Los objetivos de una didáctica de la lectura se particularizan en la práctica activa de la lengua oral y escrita. Esto, a la vez que nos plantea un reto, nos invita a reflexionar acerca de los vínculos entre lengua-sociedad, lengua-oralidad, lengua-escritura y lengua-sujeto. La comunicación oral en la escuela primaria e intermedia es tan importante como en la secundaria, pues existe una relación obligada entre el aprendizaje gradual de la lengua materna en el primer nivel y los efectos de códigos propios del segundo nivel.
No quiere decir esto que el estudio de la primera etapa es realmente elemental y el de la etapa superior más complejo, pues, el primero es un aprendizaje dinámico, lúdico y funcional y el segundo un aprendizaje de efectos y reforzamiento de la racionalidad lingüística, en un sujeto más activo y adulto. Ambas etapas del aprendizaje de la lengua precipitan al maestro y al alumno, en algunas ocasiones, a errores de apreciación, bloqueos, arritmias y barreras en el proceso de comunicación oral y por último a la incomprensión de la dinámica comunicativa.
La comunicación oral implica un proceso cognoscitivo ilustrado por las siguientes etapas y relaciones:
- CO R/ Pensamiento-lenguaje-realidad
Los términos en cuestión le sirven de soporte al acto o práctica de hablar.
Aquí debe entenderse el pensamiento como lenguaje-comunicación para mayor facilidad de comprensión del proceso.
2. R/ Lenguaje-acción-interpretación
El sujeto identifica el mundo a través de la comunicación participante o activa. La misma se convierte en acción, debido a que el sujeto ha internalizado el código y lo pone en marcha.
Lenguaje y acción producen la configuración lingüística de base.
3. R/ Interpretación-texto-realidad
Si tomamos el mundo como un texto, esto es, como una unidad sintáctica, semántica y pragmática, sus elementos pueden identificarse en el concepto de realidad-mundo.
El sujeto habla las cosas y comunica sus pensamientos, sentimientos y percepciones mediante la lengua oral en el proceso de semiosis.
Interpretación, texto y realidad producen el acoplamiento de los intérpretes, estudiantes y profesores que en base a ciertas ocurrencias didácticas co-actúan en el aula.
4. R/ Lengua-habla-discurso
La lengua es el sistema L general; el habla es la forma individual del lenguaje, esto es, la puesta en funcionamiento del sistema L que se convierte en discurso por el mecanismo de actuación-comprensión.
Esto permite establecer la relación sujeto-discurso en la dinámica de la interpretación y la comprensión.
5. Maestro-discípulo-escuela
Se construye una estructura del auditorio, un mecanismo donde el maestro es un intérprete y acepta el rol de animador del discípulo o estudiante, produciendo un esquema motivacional positivo para la clase y por ende, para la formación denominada Escuela.
Esta relación supone una dinámica elegida por los sujetos en su especificidad: el maestro es un productor, el discípulo es el beneficiario del acto educativo. El maestro enseña, el discípulo aprende, etc.
Estos aspectos y etapas de la comunicación oral traducen una escena ejemplar, a través de la cual se explica, define y activa la sociedad actual. La comunicación oral es un dominio lingüístico y comunicativo bastante provechoso para el maestro y el discípulo. Pero también es cierto que, a menudo, no se le saca ventaja en el proceso educativo. La misma ha soportado mucho descuido y, en los casos en que ha sido practicada como procedimiento, se ha llevado a cabo de manera defectuosa.
Es importante destacar el funcionamiento de la comunicación oral como sistemática lingüística, siendo así que ésta debe ser practicada por la escuela nacional, vale decir, por maestros y estudiantes. Conocer las bases pedagógicas de la comunicación oral significa defender desde la lengua el acto más útil de la cultura humana, esto es, el acto de comunicar.