El filme Jean Gentil es despreciado por varios cineastas dominicanos, tratándolo como un filme que no representa al cine dominicano. Pero en verdad, para mí está identificando el discurso racista y veo que el hantihaitianismo se está articulando fuertemente como poder excluyente.
¿En qué parte del alma dominicana es que mora esta nueva versión de racismo?
Si bien es fácil explicar su génesis en una sociedad esclavista, a través del desarrollo de nuestra historia intelectual advertimos que en algún momento se inicia como pensamiento homogéneo.
Para identificar ese instante podríamos auxiliarnos de Michael Foucault cuya idea sobre el racismo moderno es hoy muy diferente a siglos atrás. Cita que se instala en el marco de lo que llamó "biopolitica" como "biopoder, o sea, como uno de los muchos subterfugios para controlar la población deducida como el "gran número".
La salud pública, las epidemias, los problemas de las ciudades, la insalubridad, etcétera, todo lo que parecía "normal" en la especie humana se convierte en el objeto de la regencia.
En este contexto, Foucault ve el tratamiento de la "raza " como un paso importante hacia la nacionalización "de" orgánico, es decir, como una forma de introducir una pausa en la población en la continuidad de las especies biológicas, subdividirlo en categorías jerárquicas, cada calificación como buenos y otros que, por el contrario, debe desaparecer.
En nuestro país, el antihaitianismo es la más pura esencia del racismo dominicano moderno. No falta el día en que la clase gobernante (que se nutre de la mano de obra haitiana) vea en Haití la génesis de nuestros males estructurales. Ya se ve como carga esos millones de "negros haitianos" que se mudaron a esta parte de la isla.