, cada grupo social o sector de poder honesto de nuestros pueblo está disperso y debilitado; cada quien está aislado en si mismo, de espalda a la solución frente a los males sociales y el derrotero político.

Los protagonistas del crimen organizado, la corrupción y la impunidad, los malos y también los sustentan el poder, no solo se quieren adueñar de las riquezas, no se conforman, también contaminan el bien, infiltrándose y haciéndose pasar por buenos.

La violencia y la inseguridad se imponen a la paz y la tranquilidad. La población exige revertir este derrotero. Cada ciudadano debe involucrarse, pues estos temas nos conciernen a todos.

Cuando conoces tus derechos estarás consciente de que el Estado recibe sus ingresos para devolverlos, no para dilapidarlos y robarlos, en servicios básicos como: educación, salud, seguridad ciudadana, justicia, garantías de derechos y libertades; medio ambiente sano, agua potable, energía eléctrica, transporte, viabilización del tránsito, oportunidad de empleo y de desarrollo de talento, alimentos asequibles para todos, seguridad social en general y otros.

Dios les bendiga siempre…