“El líder lleva a las personas adonde quieren ir. Un gran líder las lleva
donde no necesariamente quieren ir, pero donde deben estar”.
(Rosalynn Carter).
La existencia de mercados globales hace inexorable la competitividad, en tanto esta se expresa en su concreción real en más productividad, más calidad, más innovación, más creatividad. En la capacidad de agregar valor. En la fuente de más información, más conocimiento, más dedicación, mejor compromiso y mayor nivel de actuación y comportamiento.
Así como no hay individuo sin personalidad; sociedad sin cultura; sociedad sin familia; democracia sin partidos políticos; tampoco pueden existir organizaciones y empresas sin personas. Empero, las personas en sí mismas no son ni constituyen Talentos Per se. Todos los Talentos son Personas, pero no todas las personas son Talentos.
Para que exista Talento en las personas, sugiere un proceso de transformación, que comprende: Conocimientos; habilidad; buen juicio y exquisita actitud. La Competitividad entraña, pues, conocimiento más comportamiento, que es el reflejo exacto del Talento Humano.
Una persona puede tener mucho conocimiento, ser brillante; sin embargo, si estos no van añadidos, agregados al comportamiento, al esfuerzo, a la dedicación, al compromiso; no constituyen en modo alguno TALENTO HUMANO. El Talento implica la capacidad de actuación, la capacidad de reflexionar en función de un contexto, de una circunstancia y poder operar con éxito, vía resultados. Conlleva, en sí mismo flexibilidad, imaginación y realidad; instrumentalizada para el logro de un objetivo determinado.
La competitividad es desafío permanente, puesto que ella trae consigo la exigencia de respuestas acordes con las necesidades del mercado, de las personas, de los individuos, de distintos destinos, culturas e idiosincrasias. De allí que los logros para alcanzar esa competitividad está determinada en primera y última instancia por las personas que integran las organizaciones, las empresas.
Las organizaciones a través del Talento Humano, crean el sello distintivo, la fisonomía propia, la verdadera identidad colectiva, la especificidad y la singularidad que permiten alcanzar logros sistemáticos y sostenibles. El ser humano transformado en Talento Humano, desborda el dinero y la tecnología, que son recursos necesarios, no suficientes, que abarcan el Capital Constante. Se requiere, entonces, del Capital Variable, que es el único que piensa y crea; que trasciende el aquí y el ahora, en función de la dinámica histórica-social.
El Talento Humano es el patrimonio invaluable que una organización puede reunir para alcanzar la competitividad y el éxito. La competitividad vista desde un país, es el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan la productividad de una nación. Por eso The Wall Street Journal, en su reporte de Índice de Libertad Económica, realizado conjuntamente con la Fundación Heritage, califica que “la ineficiencia gubernamental y la corrupción generalizada afectan a gran parte de la economía dominicana”. Estos factores constituyen elementos sistémicos para la competitividad, ora para su excelente desempeño u ora para su deterioro y mediocridad.
Cuando correlacionamos el más reciente Informe de Cultura Política de la Democracia en República Dominicana 2012, Hacia la igualdad de oportunidades; donde se verifica un deterioro y falta de confianza en las instituciones, sobre todo, en la falta de eficacia del gobierno; que mide cuatro indicadores:
2006 2008 2010 2012
1) El gobierno promueve los principios democráticos:
64.7 58.9 56.5 47.2.
2) El Gobierno mejora la Seguridad:
55.6 58.5 50.7 41.1.
3 El Gobierno combate la Pobreza:
53.7 52.5 51.1 40.4.
4) El Gobierno combate la Corrupción:
50.1 48.5 42.8 33.8.
Desde el 2006 hasta el 2012, la eficacia del Gobierno ha venido desmejorando hasta cuasi llegar a un verdadero desbarajuste. Ello impide de manera lapidaria el mejoramiento de la competitividad y el clima de negocios en nuestra sociedad, dificultando el desarrollo del Talento Humano.
El Talento Humano es el diferencial competitivo que desarrolla el éxito de las organizaciones. El Talento Humano constituye el motor principal de la prosperidad de una sociedad, de una organización, de una empresa. Es la fuente protagónica del éxito estratégico. Sin un Talento Humano apropiado, adecuado a las diversas circunstancias, no se puede avizorar un desarrollo humano en una sociedad, ni siquiera un crecimiento económico sostenible y cimentado en bases reales; puesto que como decía Theodore Schutz, el Capital Humano comprende habilidades, experiencias y conocimientos.
El Talento Humano, que es el que logra la competitividad de una empresa, de una organización, se expresa en sinergia; sinergia que es habilidad, conocimiento, destreza, conciencia y comportamiento, compromiso y dedicación. Todo ello, para un objetivo común y un proyecto de nación. Porque como dice Stephen Covey, en su brillante obra La Tercera Alternativa, “lo que vemos determina lo que hacemos, y lo que hacemos determina los resultados que logramos”.