Se hace necesario observar que la concepción de la estética hegeliana tiene su fundamento en una teoría del hombre que a su vez descansa en una teoría del espíritu y de la historia que ha dado lugar a no pocas contradicciones y explicaciones del, y, sobre el juicio estético. Su punto de partida en las variadas formas del pensar, así como en los principales modos del filosofar y la filosofía, hacen del texto y del archivo hegeliano una experiencia dialéctica y un horizonte crítico para la modernidad.
Para Hegel, Marx y otros neohegelianos, lo que surge en el arte se apoya en lo real, lo ideal, lo espiritual y el mundo sensible. Toda la concepción estética idealista nos informa desde el archivo filosófico hegeliano sobre el análisis y la comprensión de un orden intelectivo, pero también de un orden dialéctico de las estructuras sensibles y las principales categorías que le han servido de base a la reflexión en torno a los principios que orientan el sentimiento, el conocimiento y la práctica del arte.
Sin embargo, será la llamada lógica del límite y la filosofía del espíritu, las llamadas a fijar una comprensión del arte y razón de ser en el mundo artístico, cultural e histórico en cuya crítica que alcanzará una explicación mayor desde las teorías de las concepciones del mundo planteada también en la Introducción a las ciencias del espíritu y en la misma Historia de la filosofía de Wilhelm Dilthey.
Desde los orígenes de la modernidad y aun desde la visión rebelde con que nace la creación artística moderna, se ha querido explicar la poesía, lo poético y la imagen desde una representación sensible, donde el poeta y el artista en general se constituyen en demiurgos o creadores de mundos imaginarios.
La visión poética moderna se funda también en una agudeza de los sentidos y por lo mismo en una proyección kalológica propia de los poetas fundadores occidentales y orientales.
En el poema de Víctor Hugo titulado La Leyenda de los Siglos, nos encontramos con una concepción lírica y épica y filosófica apoyada en un sentimiento individual participativo y por lo mismo fluyente en el marco generalizado de la creación poético-verbal moderna.
Lo importante para la poética del romanticismo es precisamente el hecho de que el movimiento interior que surge de la voz misma del poeta, es asimilado por el lector y al mismo tiempo es sostenido por la visión mítica de la historia. El artista o creador, pero además, el poeta moderno liberado del prejuicio historicista, atilda su creación mediante el lenguaje y la búsqueda de un ritmo asumido como sentido.
Tanto en la pintura romántica como en la poesía lírica moderna, también se produce la unión entre mundo interno y mundo externo representado, toda vez que el concepto de naturaleza y de hombre en el sentido neoplatónico de la palabra, aspira a constituir el mensaje poético desde la expresión del mundo de la obra y del lenguaje poético.
En efecto, con la modernidad se da el fenómeno, mediante el cual, la imagen se convierte en poesía, la poesía se convierte en imagen, lo verbal se convierte en visual y lo visual se convierte en verbal desde el movimiento propio de la creación artística.
Esta dicotomía y a la vez oposición constituye un marco dinámico que ha lograrlo desarrollar el vasto universo de la creación artística y poética moderna.
Es el lenguaje lo que a modo de elaboración justifica todo un pronunciamiento de las voces interiores del poeta y el artista, siendo así que el mensaje y a la vez el lenguaje del arte constituyen aquel sentido oculto y a la vez abierto de la visión poética y la valoración del sujeto. La idea que el sentimiento justifica en la creación artística como tal dialoga con la tradición y la ruptura en el movimiento del sentido estético-artístico y estético-literario.
Lo que contribuye a entender un estado real y un estado ideal en el contexto de la historia del arte y las ideas estéticas es justamente un movimiento de la autoridad creacional que se reconoce como acceso, proceso y reconocimiento. Según Goethe el ideal poético es también una idea profunda que se asume como verdad y compromiso con el lenguaje y la cultura. El poeta y sabio alemán autor del Fausto entiende que la poesía está ligada a la naturaleza, a la ciencia, a la teología, la magia, la alquimia, la filosofía y otros poderes ocultos que asume el poeta en nombre de la ciencia y la creación artística.
En la modernidad, según Hegel, el arte y la poesía sintetizan en la historia los valores contradictorios, los espacios y tiempos creacionales del mundo y las naciones.