Tenemos que conocer cómo conceptualizan los dominicanos su existencia; qué factores físicos, sociohistóricos, culturales, socioeconómicos, se interrelacionan en nuestra realidad social que producen una conducta social, unas acciones sociales y relaciones sociales, que van permeando una ideología de la adaptación.
Sin embargo, comprender el hilo conductor de las acciones sociales de los distintos actores de la sociedad no tiene sentido, si esto no se hace desde una perspectiva y una visión emancipadora. No se avanza en la construcción de la historia humana, que es la historia de la sociedad, desde una postura "neutral" e indiferente a las consecuencias sociales y prácticas que nuestra conceptualización pueda tener para los dominicanos, cuyas formas de conducta desvía la realización de la plena existencia material y espiritual.
Comprender es asumir y asumir, implica inexorablemente el cambio social y la necesaria prevención de aquellos hechos y fenómenos sociales que están desarticulando todo el entramado social de la sociedad dominicana. Tenemos que conocer, para alterar las condiciones de nuestra realidad social. Es entender, para aumentar nuestra sensibilidad social, independientemente del rango social que ocupemos en la pirámide social.
Más allá de las percepciones que siempre influyen sobre una realidad determinada, que modifican las distintas articulaciones de las relaciones y conducta social, y forjan en gran medida nuestra realidad futura; el eje central es cómo evitar esta enorme acefalia, esta falta de claridad y precisión como noción determinante.
La conducta, las acciones sociales y las relaciones sociales constituyen el corolario directo de las instituciones sociales de cada sociedad. Ellas van tejiendo las distintas formas sociales de existencia, los procesos de interacción humana, las relaciones sociales y los patrones de comportamiento. Dicho de otra manera, la conducta de cada uno de nosotros es el resultado fiel, esencial de las situaciones sociales que vivimos.
Empero, más allá de nuestro "pequeño mundo", de lo social particular; en la dinámica asociativa que como entes humanos nos caracteriza, debemos y tenemos que asumir un peldaño, una escalera mayor en nuestra responsabilidad en los asuntos públicos. Romper un poco nuestra zona de comodidad, meramente enmarcado en "los problemas personales", que en gran medida terminan siendo problemas sociales.
El miércoles 13 de julio en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, entrevistaron a los miembros del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Entre las cosas que dijeron allí encontramos: "El 20.6% de las adolescentes dominicanas se ha embarazado o está embarazada. El 20% de los niños entre 10 y 14 años no vive con sus padres, cifra que alcanza el 30% en el Sur. 2.7 millones son personas jóvenes entre 14 y 35 años, sin embargo, el 25% ni estudia ni trabaja y el 29%, cerca de 783,000, está desempleada".
Todo un diagnóstico del presente de nuestra realidad social, y la sociedad y los actores estratégicos no se sienten aludidos, como si esto no fuera con ellos ni lo afecta y nunca los afectará en el futuro. Es un tsunami social en potencia lo que tenemos en el cuerpo de la sociedad dominicana; donde se requiere, de manera urgente, un Contrato Social que coadyuve a evitar el drenaje tan profundo en el costo social que estamos viviendo.
Esa segregación en el Mercado Laboral, esa Segregación Ocupacional, lo que nos está diciendo es que el rostro de la pobreza es diverso y que ésta constituye un problema Social y Político, y que la Exclusión Social plantea necesariamente RESPONSABILIDAD. ¡Que mueran 32 niños por cada mil nacidos; que mueran 159 mujeres por cada 100,000 en el embarazo es algo que nos debe dar vergüenza como sociedad, sobre todo, cuando en sociedades con niveles de desarrollo similares, mueren 5 y 6 niños y 10 y 12 mujeres!
Como igualmente nos deben de aterrar las declaraciones del Ciudadano Presidente del viernes 15 de julio, en una Conferencia sobre Estrategia de Seguridad para Centroamérica y República Dominicana. El periódico El Caribe reseñó "El Presidente Leonel Fernández reveló ayer que en República Dominicana, el 90 por ciento de los casos de tráfico de drogas y crimen organizado quedan impunes, lo que aseguró, es la principal causa de la desconfianza de la ciudadanía en la Policía y el Sistema Judicial… ya se torna inaguantable e irresistible; entonces, de lo que se trata es de hacer reformas profundas… Un policía que gane RD$5,000.00 es una presa fácil de ser convencido".
Que lo referido por el Dr. Fernández fuera dicho por un periodista, por un profesional, por un intelectual, en fin, por un ciudadano, hubiese estado excelente; pero, que eso lo dijo el Presidente de todos los dominicanos, el político más exitoso, el hombre que tiene casi 11 años en el poder; sencillamente, causa desencanto, desaliento, frustración, contrariedad, aflicción, pena y profundo pesar. El profesor brillante y conferencista extraordinario, hoy es Presidente y está ahí como Ejecutivo, para tomar decisiones. Es él y nada más que él, con voluntad política, que debe trastocar ese estado de cosas, muchas de ellas se resuelven en un solo minuto (el aumento a los policías).
Ese mismo día, el Dr. Reynaldo Pared Pérez, Presidente del Senado y Secretario General del PLD dijo "Hay que ver para creer… el Presidente Fernández no debe observar esta situación (del Lago Enriquillo) desde el aire. Debe venir personalmente y bajar a esta zona para ver el estado de calamidad en que se encuentra… El Gobierno todo debe venir en ayuda de estas gentes…". ¡Asombroso descubrimiento, después de más de dos años que se viene hablando de esa terrible realidad social que están viviendo los seres humanos de Boca de Cachón.
Todo esto no es más que parte de los procesos subyacentes de la Exclusión Social que niega la plena ciudadanía a quienes viven en la pobreza. La exclusión social que expresa el modo en que los seres humanos se ven apartados de una participación en el conjunto de la sociedad donde interactúan, donde viven, nacen y van a morir.
¡El reto para nosotros, más que conceptuar, es mirar con nuevos ojos, para cambiar esta realidad social, que excluye y destruye al 50 por ciento de la población dominicana!