La República Dominicana inicia el 2013 con una nueva Ley General de Presupuesto, el cual fue aprobado con un monto de RD$ 530,846 millones (incluyendo la deuda), para un incremento de unos RD$ 100,000 millones con relación al presupuesto que fue aprobado para el año 2012 (Ley 294-11). Estos incrementos se han convertido en una constante histórica que acompaña los proyectos de presupuesto nacional aprobados, sin embargo a pesar de los aumentos establecidos con relación a periodos anteriores, el destino de estos recursos no se traduce en mejores condiciones de vida para los habitantes.
La realidad describe una sociedad caracterizada por la desigualdad, con una gran parte de la población sumida en la pobreza (42.2% según Cepal 2011), ausente de oportunidades de trabajo e inmersos en un sistema que concentra las riquezas nacionales en pocas manos, magnificando las diferencias existentes entre los que más tienen y los que menos tienen. En resumen, a pesar del crecimiento económico sostenido en el país durante los últimos cuarenta años (Attali 2010), la sociedad no ha experimentado un desarrollo proporcional a este crecimiento.
El cuadro antes descrito es el resultado de procesos en marcha a nivel nacional orientados a la planificación del desarrollo, sin embargo las consecuencias evidenciadas demandan que estos procesos puedan ser revisados y complementados por un nueva visión multidisciplinaria, tal y como señala el Arq. Pérez Montas "hay que adoptar un enfoque mas integral de todas las actividades que inciden sobre todo el proceso del desarrollo", esto producirá los cambios estructurales necesarios para la reducción de las desigualdades y el aumento de la productividad a nivel regional.
Dirk Jaspers-Faijer (Director CELADE) señaló, "las brechas sociales y de productividad que se registran en los países latinoamericanos tienen una expresión territorial", indicando la importancia de incorporar la dimensión territorial como parte de las herramientas utilizadas para la planificación del desarrollo, de manera que se puedan reducir las disparidades socio-económicas y conducir el dinamismo de todos los territorios de acuerdo a sus fortalezas y potencialidades. De igual manera en la nueva estrategia de desarrollo propuesta por la CEPAL para los países de la región: "La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir", se destaca como uno de sus pilares "la convicción de que el territorio es importante para las metas de aumento de la igualdad social y el dinamismo productivo"
En medio de las dificultades sociales y económicas que han impactado las naciones en todo el mundo durante los últimos años y sumado a la situación nacional caracterizada por la necesidad de recuperación de la economía gubernamental ante el déficit fiscal, el llamado a la austeridad por parte del gobierno central y la reducida proyección de crecimiento para el próximo año (3.0% Cepal 2012), es necesario orientar la planificación del desarrollo a la formulación de políticas que orienten el proceso de transformación integral, bajo una perspectiva territorial, conduciendo los pocos recursos por senderos más efectivos que permitan atender las necesidades en función de las demandas y necesidades de cada territorio.
Esto permitirá afrontar la visión aprobada a través de la Ley 1-12 de la Estrategia Nacional de Desarrollo la cual espera una nación "que gestiona y potencia sus recursos para desarrollarse de forma innovadora, sostenible y territorialmente integrada”.