Las encuestas revelan claramente que el país anda cojo: se reconocen las mejoras en educación, pero se quejan de las deficiencias en salud. De poco sirve contar con gente más capacitada, si su productividad está constantemente limitada por las deficiencias del sistema nacional de salud

“El sistema de salud de la República Dominicana requiere de muchos cambios, según el parecer del 57% de las personas entrevistadas por la Encuesta Gallup-Hoy”. Esta opinión fue general, uniforme y coherente en las cuatro regiones del país: 57% en la zona metropolitana; 59% en la región Norte; 54% en el Sur y 58% en el Este.

El 64.8% priorizaría la salud, en caso de tener la oportunidad de dirigir el Poder Ejecutivo, con diez puntos porcentuales por encima de la educación (53.1%). El 61% de los ciudadanos considera que sus padres, cuando eran de la misma edad que ellos ahora, tenían mejores condiciones de salud, de acuerdo con la Encuesta. Sin embargo, consideraron que en términos de educación, sus padres vivieron una situación peor.

Llama la atención que “el 60% de los jóvenes consultados —que representan el segmento de la población que menos servicios de salud requiere – entiende que el sistema de salud debe abocarse a muchas modificaciones. En adición, la gente reclama mejores servicios de agua potable y de seguridad social.

Estas informaciones revelan claramente que el país anda cojo: por un lado, se reconocen  las mejoras en la educación, y por el otro, se quejan de las deficiencias del sistema de salud. Es un mensaje que las autoridades deben valorar cuidadosamente, pues de poco sirve contar con gente más capacitada, si su productividad está constantemente limitada por las deficiencias del sistema nacional de salud.

La salud y la educación representan los dos pilares sobre los que descansan la tranquilidad familiar y el desarrollo económico. Constituyen las dos piernas que sostienen e impulsan el crecimiento sostenible de la Nación. Nuestro país no puede llegar muy lejos, ni alcanzar metas  nacionales importantes, mientras esté cojeando, o precise de muletas.

En varias oportunidades hemos reconocido las acciones oficiales en el área sanitaria que van en la dirección correcta. Pero, al igual que nosotros, la mayoría de los encuestados consideran que  las mismas resultan insuficientes, en comparación con las necesidades de la población. Ya no bastan acciones aisladas y unilaterales, pues la gente quiere soluciones reales y sostenibles.

En ese sentido, saludamos el entusiasmo del Presidente Medina al inaugurar el nuevo Hospital Darío Contreras, y reiterar su disposición de que los pobres no paguen, y que les cobren a las ARS. Pero en el sector salud también adolecemos de una gran cojera. Una nueva y fastuosa infraestructura, por sí sola, no garantiza mejores servicios a los pacientes. Eso es lo que siempre se ha hecho, y todavía tenemos indicadores vergonzantes e insatisfacción colectiva.

Lo que nunca se ha hecho es lograr lo más importante de todo: una gestión moderna y eficiente; servicios oportunos y en horarios extendidos; asignación de los recursos según la demanda de la población; incentivos al personal según su desempeño; y mantenimiento regular de la infraestructura. Presidente, demos un salto hacia adelante eliminando la cojera nacional y la cojera sectorial. Manos a la obra.