No parece existir suficiente conciencia en la sociedad dominicana de la tan baja calidad que predomina en sus servicios de salud. Y nos referimos no sólo a los funcionarios del Estado, sino además a los partidos de oposición y a las organizaciones de la sociedad civil.
Amartaya Sen, uno de los más preclaros expertos en desarrollo humano, premio Nobel de Economía, ha dicho que aún en los países de gran tradición democrática algunos temas cruciales son atendidos de manera apropiada sólo cuando hay catástrofes.
Los indicadores internacionales de salud colocan a la República Dominicana en una posición respecto de la cual se demanda una actitud de verdadera ruptura, de real transformación.
Entre los cruciales indicadores de salud se destaca la Esperanza de Vida al Nacer (EVA) y lo cual muy bien representa a los demás indicadores. Mientras que para la RD el EVA es de 73.8 años, Panamá tiene 79.1, Jamaica 76.0, Costa Rica 82.0, Curazao 80.0, Puerto Rico 83.2 y Cuba 81.3. Se estima que ese rezago de la RD con respecto a esos países equivale entre 20 y 35 años de atraso en materia de salud.
La superación de la baja calidad de los servicios de salud en la República Dominicana y los indicadores internacionales que la representan pasa por retomar, rediseñar e implementar el Seguro Familiar de Salud-SFS-, uno de los conceptos más avanzados y menos comprendido del Sistema Dominicano de Seguridad Social. El SFS “tiene por finalidad la protección integral de la salud física y mental de las personas y comprende la promoción de la salud, la prevención y tratamiento de las enfermedades, la rehabilitación del enfermo, el embarazo, el parto y sus consecuencias”; El SFS consiste además en tres niveles de atención y un sistema de referencia y retroferencia.
El SFS se propone abarcar a toda la población dominicana a partir de tres regímenes: contributivo, contributivo subsidiado y subsidiado.
Estableciendo equitativos mecanismos de financiamiento para cada régimen; la tan esperada separación de funciones en Salud de rectoría, provisión de servicios, regulación y supervisión; y con un Plan Básico de Salud-PBS-común y el Primer Nivel de Atención, es posible revertir la crítica situación de la salud en la República Dominicana.
A partir de lo dicho se consolidarían los regímenes Contributivo y Subsidiado; y se podría avanzar en cuanto al Contributivo-Subsidiado procurando fórmulas atractivas de motivación y concientización para que esa población lo haga suyo.
Se puede decir por tanto y en perspectiva, que el SFS es la clave para la solución de la ya histórica crisis de salud de la República Dominicana.