• Paciente: Doctora, vengo porque tengo dolores en el cuerpo entero desde hace unos meses.
  • RMT: Veo que tiene las articulaciones hinchadas, que tiene artritis. ¿Nunca había visto un reumatólogo?
  • Paciente: No, estoy así después de la Chikungunya, y no he vuelto a mejorar jamás.

Conversaciones similares fueron muy frecuentes el año 2014 y en los inicios del año 2015, sin embargo, todavía suceden de vez en cuando. Especialmente, cuando las personas no han buscado atención de médicos reumatólogos a pesar de presentar síntomas y signos de dolor, hinchazón, aumento de temperatura y/o rubicundez de las articulaciones, después de haber presentado infección por el virus de la Chikungunya.

La palabra Chikungunya es de origen maconde y significa «encorvado», ésto debido a los terribles dolores articulares a los que se ha asociado la infección viral. Sin embargo, al momento del brote del virus que sucedió en nuestro país en el año 2014, existían pocos datos sobre la artritis reactiva que se presentaba después de haber padecido la primoinfección.

Esta artritis se caracteriza por iniciar entre los 2 y hasta los 6 meses después de la viremia aguda, por afectar varias articulaciones al mismo tiempo (aunque a veces puede ser una sola articulación, siendo esto en una frecuencia mucho menor), se presenta acompañado de la sensación de calambre o adormecimiento de las manos (llamado Síndrome de Tunel del Carpo), dolor en las plantas de los pies, especialmente al levantarse de la cama por las mañanas (fascitis plantar).

Todo esto es producto por una inflamación que es creada por el sistema inmunológico en respuesta al virus, que permanece activa a pesar de haber desaparecido la infección viral. Esta inflamación permanece en las articulaciones y estructuras del sistema musculo-esquelético, produciendo una artritis crónica, que si no se trata puede llegar a ser deformante.

En estos casos es necesario la valoración por el médico reumatólogo, ya que precisa la evaluación a fondo para descartar otros tipos de artritis crónicas, y de la misma forma, iniciar un tratamiento específico para la artritis, que según las características de la misma, el médico decidirá el tipo de tratamiento y el tiempo de duración para lograr la remisión de la enfermedad.