En Los Estados Unidos, como en cualquier pueblo, existen todo tipos de males e imperfecciones, que son propio se cualquier sociedad, no importa lo moderna o primitiva que ésta sea. Allá hay corrupción, consumo de drogas, crímenes de toda índole, racismo, y hasta complejo de superioridad debido a su indiscutible poder económico, militar, político, su capital humano, así como de la capacidad para generar conocimientos. Sin embargo, tales males, se enfrentan con decisión, determinación, alto sentido de justicia, sin elementos ajenos que puedan interferir el curso de los procesos puesto en marcha en la corrección de males. Pero sobretodo con un alto sentido de visión de futuro, asumiendo las lecciones aprendidas, en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Dicho accionar se simboliza en el “The Dream of Our Children” – el sueño de nuestros hijos y nietos -. La confabulación y la conspiración, no están presente cuando de aplicar la justicia se trata. La justicia es fuerte, implacable, carente de clemencia, de amiguismos, enllavismos y la mayor de las veces resiste el soborno, la extorción, el chantaje y las amenazas.
Nuestro País, por carecer de esos atributos, tolera, acepta, se hace indiferente y hasta cómplice de los males que sufrimos. Por eso observamos que frente a una acusación de plagio, no se hace ninguna investigación; que frente a una declaración y/o acusación de recibir dinero del narcotráfico, para la campaña política por parte de un dirigente de oposición, no se investiga y se aceptan vagas explicaciones; que ante un sometimiento-querella por corrupción de un ex -presidente, su barra de defensa y sus adláteres reaccionan diciendo: “eso es una campaña de difamación, eso es una denuncia cantinflesca”, “eso es una perversidad, eso es un protagonismo mediático”, el denunciante es un “cadáver insepulto”. Y, hasta “sacaliñan” parte de los servicios que con el dinero público y como parte de la misión que dicen realizar, con expresiones como esta: ese se fue a estudiar con recursos de la FUNGLODE, temas estos que por su gravedad requieren de inaplazables explicaciones, como dice el periodista Miguel Guerrero, es decir que se investiguen.
Si el pueblo estuviese lo suficientemente educado, entendería que esas expresiones persiguen crear un estado de confusión colectiva que culmine en la impunidad deseada por parte de estos actores quienes si están actuando con mayúsculo “protagonismo mediático”, la inocencia o culpabilidad que se determine en justicia.