Autoras:  Dra. Margarita Heinsen y Joselin Taveras

“Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”.  (Albert Einstein)

La mayoría de los docentes se estarán capacitando a partir del 18 de septiembre para poder llevar a cabo el proceso enseñanza y aprendizaje en la modalidad a distancia. Esta capacitación contempla el manejo de la tecnología, de nuevas herramientas, dispositivos y plataformas a través de las cuales estarán interactuando con sus estudiantes y compartiendo contenidos. Esto se puede concebir como un primer paso que no necesariamente garantiza la implementación adecuada del currículo. Es por esto que debe definirse un plan de acompañamiento y seguimiento continuo por parte del equipo de gestión y de los colegas de los centros educativos.

Un acompañamiento pedagógico sistémico es aquel que permite ir respondiendo a las necesidades inmediatas que van surgiendo a lo largo del proceso. Se define a partir de acuerdos establecidos entre los miembros de la comunidad educativa para lograr los resultados óptimos de acuerdo al contexto y a la realidad propia. Sin este acompañamiento, los docentes se pueden sentir muy solos y desmotivados, tal como han demostrado algunas investigaciones recientes.

Nuestros docentes enfrentan ahora una realidad distinta a la vivida durante la finalización abrupta del año escolar pasado debido a la pandemia. El inicio de un año escolar implica procesos con estudiantes a quienes el docente no conoce, con nuevas herramientas en un momento de adaptación e integración, a lo cual se suma la necesidad de recuperar y de reforzar los conocimientos y habilidades individuales y del grupo para poder avanzar a partir de sus conocimientos y experiencias. Todo esto en el marco de los retos que trae la modalidad a distancia.

El rol del coordinador pedagógico cobra aún más importancia en estos momentos, ya que es quien asume , junto a los demás miembros del equipo de gestión, la función principal de asegurar la implementación del currículo. Para esto requiere del manejo de las competencias, contenidos e indicadores a lograr por los estudiantes y de las estrategias apropiadas e idóneas para esta modalidad, considerando todas las limitaciones que enfrentamos actualmente.

Son los miembros del equipo de gestión quienes apoyan a los docentes en su trabajo educativo, en el manejo de herramientas y aplicaciones, así como en su estabilidad emocional para gestionar nuevas situaciones y resolver conflictos de manera efectiva a través de la comunicación asertiva y de la autorregulación.

Los docentes necesitan mucho más que horas de capacitación. Requieren de encuentros recurrentes durante el año escolar en los que puedan compartir sus inquietudes, experiencias, reflexiones, retos, desafíos, buenas prácticas y preguntas. Necesitan espacios en los que puedan canalizar sus necesidades y colaborar con sus compañeros para salir adelante junto a los estudiantes y sus familias.

La capacitación previa al inicio del año escolar debe ser la primera de muchas. Los docentes deben continuar aprendiendo nuevas metodologías a implementar con apoyo de las plataformas y herramientas con las que cuentan. Esto les servirá en este momento y al momento de regresar a las aulas en la modalidad presencial.

En este proceso será fundamental definir un plan de acompañamiento a las familias, quienes también cumplen un rol fundamental para que nuestros niños y jóvenes desarrollen su máximo potencial y aprendan aquello que se espera. Es recomendable que se hagan consultas frecuentes a las familias para conocer sus valoraciones, necesidades y sugerencias de manera que se les pueda dar apoyo y orientar durante el proceso de educación a distancia.

El acompañamiento a los docentes debe incluir comunicación y motivación diaria, así como observaciones de sus clases a distancia y virtuales, la revisión y retroalimentación de las planificaciones previo a la implementación de actividades para asegurar coherencia con el currículo. A partir de la información que se recopile y de los resultados, se gestionan los cambios necesarios para que el proceso educativo se lleve a cabo con éxito.

Sin un plan de apoyo a los docentes y a las familias, el proceso de calidad será insostenible, independientemente de la modalidad.